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martes, octubre 1, 2024
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Delincuentes, trampas y trompadas 

Independientemente de que gane o pierda según cómo van apareciendo las viejas y nuevas historias de lodo, agresión sexual, evasión fiscal, correos comprometedores, cinismo, machismo y otras linduras alrededor de la conducta del empresario inmobiliario Donald Trump y la oligarquía fachista que lo apoya y de ir desinflándose como se ve en los últimos días, se vislumbra pérdida de millones de votos y la renuncia a la candidatura.

Por presiones desde el interior de su partido, el mismo jefe político republicano Paul Ryan desechó su campaña por su pérdida anticipada de la elección con 11% de ventaja para Hillary. Por derrumbe mayor perderían la mayoría en el congreso como efecto colateral creando una fractura republicana insospechada.

Ser un empresario júnior ignorante, agresivo, sexista, mentiroso, racista y ajeno a cualquier escrúpulo, chivo en cristalería, y una evidencia de que el respaldo del dinero no permite ganar, como también fue el caso de quienes echaron la casa por la ventana como “nuestros Donald Trump”: Salinas, Calderón y Peña Nieto. Pero siempre a estos casos atípicos se le debe vigilar la tendencia sobre la cual se monta su postulación presidencial.

Parece que los malos personajes que deberían por sentido común estar condenados a desaparecer el mapa político y perder son los que al final del día ganan las elecciones. Nadie daría un centavo por el candidato Calderón (el chaparrito, peloncito y de lentes) y ahí tuvimos la pesadilla de violencia, desaparecidos y desplazados, como con Peña Nieto un inculto, pelele y confundido que se mostró de cuerpo entero en la FIL de 2011. Pero, contra todo, terriblemente, están en el poder.

Ganan los indeseables, los ineptos, los odiados por la masa popular, los manipulables y comprometidos con las elites financieras irresponsables que deciden el destino de las mayorías ausentes, autistas, idiotizadas y manipulables por los medios de (in)comunicación. Gana quien vende su alma al diablo por ganar el poder, los corruptos y comprometidos con las peores causas. Ésa ha sido la línea constante, México y Estados Unidos. Una prueba: el caso G. Bush, que “triunfa” con menos votos.

En ese contexto AMLO, se puso en esa línea al defender a Peña Nieto en su reciente crisis de ser tapete de Trump y remata “perdonar” desde ya como candidato seguro de Morena a empresarios y funcionarios rateros, saqueadores y traidores a la patria. Borrón y cuenta nueva, dice. Pero esas posturas son un cálculo político aventurado demasiado arriesgado a juicio de sus críticos, que signifique una decepción para un sector de seguidores.

En su tercera y última oportunidad se lanza con todo y el resto a ganar el poder formal a cualquier costo, aun yéndose de boca con esas promesas que nadie ha determinado la correlación de simpatía o rechazo despierten en los electores. En suma, la supuesta izquierda se derechiza como lo hizo el PRD chuchista y la supuesta oposición se subordina al espíritu del crimen, la impunidad: aquí no pasa nada, aunque el país se hunda en la miseria, la corrupción, el estancamiento económico, los empleos precarizados y la explosiva informalidad.

Una mirada al mundo de las tendencias políticas internacionales revela que la ultraderecha está fortalecida a costa de retrocesos para la democracia. En América Latina se quebranta la salud y el desgaste de los gobiernos de raíz social es una tendencia a pesar de los avances sociales que multiplicaron la clase media.

La participación de republicanos en los EUA con un candidato que reivindica el odio, el racismo que revive a la Alemania nazi está provocado por la desesperación de millones de trabajadores que migran de la clase media a la proletaria. El triunfo pírrico del ex presidente colombiano y cómplice de narcotraficantes Álvaro Uribe con el NO a la paz frente a la guerrilla de las FARC es un signo de intolerancia y cerrazón de la mitad de la población. Frente a colombianos ausentes de esa decisión con un 60% de abstención.

En España hay más signos de enajenación del electorado a pesar de la corrupción escandalosa del Partido Popular y de atracos de Mariano Rajoy, los herederos del franquismo protegido de Mussolini y Hitler. En los dos momentos de decisión han ganado relativamente los comicios.

En Francia ante los socialdemócratas del presidente Holland, el líder de la ultraderecha LePen ha tomado la bandera de ganador en comicios regionales, donde se repudia como Trump a los migrantes como “causa de todos los males”.

 

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: hrgcuellar@yahoo.com

Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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