Eva Ramos López, residente de San Diego, señaló a ZETA su inconformidad respecto a la actuación de la Policía Municipal de Playas de Rosarito, quienes no supieron orientarla de manera correcta, ante el aparente robo de su vehículo mientras visitaba a familiares en el quinto municipio.
Ramos comenta que el día en cuestión –siendo el 17 de junio– estacionó su vehículo en la Calle Acacias, a media cuadra de la Delegación Centro de Playas de Rosarito; al regresar por él hacia las 21:00 horas ya no lo encontró. A partir de ese momento inició lo que la quejosa califica como un viacrucis.
De inicio lo creyó un robo, por lo que lo reportó al 066, siendo atendida por la Policía Municipal media hora después. El oficial que la atendió –de apellido Díaz– le aseguró que podía ayudarla, pero tras realizar un par de llamadas le confirmó que su vehículo no había sido remolcado por alguna infracción, por lo que se ofreció a llevarla a presentar su denuncia por robo. La dejó a media cuadra de las instalaciones de la PGJE, pero al ya estar vigente el Nuevo Sistema de Justicia Penal, no fue atendida ahí, por lo que tuvo que caminar hacia las nuevas instalaciones, cuyo personal la ignoró.
Cansada de esperar, Ramos consiguió el teléfono de Grúas Salceda e hizo una nueva tentativa por localizar su vehículo, informándole personal de ese negocio que su vehículo sí había sido remolcado. Otro oficial de Policía, de apellido Reyes, le aconsejó que se dirigiera directamente a Grúas Salceda y dijera que iba de su parte, para acelerar la recuperación de la unidad.
Mencionar el apellido del policía no le sirvió de nada, ya que le cobraban mil 600 pesos para poder retirar el carro, sin informarle el motivo del remolque. Al advertir la quejosa que informaría del atropello a la prensa, el personal de Grúas Salceda cambió de parecer y le informó que no podría regresarle el vehículo “aunque pagara”. Entonces ya era la una de la madrugada del 18 de junio.
Se trasladó a la Delegación Centro, donde a Ramos se le informó que la boleta de infracción no se le entregaría sino hasta las 10 de la mañana. Al volver a la hora establecida, el Juez Municipal, Ramón Celestino Medrano Aguilar, le informó que el policía que la infraccionó se encontraba suspendido y que nada podía hacer para ayudarla.
Decidió regresar a Grúas Salceda donde, tras negociar con el personal, logró recuperar su vehículo pagando mil pesos.
En una inspección posterior en el lugar donde le remolcaron su vehículo, apenas visibles por el mural que cubre el muro de un predio, ubicó los letreros de no estacionarse.
Cuestionado sobre este caso, el Director de Seguridad Pública Municipal de Playas de Rosarito, Joaquín Olea, solo se limitó a responder que “todos los elementos a mi cargo conocen el procedimiento a seguir cuando por motivo de una infracción se remolca algún vehículo”.
