Este es el lema de la Universidad Panamericana, una universidad privada, católica (del Opus Dei), que al parecer le faltan tamaños para sancionar el plagio de trabajos y ausencia de rigor de sus asesores de tesis. Aunque dentro de sus principios institucionales, la UP observan una visión cristiana de la vida, la búsqueda de la verdad con rigor científico, una educación centrada en la persona, con formación en la libertad y en la responsabilidad, respeto a la dignidad humana, además de trabajo bien hecho, con sentido de excelencia y servicio a los demás; tal parece que esta clase de principios, se le olvidan a la hora de cobrar las colegiaturas.
Una mancha más en la ya desprestigiada imagen del presidente Peña Nieto, el tema ahora es el plagio de su tesis de licenciatura, cursada en la Universidad Panamericana en 1991. Esta noticia ha desatado cualquier cantidad de opiniones, que van desde la indignación y rechazo, hasta la justificación o menosprecio del hecho, haciéndolo pasar como una simple anécdota más del acontecer presidencial.
No sabemos si Peña Nieto plagió su tesis con plena conciencia o fue, como dice la Presidencia, una falta de rigor estilístico. No sabemos si en ese momento él sabía que iba a ser Presidente. Debería saber, eso sí, que todos nuestros actos tienen una consecuencia. Pero esa dimensión ética es cada vez más escasa en un país de desfachatados, como el nuestro, que recurrentemente argumenta que “el que nunca haya copiado, que tire la primera piedra”. La legitimación del engaño, de la transa y del gandallismo en su máximo esplendor.
Hace unos días, Eduardo Alfonso Guerrero Martínez, director de la tesis de Peña Nieto y actual magistrado del Poder Judicial de la Ciudad de México, atribuyó las faltas del plagio detectado a “un probable error en la impresión del documento”. La Universidad Panamericana se limitó a decir que “el procedimiento de titulación (de EPN) cumplió con los requisitos de tiempo y forma vigentes en 1991”, pero que también se identificaba que la tesis “presenta ideas propias, ideas ajenas citadas e ideas ajenas no citadas”.
Sería importante señalar que la situación del plagio es una acción que debería comenzar a tomarse en cuenta con más seriedad dentro de la educación superior de México, no porque sea el dirigente de un país tiene más peso que el de cualquier estudiante, simplemente la deshonestidad es algo recurrente en las aulas y no se toman las medidas para atacarlo, se deja pasar y veinticinco años después se destapan este tipo de prácticas que se hacen más evidentes e indignantes cuando el nombre del presidente de un país se ve involucrado en ello.
La educación privada, esa que solo algunos tienen el privilegio de acceder en nuestro país, se encuentra en el ojo del huracán, no se sabe si está secuestrada bajo el modelo de negocio y “venta de títulos”, raptada por personajes que ven un campo fértil en aquellos que confían en que lo que reciben los hará salir adelante frente a las condiciones laborales de la actualidad. Tanto la educación pública como privada secuestrada por intereses políticos o económicos, títulos ficticios que solo sirven para maquillar las estadísticas que se le exigen a México con el fin de pregonar un avance y una modernización.
Definitivamente no somos ese país en donde el Rector de la Universidad Panamericana se tomaría en serio su reglamento interno para revocar la licenciatura a Peña Nieto, o en donde el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tendría que demostrar, que completó la suya. Pero sí lo fuimos alguna vez. Y si quisiéramos, podríamos volver a serlo.
Al parecer a la Universidad Panamericana, no le importan los demás egresados aparte del presidente guapo, tampoco le interesan los estudiantes que actualmente están registrados ahí y mucho menos los futuros estudiantes. La Institución educativa, ha decidido no hacer nada porque su reglamento no es para ex alumnos. ¿Perdón? Han decidido tomar el camino de la omisión para proteger a un ex alumno de plagio distinguido, para que de forma inmediata le otorguemos a esta Universidad, el título de escuela patito. Una cosa es que su reglamento no aplique para ex alumnos y otra cosa es que se queden sin hacer nada ante un estudiante que les vio la cara.
Dr. Álvaro de Lachica y Bonilla
Comisión ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, A.C.
Correo: andale941@gmail.com