Los votantes colombianos rechazaron la firma de la paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla representada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC – en un plebiscito este domingo 2 de octubre.
La Registraduría Nacional – máxima autoridad electoral – anunció, cuando se había computado el 99 por ciento del total, que el 50.24 por ciento de los votantes votaron con un “no” al acuerdo, contra un 49.75 del “sí”; con 57 mil 829 votos de diferencia.
Con ese acuerdo terminaría un conflicto armado que costó la vida de millones de personas a lo largo de 52 años. Incluye permitir a 7 mil guerrilleros reintegrarse a la sociedad de forma pacífica, además de la conformación de un partido político.
Más del 60 por ciento de los colombianos inscritos en el padrón se abstuvieron de votar. Autoridades señalaron que las elecciones se desarrollaron sin brotes de violencia.
Hubo 82 mil mesas instaladas en el país sudamericano – y en el extranjero – para recibir los votos de 35 millones de ciudadanos.
Cuando asistió a sufragar en una plaza de Bogotá, Juan Manuel Santos dijo:
“Acabo de depositar mi voto en este plebiscito, en esta votación histórica que espero cambie la historia de este país para bien. Terminar una guerra de 52 años, el camino de la paz”. En esa misma línea de pensamiento, el mandatario relacionó el día del plebiscito con el nacimiento de Mahatma Ghandi, uno de los activistas por la paz más famosos en la historia.
Cabe destacar que parte del país sufre los embates del huracán Matthew, que azota la zona del Caribe, lo que para diversos analistas pudo haber incidido en los altos niveles de abstencionismo.
El Fiscal General de la Nación, Luis González, resaltó la tranquilidad que acompañó a los comicios. Tan sólo se reportó la tardanza en la apertura de algunas mesas de votación debido al mal tiempo.
Uno de los principales detractores de perdonar a los guerrilleros es el ex presidente Álvaro Uribe, quien votó en el mismo lugar que Santos.
Otro de los puntos anotados en el acuerdo es una redistribución de la tierra, el combate a las drogas y el cambio de los cultivos ilícitos, además de la participación política de las organizaciones populares.
Poco antes de la elección, las FARC destruyó 600 kilógramos de explosivos y reafirmaron su compromiso público de utilizar sus recursos a beneficio de las víctimas de la guerra.
La negociaciones que constituyen el acuerdo de paz se desarrollaron a lo largo de cuatro años en La Habana, Cuba, lugar donde se encuentran los líderes de las FARC.
Mediante un mensaje televisivo dirigido al pueblo colombiano, Juan Manuel Santos, aceptó el resultado en contra del acuerdo de paz. Estableció que como máximo mandatario va a garantizar la estabilidad y el orden público del país tras el resultado.
“Como presidente conservo intacta mis facultades, mi obligación para mantener el orden público para negociar la paz. El cese al fuego y de hostilidades bilateral sigue vigente y seguirá vigente. Escucho a los que dijeron no y a los que dijeron sí. Todos sin excepción quieren la paz”, dijo en comunicado publicado en sus redes sociales.
Anunció que el próximo lunes 3 de octubre convocará a todas las fuerzas políticas para abrir el diálogo y determinar cuál será la ruta a seguir tras la negación al acuerdo.
Santos dio instrucciones a algunos de sus funcionarios que viajen a La Habana, también mañana, para que informen a los líderes de las FARC sobre el resultado de lo que llamó “el diálogo político”.
“No me rendiré, seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mandato porque ése es el camino para dejarle un mejor país a nuestros hijos”, así finalizó su discurso.