28.5 C
Tijuana
martes, octubre 1, 2024
Publicidad

Tijuana, la ciudad y los piratas

Su tierra es el farwest, me dijo un día Porfirio Muñoz Ledo, es una tierra de piratas, donde cada quien hace lo que quiere y no pasa nada. La ley casi no existe. Los ricos y los poderosos hacen lo que quieren. Me sentí ofendido por este señalamiento tan crudo y tan directo. Le reclamé airadamente y retiró sus palabras, pero siempre las he recordado y me he preguntado si Porfirio tenía razón o no.

Al paso del tiempo, algo me dice que había algo de cierto en ese juicio tan duro. Tijuana, si bien tiene más de 100 años de existencia, su arranque moderno empieza con la canalización del Río Tijuana, en 1973, por el entonces Presidente de México Luis Echeverría Álvarez.

Antes de esto la viabilidad económica era limitada, dependíamos del turismo de la Avenida Revolución, de los matrimonios al vapor y de otros temas, que ahora muchos quisieran olvidarse, como los abortos al vapor. El narco era residual y casi se limitaba a marihuana. Por supuesto los ingresos de los conmuters siempre han sido un ingreso importante de la economía local.

Como estudiante de la prepa federal, me tocó hacer mi servicio social en la obra de la canalización. Todos los días recorría a pie el lecho de río Tijuana, que era pura arena, entrevistaba a quienes ahí vivían, dibujaba sus casas, de manera muy simple, nunca he sido buen dibujante y dejaba acreditado la calidad de la construcción. De mi reporte partía la indemnización que daba el gobierno federal a todos los que, de buena o mala fe, tenían casa en el lecho del río. La obra fue monumental. Cientos de millones de aquella época se invirtieron en darle a Tijuana una nueva cara. Las glorietas, las estatuas, todo viene de aquella época.

Echeverría debe ser recordado siempre positivamente por esa acción. Él quería que los tijuanenses tuviéramos una ciudad que nos hiciera sentirnos orgullosos, a nuestro estado y a México. A partir de entonces se multiplicaron las inversiones, el programa maquila se desarrolló, la ciudad creció y con ello sus problemas. Sí, mucho ha crecido Tijuana, pero la obra de la canalización del río fue la que la dotó de un nuevo destino y un futuro más cierto, había permanecido casi inalterable.

Hoy, de manera silenciosa hay construcciones en aceras, calles, camellones y glorietas, construcciones sin orden ni planeación que beneficie a la ciudad, a sus habitantes, son obras que afean la ciudad y generan un mayor tráfico. Son obras sin consulta de nadie.

¿Quiénes son los ingenieros en tránsito que participaron? ¿Por qué quitaron la vuelta a la izquierda? ¿Por qué no se hizo este trabajo dentro del plan de desarrollo municipal y participamos los ciudadanos y los colegios? Estas obras ilegales y mal planeadas tienen colapsado el tráfico en nuestra ciudad.

Empecé a indagar qué se quería hacer con esa obra y el resultado fue un shock: son obras que se hacen para paradores del transporte multimodal -me dijeron. ¿Cómo crees? -Contesté. ¿Están utilizando las vías públicas, que nos pertenecen a todos, las calles, las banquetas, las glorietas, para beneficiar a una empresa privada? Shhh -me dijeron, es una empresa de Manlio Fabio Beltrones, es intocable. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo es que el cabildo aprueba que las vías públicas pasen a ser de una empresa privada? -Es que apoyó con recursos en la campaña, me contestaron. Y eso qué -contesté. Pues nadie quiere pleito con Manlio. No puede ser -insistí. Al final veo que en algo tenía razón Porfirio Muñoz, somos una tierra de piratas, donde el más fuerte o el influyente puede hacer lo que quiera y nadie le dice nada.

He buscado en la ley y en los acuerdos y no encontré ninguno que desincorpore el inmobiliario urbano para concesionarlo. Además, no se puede, ninguna ley le autoriza al gobierno municipal concesionar calles o banquetas en uso. Lo mismo pasó con Carlos Bustamante, me dijeron, se auto concesionó grandes espectaculares y quiso quedarse con un permiso de casino que era de Hank, pero aquí sí no lo dejaron, porque el alcalde defiende los intereses de Jorge Hank, con todo. No lo creo -le dije a mi interlocutor, si es una persona honesta, estuvo en la Cruz Roja. Jajajaja -explotó mi informador, esa ya nadie lo cree en Tijuana. Pues como sea no estoy dispuesto a callar o dejar pasar esta arbitrariedad. La población de Tijuana merece respeto. La ciudad merece respeto. Bajo ninguna circunstancia hay que permitirlo. Si no se permitió se concesionara la plaza cívica municipal, menos sus calles, sus camellones, sus banquetas, que fueron construidas en 1973 por el Presidente Luis Echeverría.

 

Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas