Un médico de origen cubano, naturalizado mexicano, señaló a la familia de Carlo Bonfante, Secretario de Desarrollo Económico del Estado, de evadir impuestos y el pago de servicios y prestaciones para sus trabajadores. Fue su caso cuando trabajó para un geriátrico en Mexicali propiedad del funcionario: evasión fiscal, no pagos de IMSS, INFONAVIT y SAT. El colaborador de Vega dice que hay fondo político en acusación, y Nancy Sánchez, la legisladora, federal sentencia: “a todos se les llega su día”
“Se trata de ataques políticos, sin fundamentos”, dijo a manera de defensa el Secretario de Desarrollo Económico del gobierno estatal, Carlo Bonfante Olache. Se refiere a los señalamientos de presuntas irregularidades en la recuperación de cerca de 239 millones de pesos por devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en una de sus empresas, Zahorí, dedicada a la elaboración de cartón arenado para techo.
La detallada información fue publicada por ZETA el viernes 29 de julio de este año, firmada por la reportera Inés García Ramos, y hace una semana sintetizada y retomada por el diario El Financiero que se edita en la Ciudad de México.
El tema es una investigación del Sistema de Administración Tributaria (SAT) a la empresa del Secretario de Desarrollo Económico, donde se detectaron transferencias fantasmas a empresa inexistentes o por servicios no comprobables buscando evadir impuestos y que suscitó el despido del Administrador de Auditoria Fiscal del SAT en Mexicali, José Ramón Gurrola.
Pero no es el único caso que denuncia evidentes irregularidades fiscales en empresas propiedad del actual Secretario de Desarrollo Económico:
El 2 de octubre de 2015 Bonfante Olache fue denunciado por evasión fiscal en una de sus empresas, el Centro Geriátrico Vida Digna donde uno de los empleados denunció formalmente una serie de prácticas fiscalmente evasivas como el pago en efectivo a sus empleados y la retención y no pago de cuotas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) e Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) y del Impuesto Sobre Producto del Trabajo.
Así, el ex dirigente del Consejo Coordinador Empresarial de Baja California fue demandado penalmente ante la Procuraduría General de la República (PGR) por la posible comisión de los delitos de encubrimiento, lavado de dinero y asociación delictuosa. Además, él y sus dos socios –esposa e hijo-, fueron demandados laboralmente.
Para completar el cuadro familiar, hasta la madre del Secretario de Desarrollo Económico fue mencionada en torno a la triangulación financiera en la empresa donde se pagaba en efectivo, se evadía el pago de las cuotas en IMSS e INFONAVIT y el efectivo restante se depositaba en la cuenta de la mamá del empresario, Esther Catalina Olache.
Entrevistado el jueves 20 de octubre de 2016 en un evento oficial, el Gobernador del Estado, Francisco Vega de Lamadrid, sobre el tema de las irregularidades en la empresa Zahorí, “explicó” su particular punto de vista:
“Es un tema que ya se había ventilado a través de un medio y a la opinión pública y que de nueva cuenta se vuelve a ventilar. Si se ventiló y se vuelve a ventilar y la autoridad hacendaria no ha hecho nada, yo digo que el beneficio de la duda ahí pudiera estar…”.
Desde Cuba
Pablo Ángel Gil Pérez es un médico egresado de la Universidad de la Habana con especialidad en psiquiatría y tres maestrías, una en Economía de la Salud, otra en Dirección de Hospitales y la tercera en Longevidad Satisfactoria, todas por el Instituto de Ciencias Médicas de la Habana.
En el año 2009, Gil Pérez se desempeñaba como Director del Hogar de Ancianos Provincial “Carlos Castellanos Blanco”, en Pinar del Río, Cuba.
Hasta allá fue contactado por el empresario mexicalense Carlo Bonfante Olache quien buscaba a alguien con experiencia en el programa integral de atención a adultos mayores.
“Yo le pedí el permiso al Ministro de Salud Pública para que pudiera entrar a las instituciones de salud como extranjero”, explica en Mexicali el especialista cubano. La invitación directa fue radicar en México para hacer un proyecto junto al hoy Secretario, en Mexicali.
Instalaciones de Vida Digna, en la Colonia Nueva en Mexicali
“Yo llegué aquí el 14 de febrero de 2010. Durante el primer año estuve asesorando a la dirección del Hospital de la Familia donde también era el dueño (Carlo Bonfante)”, refiere el especialista cubano quien en 2011 recibió la invitación para integrarse al proyecto del Centro Geriátrico Vida Digna como socio, con el acuerdo de darle un salario y el 10 por ciento de los ingresos.
