La primera y única vez que recorrí la península de Baja California me quedé impresionado por la belleza de los lugares que descubrí en el camino. La aventura inició en Tijuana y terminó en La Paz. Este viaje que hice con primos y mi hermano en plena adolescencia, me resultó verdaderamente placentero, desafortunadamente los recuerdos poco a poco se van borrando.
En lo personal me he convertido en “promotor” de ese recorrido aunque francamente desconozco detalles. Ahora que me encuentro lejos me ha despertado un mayor interés por explorar esos sitios. Como bajacaliforniano estoy obligado a hacerlo.
En últimas fechas me ha tocado conocer un poco más sobre la otra parte de la península: Baja California Sur. Cuando trabajé en la Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal era común viajar a municipios de este estado al azotar algún huracán o tormenta que dejaba daños considerables; nuestra labor consistía en brindar ayuda de primera mano a las familias afectadas.
Ahí empecé a conocer más de la entidad e inmediatamente percibí el enorme potencial de la zona. Su situación geográfica lo hace tener grandes ventajas y algunas desventajas. Las ventajas saltan a la vista de todos, es decir sus bellezas naturales y la calidez de la gente, su gran desventaja es la distancia. Se requiere de toda una logística el trasladar alimentos, servicios y demás a ese rincón del país. De ahí que los empresarios deben sacar bien sus cuentas cuando voltean hacia Baja Sur.
Pero el empresario no solo quiere convertir su inversión en un sólido negocio sino que también busca lugares donde su capital esté protegido en términos legales, donde existan leyes y ordenamientos claros, que las “reglas del juego” no cambien a capricho de algún gobernante en turno sea del partido que sea.
Lo anterior que parece un deseo lógico no se estaba presentando en este lugar del país, en muchos estados el fortalecimiento del marco legal es una prioridad porque se convierte en un elemento fundamental de decisión cuando una empresa nacional o internacional pretende instalarse. Estados como Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Nuevo León, por citar algunos ejemplos cuentan con una legislación sólida que genera interés al inversionista.
De ahí que resalto lo que recientemente sucedió en Baja California Sur, su Gobernador Carlos Mendoza Davis lo primero que hizo en cuanto llegó al gobierno hace menos de un año fue enviar una serie de iniciativas de Ley que tienen como propósito generar certidumbre a todo aquel que tenga interés de invertir en su estado o que desee crecer.
Destaco en particular 3 de las 11 leyes que ya fueron promulgadas:
* Ley de Fomento Económico y Competitividad, que contempla estímulos claros y reales para quienes inviertan o emprendan negocios ya sean grandes o pequeños.
* Ley de Asociaciones Público-Privadas, la cual regula mediante relaciones contractuales la prestación de servicios públicos en infraestructura, el desarrollo de proyectos de inversión productiva, investigación aplicada o de innovación tecnológica, que efectúen total o parcialmente el sector privado en beneficio de la sociedad.
* Ley de Desarrollo Rural Sustentable, que atiende las necesidades del sector agropecuario y pesquero en su conjunto, fomentando de las actividades productivas.
Así como se lee de sencillo eran leyes que no se tenían. El reto ahora es hacerlas cumplir cabalmente y también resolver otro tipo de problemáticas que requieren de la misma atención gubernamental.
Por lo pronto espero poderme dar ese gusto de recorrer la península de principio a fin y seguir siendo testigo del desarrollo de nuestra región y en particular de sus encantos naturales.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal, así como como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro