A un año de haberse integrado, los Black Berries se ha consolidado como un grupo que apuesta por la preservación del rock clásico, “… más que nada quisimos rescatar ese tipo de música para nuestras generaciones”, sostuvo el bajista Alberto Armendáriz, quien considera que la oferta de ese género musical en Tijuana es escasa, con presencia de unas cuantas bandas únicamente, en el ámbito de la música en vivo. De modo que el conjunto tijuanense se presenta todos los domingos en el Tía Juana Tilly’s, con un repertorio que incluye temas de artistas y agrupaciones tales como The Zombies, Roy Orbison, Cream.
Las actuaciones de Black Berries, a decir de Armendáriz, responden a la modalidad de tardeada. Cada domingo, a partir de las 5:00 pm, el conjunto abre su presentación con una selección de temas, “música de los sesentas, de los setentas” o “de los ochentas”, reiteró el entrevistado; tras esa intervención, la banda realiza una pausa de 20 minutos para después subir al templete tres veces más; “son tandas -explicó bajista-, tocamos cuatro horas, de 5:00 a 10:00 (pm)”. A propósito de tocar ese día de la semana, aseguró que antes, el lugar estaba “muerto” los domingos. “La gente desde que empezó a saber de esto, no nos ha dejado de apoyar”; actualmente, agregó, su público también se conforma del turismo que visita la Avenida Revolución, donde está ubicado el establecimiento con capacidad estimada “para 150 personas”.
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El pasado 12 de junio, ahí mismo, el quinteto fronterizo celebró su primer aniversario, haciendo lo suyo sobre el entarimado. En el marco de la celebración el vocalista de Los Solitarios, Agustín Villegas, les entregó un reconocimiento.
Sobre la propuesta musical de los Black Berries el bajista mencionó que procuran “inyectarle algo al rock clásico”. En este sentido, se refiere a un aporte de carácter intercultural, “la esencia de latinos que somos –manifestó-, somos mexicanos y yo creo que va a resultar bien, porque, fíjate qué coincidencia, todos somos de Tijuana”, expuso en alusión a los integrantes de la banda. “Tenemos un toque especial”, señaló por su parte el guitarrista, Antonio Tello, “es una magia, eso de la música… no es presunción, uno se da cuenta”.
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En términos de experiencia, ambos músicos provienen de agrupaciones con amplia trayectoria. Armendáriz tocó por más de 30 años con Los Solitarios. Tello fue miembro de Los Five Fingers, al igual que su hermano Daniel, quien los acompaña en la batería.
En entrevista con ZETA, los intérpretes tijuanenses hablaron de su apego a la música sajona, “a nosotros no se nos da mucho el rock en español”, confesó de entrada el músico, quien precisó que el enfoque de los Black Berries son los temas en inglés: “Ésa es la línea que queremos trabajar”. En tanto que el guitarrista se pronunció renuente a ejecutar otro tipo de canciones, “a veces pensamos que, a lo mejor, nos van a estar pidiendo cumbias y no queremos tocar cumbias… porque no lo sentimos”.
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El desempeño del conjunto local (que también se constata con material de los Beatles y de los Rolling Stones) converge con la actividad de otros grupos locales, como American Nova y Tijuana Cuatro, o Pachuco Blues y Hola Soy Lola, que, tanto en la Avenida Revolución como en otros puntos, mantienen viva la escena del rock clásico.
