El número de abortos practicados en la Ciudad de México supera a las víctimas de la guerra contra el crimen organizado, al registrarse 160 mil embarazos interrumpidos, por lo que es “una violencia legítima e invencible”, comparada con un “genocidio”, afirmó la Arquidiócesis Primada de México, en una editorial titulada ‘La vida no vale nada’, publicada en su semanario Desde la Fe.
En su escrito, la Iglesia Católica advirtió que “propiciar el dolor y muerte” no es cosa exclusiva de quienes están fuera de la ley: “al proteger el asesinato de indefensos a fin de que prevalezcan egoístas decisiones sobre el cuerpo: el aborto”.
“México dice honrar a sus muertos, pero paradójicamente nos sumimos en la indiferencia hacia los miles de cuerpos humanos tratados peor que basura, y por cierto, superiores en número a las víctimas que ha arrojado la guerra contra el crimen organizado”, señaló el editorial.
“¿A caso podríamos esperar algo mejor los mexicanos cuando avalamos con un silencio cómplice este inusitado genocidio? ¿Podemos aspirar a algo diferente cuando hemos dejado de sentir horror por el asesinato institucionalizado de miles de seres humanos indefensos en el vientre de su propia madre”, indicó el texto.
“Nos hemos acostumbrado a la muerte en su forma más denigrante, suplantando la esperanza de la trascendencia por el culto macabro y atroz del sufrimiento demencial como cultura de la necrolatría”, señaló la Arquidiócesis.
“Todos los días somos impactados por noticias de cuerpos desmembrados, sometidos a torturas brutales para diseminar el horror inmisericorde. En medio de la guerra contra el narco, decapitaciones, mutilaciones, acribillamientos, desmembramientos, torturas y ejecuciones producen miedo y zozobra, mientras que los hacedores del mal muestran su poder en morboso juego del orgullo, capaz de infligir tormentos inauditos y controlar la vida del otro para segarla en cualquier momento en indecibles ritos sangrientos de superioridad y dominio por encima de las instituciones, enfrentando al Estado de Derecho y vulnerando el poder del Estado mismo”, enfatizó la Iglesia Católica.
La Arquidiócesis advirtió que “mientras los niños van por la calles para pedir calaverita, se asoma en cada uno de nosotros una profunda disyuntiva para reflexionar sobre nuestra precariedad y trascendencia”.
Exhortó a que este Día de Muertos es propicio no sólo recordar a quienes descansan en paz al compartir nuestros dones en las ofrendas, “es también motivo para el examen social de cómo hemos despreciado la vida para instrumentalizar la muerte, de los pecados cometidos y, sobre todo, de las vergonzosas cuentas que entregaremos a Dios cuando nos llame a su presencia”.
De acuerdo con datos de la organización no gubernamental Servicios Internacionales de Asesoría sobre el Embarazo (Ipas, por sus siglas en inglés), entre los años 2007 y 2015, se han interrumpido de manera legal 138,792 embarazos en la capital mexicana.