En grado de coautoría, Elvis Valdez y Osvaldo Valdez quedaron vinculados a proceso por el delito de secuestro, luego de que fueran detenidos por policías ministeriales y agentes federales en el sitio donde mantuvieron privados de su libertad a tres hombres en Tijuana durante cuatro días.
Las víctimas fueron llevadas al lugar con engaños, ya que habían contratado los servicios de un hombre para ser ingresados a Estados Unidos sin documentos legales.
El juez Fidel García Villanueva, decidió en audiencia, el 5 de octubre, que los detenidos serán sujetos a un proceso penal para determinar su participación en el crimen, por lo que hasta la resolución judicial, los dos jóvenes son considerados inocentes.
Según los hechos expuestos por la Fiscalía, el 24 de septiembre, las tres víctimas –cuyos nombres se reservaron para preservar su integridad– abordaron un taxi libre frente a una lavandería en la colonia Mariano Matamoros, siguiendo las instrucciones de un pollero, identificado como “Miguel”, a quien pagarían 10 mil dólares para que los guiara a territorio estadunidense.
Sin embargo, el taxi los llevó a un domicilio en la colonia Vistas del Valle, en la Zona Este de la ciudad. El copiloto del taxista, una vez en la vivienda, les pidió sus identificaciones y celulares, bajo el pretexto de que de esta forma no serían identificados en caso de que la Policía Federal cateara el lugar.
Los tres hombres pasaron la noche en el sitio, pero la mañana siguiente arribó un hombre, a quien no conocían, con un arma fijada a la cintura para informarles que se encontraban secuestrados.
Mediante golpes y amenazas, el hombre obligó a las víctimas a que le proporcionaran los números telefónicos de sus familiares. De esta forma, el domingo 25 de septiembre se comunicaron con la hermana de uno de ellos, quien vivía en Estados Unidos, para exigirle 5 mil dólares.
De no pagar la cantidad, le advirtieron, le enviarían a su familiar “en pedacitos”. La mujer, a través de un amigo, depositó un giro de dinero por mil dólares a nombre de Rubén Muñoz Valdez, quien cobraría la cantidad en una tienda Elektra de Tijuana.
Luego, los captores llamaron a la novia de otra de las víctimas, quien depositó 5 mil dólares a nombre de Irasema Guadalupe Garibaldi Montoya en Sinaloa, a través de un depósito a la misma cadena de tiendas.
Sin embargo, una de las víctimas mantuvo su teléfono celular escondido entre su ropa y envió mensajes a través de la aplicación WhatsApp a su esposa para informarle que se encontraba secuestrado.
El 28 de septiembre, tras cuatro días de secuestro, logró enviar su ubicación mediante el servicio de geo localización del sistema de mensajería, así como algunas referencias del camino que recordaba.
Ya que la mujer había presentado una denuncia en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) por secuestro, informó a los agentes ministeriales de la ubicación de su esposo.
En un operativo conjunto con la Policía Federal, los ministeriales llegaron al domicilio indicado, y luego de identificarse, se informó ingresaron a la vivienda.
En el lugar fueron detenidos los dos imputados, quienes intentaron huir. En el lugar fueron encontrados un rifle y un machete de 40 centímetros de largo, armas que las víctimas identificaron como las utilizadas por sus captores para amenazarlos.
Aunque la Procuraduría pidió que el secuestro se considerara como agravado por el uso de violencia, el juez difirió, ya que dijo, no se hizo uso de ésta al momento de ser privados de la libertad.
Por último, fijó un plazo de investigación de cinco meses y ya que se trata de secuestro, mantuvo como medida cautelar para los dos imputados, la prisión preventiva.