Previo minuto de silencio ante el fallecimiento de Ignacio Padilla un día antes, al filo del mediodía del domingo 21 de agosto de 2016 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, fue homenajeado José Agustín y su novela célebre “De perfil”, a cincuenta años de su publicación.
Acompañado de su familia, José Agustín (19 de agosto de 1944) escuchó a los escritores Rosa Beltrán, Enrique Serna y Juan Villoro discurrir sobre su vida y obra, incluida por supuesto “De perfil”.
“Considero a José Agustín uno de mis grandes maestros”, expresó para empezar Rosa Beltrán para posteriormente afirmar:
“A pesar de la enorme influencia de la obra de Agustín en las letras mexicanas, a pesar de haber cambiado nuestra forma de escribir y, lo más importante, de leer; a pesar de las más de 50 ediciones de ‘De perfil’ y de las novedosas ediciones de sus otras obras, a pesar de ser ídolo de multitudes hasta de las que no lo conocen, aún de las que no lo han leído pero que están a punto de leerlo y pese a ser uno de los poquísimos autores cuyos libros uno encuentra en cualquier momento en la librería a la que va, creo que la figura controvertida de Agustín seguirá provocando esta pasión dicotómica, así sucede con los que rompen moldes, y sin quererlo los sigue rompiendo”.
En su turno, Enrique Serna valoró: “Este homenaje fue anunciado como una celebración de una novela que ya es un clásico moderno de nuestras letras, ‘De perfil’, creo sin embargo que pecaríamos de reduccionistas si solamente nos refiriéramos a esta obra, porque José Agustín es un autor muy prolífico que tiene casi 40 libros publicados y entre ellos hay varias obras que dejaron una huella muy fuerte en los lectores”.
“José Agustín erotiza lo sagrado y deja entrever que la secreta función de su obra ha sido vincular la carne con el espíritu, la poesía con la prosa y el ahora con la vida eterna; lo que hoy celebramos no es solo una efeméride, sino un largo proceso de alquimia verbal que lo ha llevado a indagar por distintos caminos el significado profundo de la existencia”, sentenció entre aplausos el autor de “La doble vida de Jesús” (Alfaguara, 2015).
Después, Juan Villoro refirió que José Agustín logró el mismo artificio que Juan Rulfo: “Hacer que el lenguaje de todos los días, el lenguaje juvenil, cobrara una entidad propia y se convirtiera en algo significativo”.
Lapidó Juan Villoro: “José Agustín no es un taquígrafo del habla, es el reinventor de nuestro idioma”.
Finalmente, escoltado por algunos de sus familiares, en el Palacio de Bellas Artes José Agustín firmó algunos libros que sus lectores le acercaban, entre ellos por supuesto “De perfil”, “La tumba”, “Armablanca”, “Tragicomedia mexicana”, “El rey se acerca a su templo”, “La panza del tepozteco”, entre otros.