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viernes, febrero 16, 2024
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Jerzy Popieluszko (1947-1984)

El 6 de junio de 2010, fue beatificado en la Catedral de Varsovia, Polonia, el sacerdote Jerzy Popieluszko, capellán del Sindicado Obrero Solidaridad.

Mil 600 sacerdotes y 120 obispos polacos, y entre los 140 mil asistentes a la misa de beatificación, Marianna Popieluszko, su madre de 90 años y sus hermanos.


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Inolvidable por sus “Misas por la Patria”, el padre Jerzy fue uno de los impulsores de la democracia y la libertad en Polonia. Compañero del líder electricista de los astilleros de Gdanzk, en el mar báltico, Lech Walesa.

Un 19 de octubre de 1984, Popieluszko fue secuestrado por los servicios de seguridad del régimen comunista polaco; asesinado, su cuerpo apareció en el río Vístula. En aquella ocasión, el Papa Juan Pablo II expresaba que el crimen era una vergüenza para el régimen del general Jaruzelski.

Como en México, durante el régimen anticlerical de los generales Obregón y Calles, Miguel Agustín Pro, sacerdote jesuita, fue fusilado y martirizado impunemente; Popieluszko fue perseguido por las autoridades comunistas que reaccionaron contra la acción pastoral del sacerdote con una intensa campaña de difamación y represión, acusándolo de instigación a la rebelión, turbación de la paz social y actividades ilegales de carácter político.


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Para el Papa Benedicto XVI, el mártir polaco Jerzy Popieluszko, “su servicio y su martirio son un signo especial de la victoria del bien sobre el mal. Que su ejemplo y su intercesión nutran el celo de los sacerdotes e inflame a los fieles con su amor”.

Los biógrafos del sacerdote Popieluszko, relatan que él no solo sufrió el martirio a manos de la policía secreta comunista de Polonia en 1984; debiendo retirarse del seminario de Varsovia para cumplir con su servicio militar en 1966, fue llamado a una unidad especial del ejército, donde las autoridades militares comunistas llevaban a cabo una obra de adoctrinamiento antieclesial y antirreligioso para apartar a los seminaristas de su vocación. Ahí fue objeto de vejaciones y persecuciones, que lastimaron su estado de salud.

Cientos de personas eran atraídas por Popieluszko a sus misas durante la gran represión por la ley marcial en la década de 1980, las multitudes acudían a escucharlo mientras predicaba sobre el valor de la libertad.

Ordenado sacerdote en 1972, durante 14 años el padre Jerzy fue entre otras cosas capellán del sindicato católico Solidaridad, desarrollando su ministerio entre los trabajadores organizando conferencias y encuentros de oración. Ayudaba a los más pobres y enfermos, les administraba el sacramento de la confesión y se convirtió en un apoyo para sus familias. Enseñándoles a responder con oraciones y cantos sagrados y patrióticos ante las amenazas y las agresiones que pudieran recibir.

Quienes lo secuestraron por órdenes del régimen comunista, lo golpearon violentamente. Le pusieron una roca en los pies y lo echaron al río Vístula cuando todavía estaba vivo. A la edad de 37 años.

Millones de polacos, pese a la muerte del padre Popieluszko, no cayeron en la trampa de la violencia y la provocación del régimen. Recordaban las palabras del capellán de Solidaridad: “Tenemos que vencer al mal con el bien”.

El beato Mártir Jerzy Popieluszko es venerado como testigo de la resistencia moral y espiritual del pueblo polaco.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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