“Como cubano no conocía las leyes mexicanas, no aparecía en el Acta Constitutiva y eso se fue quedando ahí”, comenta Gil Pérez y dice que al inicio tuvo un salario bajo, pero el aliciente de recibir un porcentaje de los ingresos. Pero lo que hicieron fue incrementar su salario; 13 mil pesos mensuales primero, 23 mil después.
“Yo seguía trabajando y tenía buenas relaciones con él (Carlo Bonfante), luego vinieron la señora y el hijo ahí al Centro”. Pablo Ángel Gil Pérez se naturalizó mexicano, y después intentó tramitar la visa de Estados Unidos. Ahí empezó el problema. La carta de trabajo la fue otorgada por un Sindicato Nacional de Trabajadores de México, pero el documento no tenía validez ya que no se asentaba ninguna prestación.
“El sindicato era fantasma, yo salí a buscar la dirección del sindicato ése y nunca apareció. Empecé a ver cómo funcionaban las cosas en México”. Recuerda que en ese momento Bonfante estaba fuera del país, acompañaba al Gobernador en una gira por Europa. Ahí lo localizó.
“Oye Bonfante, hermano mío, yo necesito hablar contigo, estas cosas que están pasando, aquí nadie me da respuesta”, fue parte del diálogo en un momento en que el cubano ya se había enemistado con el hijo de Bonfante al descubrir que todos los trabajadores estaban registrados en una outsourcing.
El vástago le había argumentado que no le podía dar prestaciones por ser cubano. “Saqué mi tarjeta del IFE y se la mostré, soy tan mexicano como ustedes”, le dijo a Dante Bonfante Gallego. Eran mediados del 2015.
Gil Pérez sabía que Bonfante era parte del poder político local; en la campaña del 2013 –persuadido por el empresario- presentó un proyecto a “Kiko” Vega como candidato del PAN a la gubernatura, con modificaciones del sistema de salud.
Denuncia ante el SAT
“Yo le hice el trabajo, conocí a Kiko y conocí también al del PRI que también se lo presenté el proyecto. Él (Bonfante) no se sabía de qué partido era, era del que saliera y lo pusiera ‘de algo’ en el gobierno. Él estaba lo mismo con el PRI que con el PAN…”.
Gil Pérez reflexiona que hasta mediados de 2015 había llevado una buena relación con Carlo Bonfante, le estaba agradecido por el apoyo; pero con el hijo del empresario –quien fungía como gerente del centro geriátrico-, ya había tenido problemas debido a que Bonfante se fue al gobierno estatal y su mujer e hijo se hicieron cargo del negocio. “El hijo vino a mandar aquí y yo no me como un granito de sal con su mujer”.
El requerimiento de Gil era que lo indemnizara y le cubriera las cuotas del IMSS e INFONAVIT que no había pagado. Se cumplió la fecha límite y nada de respuesta, por lo que buscó un abogado, interpuso una demanda ante el SAT, el IMSS, otra ante la PGR y una más de carácter laboral.
Además trató de acudir a un programa televisivo en Canal 66, pero asegura que llamaron desde el gobierno al director del canal para que no se permitiera la entrevista con él. En su lugar fue el abogado y públicamente se vertió la información del caso.
En la primera audiencia de Conciliación y Arbitraje, el abogado de la empresa le ofreció un finiquito de 8 mil pesos, el cual fue rechazado. A raíz de eso asegura que fue hostigado, un día llegaron varios agentes de migración al nuevo centro geriátrico que encabeza, “buscaban a un cubano fugitivo”. Hubo de sacar pasaporte, credencial de elector y apersonarse el abogado para que no lo detuvieran.
Después de la agresión, llamó a Bonfante: “¡Oye cabrón!, me tienes que matar, no te tengo miedo, eso que hiciste aquí fue una denuncia tuya. Me parece que yo era el ‘Chapo’ Guzmán, al que venían a buscar aquí, tantos policía pa’ agarrarme preso a mí porque decían que yo soy ilegal. Y tú sabes que soy tan mexicano como tú”.
No fue el único hostigamiento. Viajó a Cancún y llegando al aeropuerto lo esperaban agentes federales reclamándole que era ilegal. También en el aeropuerto de la Ciudad de México.
Finalmente, el sábado 26 de diciembre del 2015 recibió una llamada de Bonfante proponiéndole arreglar el problema, el cual fue finiquitado el miércoles 30 de diciembre cuando le cubrieron el monto reclamado originalmente –incluido el pago de las cuotas atrasadas del IMSS-, aunque antes le hicieron firmar una especie de Carta de Confidencialidad.
