17.9 C
Tijuana
martes, octubre 15, 2024
Publicidad

Necesitamos ayuda

Es significativo que en el centro de la capital de Ukrania, Kiev, donde nació el cristianismo el año 988, en la Kreshatik, una enorme columna de casi 20 metros, sostiene la admirable figura de San Miguel Arcángel, protector de ortodoxos, católicos y judíos. Invocado y venerado públicamente.

El Himno Nacional Mexicano canta: “Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva

de la paz el arcángel divino, que en el cielo tu eterno destino por el dedo de Dios se escribió”.

La veneración a San Miguel Arcángel es parte por ejemplo de las devociones judías, a quien se le atribuyen victorias y liberaciones tan célebres como la alcanzada por el patriarca Abraham y el mismo Moisés, que liberó a los hebreos de la esclavitud del faraón.

El Papa Juan Pablo II ha dejado escrito su saber bíblico en torno a la angelología; de hecho, la Sagrada Escritura sería incomprensible sin la presencia en más de 300 sucesos de la historia de la salvación, sin la presencia de San Miguel, y de las jerarquías angélicas.

Célebres son las apariciones y manifestaciones del Arcángel Divino en lugares como el Monte Gárgano, Italia, y en lugares tan distantes como San Miguel, Tlaxcala, México.

Enviado de Dios, capitán de la milicia celestial, da ayuda a quien con respeto y Fe se lo pida.

Ciudades como Los Ángeles, California; Puebla de Los Ángeles, la misma Ciudad de México, le han entregado sus inquietudes y problemas.

En medio del desconcierto mundial, entre el armamentismo, la diversidad ideológica, los embates sociales, la avaricia de los poderosos, en lo económico y lo político. No en vano Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó (músico) incluyeron en los versos sagrados del Himno Mexicano, la evocación y protección del Arcángel, sobre decir, que se trata de San Miguel (Mica-el, Dios es mi fuerza; y su grito ¿Quién como Dios? ¿Quién se asemeja a Dios? Quis ut Deus).

A lo largo de la historia, la soberbia humana en todos los oficios y profesiones, ha querido independizarse de Dios. El Dios de Israel, el Dios del Corán, el Dios de Jesucristo.

Quien lo desee sabe que puede contar con la ayuda de Dios. No solo reconociéndolo teóricamente, sino viviendo como él quiere que el hombre sea su imagen.

Cantautores abiertamente cristianos católicos como Roberto Carlos, expresan en cantos como “Apocalipsis”, lo catastrófico que viene resultado vivir sin la ayuda de Dios. Incluso autores menos confesionales como Joan Manuel Serrat expresan la importancia de las virtudes cristianas de las que nos estamos separando. Basta oír su obra maestra dedicada a la ancianidad (titulada “Llegar a viejos”) para reconocer el rumbo inhumano de despreciar a los ancianos o viejos, olvidándonos como dice Serrat, que olvidamos que todos “llevamos un viejo encima”. Cosa lamentable impedir que los viejos lleguen a viejos con dignidad. Y no ser asesinados como estorbos a través del crimen de la eutanasia.

Roberto Carlos en “Apocalipsis” protesta contra la aprobación del aborto. Y resalta la grandeza de las embarazadas, “luces tan linda esperando un bebé”.

En la globalización de la inhumanidad, destacan los gastos millonarios del armamentismo, mientras millones de personas, niños, familias, deben huir de sus países, dejando sus vidas en el mar, en naufragios como el de los sirios, griegos.

Personajes como el actual presidente ruso Vladimir Putin, parecen inmunes, insensibles a la miseria de sus pueblos, que ya desde los bolcheviques han sido manipulados y engañados por el materialismo dialectico, del que por cierto al referirse Serrar en su canto “Disculpe el señor”, que “éstos no se han enterado, de que Carlos Marx, está muerto y enterrado”. En referencia a que la pobreza de los países del sur de todos los continentes, no es cuestión de lucha de clases, sino de un egoísmo estúpido y ramplón, que tiene a las naciones al borde de guerras sin parar. Si no vea usted las locuras del novel presidente de Corea del Norte, de los presos políticos en Cuba, Rusia, México, China.

Necesitamos ayuda humana, pero divina también, porque la globalización del mal no llena de indiferencia, apatía, falta de amor a los demás, simplemente como filantropía (amor al hombre) ya ni siquiera cristianamente.

Los alcohólicos anónimos que no se meten en cuestiones confesionales, saben que los enfermos ocupan de la mano de un poder superior, como cada quien lo conciba.

Sabemos que en la historia de la humanidad, y la historia de la Salvación, lo importante es el ser humano. Por eso se firmó al final de la II Guerra Mundial, en San Francisco, California, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre los cuales resalta la importancia de la libertad de creencias.

Ahí en casa, en familia, en lo personal, tenemos la oportunidad de verificar la certeza de la intervención, pues cantamos en el Himno Nacional Mexicano, que en el cielo el eterno destino de esta nación, como todas en el mundo, por el dedo de Dios se escribió.

Poetas como los hermanos Machado (Antonio y Manuel) fueron perseguidos y encarcelados por Francisco Franco, al igual que el poeta español Miguel Hernández, que como el actor de la cinta “La Vida es Bella”, no dejó que la amargura del nazismo destruyera la fe y esperanza de su pequeño hijo, rescatado finalmente por los aliados.

Sin duda necesitamos ayuda misericordiosa de cada uno de nosotros, porque el mundo se ha vuelto un infierno deshumanizado, sin Dios, sin amor.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas