A mis hermanos:
Tijuana y su gente, así los queremos, como hermanos. Si observan bien verán en todas partes a Dios, verán en la calle, Avenida Las Américas, a un periodista platicando con un personaje, el periodista se veía feliz de la vida de lo que hablaban. Casualmente me acerqué a ellos y escuché que hablaban de Ustedes, hermanos foráneos.
Seguí caminando y de pronto volví a ver al personaje caminar lentamente hasta encontrarse con un sacerdote, creo que se llamaba Alejandro Solalinde. Ese sacerdote siempre se ha distinguido por ayudar a todo mundo sin excepción, por eso Tijuana lo admira tanto.
Seguí caminando y de pronto nuestro personaje se encontró a un doctor, no… perdón, eran dos doctores, los cuales visitaban a Ustedes, preguntando si algún problema de salud tenían. Algunos aceptaron estar enfermos, con solicitud atendieron sus malestares y medicamentos, sin ningún costo les recomendaron. ¡Bendito sacerdote que nos hacen tanta falta en nuestra amada Tijuana!
Y nuestro querido personaje siguió caminando, se encontró con la Cruz Roja y Bomberos, los cuales fueron recibidos con hurras y aplausos. Inmediatamente se encontraba un grupo de albañiles los cuales con sus manos toscas y callosas consiguieron casas provisionales para que todos Ustedes pasaran la noche cómodamente en esos albergues, deseando que nunca jamás nadie duerma en la banqueta.
Gracias a los albañiles hoy tienen dónde pasar cómodamente la noche. ¡Oren por favor por ellos! De Roma a Tijuana, por muy elegantes que sean los edificios son construidos por humildes albañiles que quizás no tengan una casa tan cómoda como la suya y la mía.
De pronto un grupo de ángeles celestiales: eran las Hermanas de la Caridad que dejó la Madre Santa Teresa de Calcuta, atendiéndolos a todos Ustedes. Esto fue muy cerca del ISSSTE Las Palmas, de nuestra querida y bendita Tijuana. Bendito ISSSTE, que atiendes a derechohabientes y a quienes buscan una atención por urgencias. Todos los doctores, enfermeros y administrativos atienden con gentileza a quienes se presentan solicitando atención médica.
Mis ojos han visto una y mil veces cómo se comporta todo el personal del ISSSTE, empezando con su subdirector Cristian Sánchez. ¡Qué orgullo para Tijuana y para México tener una institución pública!
¿Dónde están los pobres ricos de Tijuana? No los he visto; tal vez no quieren ensuciar sus zapatos, o tal vez están cuidando que un empleado mal pagado les vaya a robar un peso.
¿Quiere Usted escuchar un coro celestial formado por niños menores de 12 años? Asista por favor a misa de 10 de la mañana en la Iglesia de Guadalupe del bulevar Díaz Ordaz y escuchará un coro celestial que a muchos nos hace llorar. ¿Lo duda? Pruébelo asistiendo.
Anónimo