La muerte de Elliot de 7 meses de edad fue reportada 20 días después y a las autoridades de San Diego, cuando falleció en Tijuana. La madre y del padrastro del menor, Jazmín Villalobos y Luis Espinoza, acudieron a la fiscalía estadounidense, a pesar de haber abandonado el cuerpo en la colonia Lomas de la Presa de Tijuana.
No solo no dieron cuenta de inmediato del que señalaron como un fatal accidente –una caída–, sino que el cuerpo del menor fue envuelto en una cobija y arrojado a un lote baldío la madre y el padrastro.
De acuerdo a Miguel Ángel Guerrero, coordinador de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), fue la fiscalía estadounidense la que les remitió a la madre y padrastro, de 22 y 20 años. Ella es ciudadana y él residente estadounidense, pero avecindados a últimas fechas en Tijuana.
El funcionario destacó que ambos manifestaron disponibilidad en declarar voluntariamente y que si no lo había hecho fue “porque estaban asustados”, pero “el remordimiento” los llevó a acudir a las autoridades norteamericanas a manifestar el hecho.
La declaración la hicieron el viernes 2 de agosto, ubicando el lugar donde habían abandonado el cuerpo de Elliot, ya en estado de putrefacción.
El cuerpo del niño se encuentra en las instalaciones del Servicio Médico Forense (SEMEFO) de Tijuana, en donde se le realiza la necropsia de rigor para determinar la causa de su muerte, pero por el estado del cadáver, el procedimiento tardará.
Hasta entonces, expuso Miguel Ángel Guerrero, se podrá determinar si su muerte fue por accidente o se trata de un homicidio, aun cuando quien se identifica como padre biológico, Giovanni Aguirre, ha declarado públicamente que el deceso de su hijo se trata de un asesinato ejecutado por la Jazmín y Luis. No obstante, según el funcionario, éste no ha acreditado el parentesco con el niño, ni ha acudido a declarar voluntariamente.
El funcionario indicó que no se descarta la posible culpabilidad de Jazmín y Luis en el deceso del menor, pero al no haber flagrancia no se les puede detener, aun cuando el haber arrojado el cadáver de Elliot a un terreno baldío constituye un delito, “se trata de un delito menor, por lo que primeramente se investiga si se trata de un homicidio doloso”.
Por haber ocurrido en Tijuana, el delito será procesado en esta ciudad, una vez que se obtengan los resultados de las pruebas periciales, cuyos resultados se espera obtener en los próximos días.