“Los otros trabajadores, tú sabes, tienen miedo. Enfrentarse a un tipo como ése, empresario y de poder, la gente todavía me dice: yo no sé cómo estás vivo. Yo estaba defendiendo una realidad, nunca les dije una mentira.
“Ya me doy cuenta porque la gente aquí no discute sus derechos, es engorroso, es fuerte. Yo no sé por qué él hizo todo eso, es un hombre de buenas ideas pero yo no sé qué tiene metido en su cabeza, siempre quiere joder a todo mundo”, refirió.
Centro de beneficio: Bonfante
Entrevistado al final de su comparecencia ante la Comisión de Desarrollo Económico de la Cámara de Diputados el pasado martes al mediodía, Bonfante dijo al respecto:
“Siempre estamos atacados, por todos lados golpean para acá. La familia tiene su diversidad de negocios, la verdad de las cosas estamos siempre colaborando con el desarrollo económico de la ciudad. Siempre una persona puede estar sujeta a que lo señalen, le digan, lo pongan laboralmente. Todo aspecto laboral se tiene que solucionar.
“Cuando eres empresario, generas trabajo y desarrollas económicamente algo, siempre tienes que estar atento a que las condiciones prevalezcan en tranquilidad. Ese centro geriátrico que es parte de mi familia es un centro que da mucho beneficio a los adultos y la verdad es que hay muchas familias de Mexicali que están gozando de la instalación y sobre todo de la buena bondad que tiene hacia la comunidad”.
Denuncia PGR
– ¿Les tocó comparecer ante el SAT por esos señalamientos?
“No, la verdad de las cosas es que el SAT sabe perfectamente las declaraciones que hace cada uno de los contribuyentes…”.
– ¿Y ante la PGR?
“Pues no sé de qué tenemos que comparecer, me agarras en temas que no están en mi jurisdicción…”.
– Pero usted era el encargado…
“La verdad es que son proyectos de importancia, que nosotros vemos que son necesarios para la comunidad, está creciendo la población y decidimos hacer de esto, un proyecto donde verdaderamente estoy muy orgulloso que se haya llevado a cabo y que todos los días se le está dando el apoyo a una población adulta que tanto lo necesita…”.
– En el plano laboral sí tuvieron que resolverlo…
“En el plano laboral se solucionan problemas todos los días. Cuando alguien en un momento dado, cualquier empleado dice que se quiere salir o lo retiras, pues tienes que llegar a un acuerdo…”
– ¿Usted niega todos esos señalamientos?
“Claro, ésa es una empresa más que nada en beneficio de la comunidad, lo que tiene esa empresita de atender a gente adulta mayor, prácticamente es una empresa donde si no sale tablas, la generación de egreso que hay ahí más que nada lo usamos en un nivel que tiene la ciudad. Por favor, hay que ser razonables, estamos hablando de adultos mayores…”, justificó Bonfante.
Se les llega su día: Nancy Sánchez
“Claro que hay un mensaje de impunidad, aquí pareciera que no pasa nada, y no pasa nada durante muchos años. Hay una clara y evidente complicidad por quienes están en el gobierno estatal”, considera la diputada federal priísta Nancy Sánchez Arredondo, sobre el tema Zahorí.
La legisladora expone que se deben combatir con firmeza los problemas de corrupción que existen en el ejercicio de gobierno y por eso es necesario impulsar el proyecto del Sistema Nacional Anticorrupción. “La ciudadanía está cansada, harta de ver actos de corrupción en sus funcionarios de gobierno”.
La priísta asegura ha empezado a involucrarse en los faltantes y desaciertos del gobierno estatal. “Hay observaciones muy severas, muy serias por parte de la Auditoria Superior de la Federación. Uno de ellos se trata de una simulación de reintegro de un recurso que anda volando, que no es una cantidad menor y en tanto tú no compruebas, no dices, no informas a la ASF, pero mientras tanto estás pidiendo más recurso. Creo que hay un doble discurso tramposo”.
De la respuesta de Bonfante, sobre que las críticas tenían un fondo político, Sánchez reflexionó:
“No es así; le recuerdo a Bonfante que hubo una persona que ahora está en la Secretaría de Salud pero que ya pagó, y él era parte de esto también y no vi que jamás se le tocara a Bonfante, pero a todos se les llega su día, a todos se les llega su momento y él tendrá que dar cuentas…”.
