En las últimas semanas se ha vuelto común escuchar de varios gobernadores electos una queja recurrente: sus antecesores les entregarán pésimos estados financieros ya sea por quiebra o recursos por demás comprometidos a través de deuda.
Para gobernadores y alcaldes electos debe ser todo un reto empezar a armar su presupuesto con miras al 2017. Es de conocimiento que los recursos federales estarán muy limitados principalmente por la caída en el precio del petróleo. La mejor manera de que una entidad dependa menos de las participaciones federales es aplicar impuestos locales, evidentemente esta medida es rechazada por los gobiernos estatales y municipales ante lo impopular de éstos.
En algunos estados donde hubo alternancia el proceso de transición se está dando sin mayores contratiempos, pero en algunos de éstos las cosas rayan en el dramatismo, por ejemplo: Veracruz y Chihuahua. En el caso de Veracruz, el Gobernador Javier Duarte ha hecho con las finanzas del estado lo que ha querido al grado de tenerlo en la quiebra. Todos los días nos enteramos de una serie de barbaridades que propone el mandatario generando una enorme incertidumbre a todo aquel que ve en esa entidad una oportunidad de invertir arriesgando su dinero. Qué decir de la inestabilidad política al pretender lograr inmunidad ante el arribo de una nueva administración de diferente partido al actual.
En Veracruz, recién la población acudió a las urnas y en tan solo dos años lo volverá a hacer, de ahí que el nuevo Gobernador intentará por todos los medios meter a la cárcel a Javier Duarte como lo prometió en campaña.
Por otro lado, en Chihuahua las cosas no pintan nada bien. El Gobernador César Duarte sigue endeudando al estado y comprometiendo los recursos de las próximas generaciones. Hay que recordar que la deuda de hoy son los impuestos de mañana. Al hacer un mal uso del recurso y excederse en el gasto solo generó unos pasivos impresionantes. El Gobernador Duarte nunca pensó que ganaría su enemigo Javier Corral quien se encargó de desenmascarar las tropelías que cometió durante su mandato.
Ante este escenario tan pesimista ¿qué podrán hacer los gobernadores entrantes? Seguro habrá varias alternativas, pero quiero destacar una en particular que se dio en el estado de Querétaro. El actual Gobernador panista Francisco Domínguez heredó de la pasada administración priista un déficit de 400 millones de pesos aproximadamente. Con un déficit así, cualquiera se paralizaría y señalaría culpas para ir justificando la inacción de gobierno.
Si bien el Gobernador Domínguez no dejó de hacer pública dicha información, desde el primer día no se quedó en el lamento, al contrario, se dio a la tarea de solucionarlo. Lo que exitosamente se hizo fue reducir en menos de un año el gasto de gobierno por 1,134 millones de pesos, de esta manera se logró pasar a un superávit de 800 millones de pesos. Así también se consiguieron recursos por 774 millones que se recuperaron de proyectos abandonados por la anterior administración.
Este ejercicio que parece un juego simple de sumas y restas lleva consigo un enorme esfuerzo por priorizar la acción de gobierno dejando de lado el abuso en el gasto que se aplicó de manera innecesaria e injustificada.
En un país como el nuestro, donde el presupuesto basado en resultados se aplica poco hay ejemplos de cómo sí se pueden hacer las cosas siempre y cuando exista voluntad y determinación para hacerlo.
Como reflexión señalo que los gobernadores salientes su irresponsabilidad debe tener consecuencias severas y a los gobernadores entrantes, no se deben quedar en el lamento sino en aplicar experiencias exitosas como en Querétaro.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal así como como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro