Durante el mes de julio de 1520 Cortez no hizo sino descansar y reorganizarse, logrando formar un poderoso ejército con sus aliados tlaxcaltecas, y cientos de españoles que habían llegado a Veracruz con barcos cargados de arcabuces, ballestas, flechas, pólvora y caballos. A la muerte de Cuitláhuac, a causa de haber sido contagiado de viruela por uno de los soldados de Narváez, que sucedió a principios de diciembre, el ardoroso y valiente Cuauhtémoc tomó su lugar.
Cortez, una vez repuesto y reorganizado, regresó a Tenochtitlan, encontrando también el apoyo de Ixtlixóchitl, quien puso a su disposición los ejércitos de Texcoco e influyó a muchos pueblos para que se sumaran al bando español, logrando formar un ejército de 200.00 a 300.000 guerreros. En cambio, Cuauhtémoc disponía de 30.000 a 40.000. Los tenochcas parecían derrotados de antemano por el enorme ejército y superior armamento.
Cuauhtémoc siguió luchando para proteger a México-Tenochtitlan y a su pueblo al asumir el cargo de emperador, y dedicó sus esfuerzos más importantes a la labor diplomática. Sus embajadores visitaron diversos pueblos tributarios para ofrecer paz y libertad a cambio de apoyo. Algunos aceptaron la oferta, la mayoría les volvieron abierta o secretamente las espaldas.
El 26 de diciembre de 1520, daba inicio de los invasores la reconquista de Tenochtitlan. Al día siguiente Cortez presenció un desfile de su enorme ejército, de aliados indígenas, 100.000 guerreros dotados de hondas, lanzas, flechas. En Tlaxcala quedó Martín López con 20.000 indígenas y un reducido grupo de españoles encargado de construir 13 bergantines que se emplearían en el ataque. A seis meses escasos de la Noche Triste, Cortez había logrado consumar su prodigiosa recuperación.
El 13 de agosto Cortez, con la ayuda de sus capitanes, Pedro de Alvarado, Cristóbal de Olid y Gonzalo de Sandoval, cada uno disponía de 200 españoles y 30.000 a 50.000 indígenas. Cortez se ocupó de doce bergantines y 16.000 canoas texcocanas con una dotación de 50,000 guerreros. En los bergantines viajaban 300 españoles.
Vencida prácticamente la resistencia, al mediodía, se inició el avance final. Este mismo día 13 de agosto de 1521, después de sitiar Tenochtitlan, Cuauhtémoc fue capturado en Tlatelolco. García Holguín y Gonzalo de Sandoval se disputaban el mérito de la captura. Cuauhtémoc fue presentado ante Cortez. Durante unos minutos ambos se miraron sin hablar. Cuauhtémoc fue el primero en hablar y dijo: “Señor Malinche: ya he hecho lo que estoy obligado en defensa de mi ciudad y mi pueblo, y no puedo más, y vengo preso ante tu persona y poder, toma este puñal y mátame luego con él”. Por supuesto el caudillo español no iba a deshacerse de un prisionero tan valioso.
Continuará…
Guillermo Zavala Guerrero
Tijuana, B.C.