Durante más de dos meses, Miguel Treviño Morales entabló comunicación con un juez de amparo. Le explicó que no le permitían salir al patio una hora diaria como tiene derecho todo recluso. En sus misivas, el ex líder de los Zetas calificó a las autoridades penitenciarias del Altiplano como “mentirosas”
Los días de encarcelamiento del presunto narcotraficante Miguel Ángel Treviño Morales “El Z-40”, ex líder del grupo criminal Los Zetas, no han sido los más cómodos en su existencia y así lo ha hecho saber a los jueces ante quienes promueve juicios de amparo para que se garanticen sus derechos fundamentales como recluso del penal del Altiplano.
Demandante, respondón e indisciplinado, el preso número 3861 ha vivido dos traslados forzosos a los penales federales de Puente Grande y de Oaxaca, pero en igual número de ocasiones ha conseguido que se le regrese al Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, en Almoloya de Juárez.
En su retorno al Altiplano -unos días antes que finalizara 2015- las cosas no le van bien. Ha promovido por lo menos tres amparos alegando castigos, incomunicación y tortura, entre otros actos que atribuye a las autoridades penitenciarias. Pero en un asunto en particular, el 287/2016 del Juzgado Primero de Distrito de Amparo y Juicios Civiles Federales en el Estado de México, llama la atención la comunicación que estableció durante más de dos meses hacia el juez.
El 4 de marzo, Miguel Ángel Treviño Morales reclamó en juicio de garantías “la negativa de salir al patio durante una hora”, señalando como autoridades responsables al director general y presidente del Consejo Técnico Interdisciplinario del CEFERESO 1, entre otras. El tamaulipeco se quejó de que tenía que permanecer todo el tiempo en su celda, no le daban actividades escolares, laborales y no podía realizar ejercicio.
El juez concedió, como sucede en estos casos, la suspensión de plano para que cese el presunto abuso. Ni tardes ni perezosas las autoridades señaladas contestaron sus informes señalando que “es falso lo que el quejoso señala en su escrito”.
Cambio de piso
Los días pasaron y, el 15 de marzo, en la cédula de notificación, Treviño anotó: “Señor Juez le hago saber que le están mandado unas hojas de actividades del módulo 1, pero resulta que el 22 de febrero, como a las 8 de la noche me trasladaron al área de Tratamientos Especiales, pasillo 1, estancia 7. Por lo tanto, aquí delante de su actuario, el oficial está reconociendo que el día de hoy no tuve patio”.
“El Z-40” también se quejó de que tenía dos meses con un libro prestado por la biblioteca y no se lo habían cambiado, como debe ocurrir cada semana. Los directivos del penal volvieron a negar los señalamientos del interno. “Sí sale a patio y le tenemos actividades diarias”, habrían informado.
A partir de entonces, entre formal e intrépido, el preso comenzó a enviar recados en la cédula de notificación. Esa vez respondió: “Señor Juez son mentiras lo que contestaron. Ahorita a los Patios les están cambiando el piso. Por lo tanto, le pido ordene a su actuaria que de fe que no hay piso en el patio, entonces ¿cómo me sacan?”.
Para el 28 de marzo, el reclamante anotó en el documento del tribunal: “Señor Juez yo le estoy pidiendo que su actuario de fe que el patio no tiene piso porque le quitaron el cemento y es lo que puede percibir con el sentido de la vista. A mí no me sacan a patio del C.O.C., pero la verdad creo que no entiende mi letra, porque yo le pido que su actuario de fe de eso y no lo hace”.
Ante la insistencia del quejoso, el juzgador de garantías comisionó al actuario para que se atendiera la petición, al mismo tiempo requería a las autoridades el expediente correcto de Treviño, pues en vez de remitir el 3861, el área jurídica envió el 3681, para que explicaran si habían cambiado de módulo al preso, sí ya le permitían salir al patio y en qué horarios.
Tres días después, el propio ex jefe zeta informaba al funcionario judicial: “Señor Juez ya me cambiaron al Módulo 1, pasillo 1B, estancia 4, por lo tanto ya no tiene caso que se lleve la inspección, ya que como puede constatar su actuario ya me cambiaron de módulo, pero no me sacan a patio, como quiera”.
Miguel Ángel agregó: “Por lo tanto, le pido a Usted Señor Juez, le ordene al director que siempre que salga yo al patio la hora de salida y la hora de entrada, y así ya ni como yo diga que no me sacaron, porque ahí estaría mi firma y así el director no diga que si me saca si no tiene una constancia. Pienso que así nos quitamos de problemas y es la mejor opción”.
“Son bien mentirosos”, dijo el presunto capo
Llegó el mes siguiente y las autoridades seguían omitiendo remitir el expediente correcto del presidiario, tampoco rendían los informes solicitados para comprobar que no estaban violando la suspensión de plano otorgada. El juez ordenó apercibir al personal del penal de máxima seguridad para cumplir con lo solicitado.
El 11 de abril, Miguel Treviño volvió a la carga: “Ofrezco como prueba los videos de las cámaras del pasillo 1-B del módulo para que Usted mire que no me sacan a patio. Y los videos de las cámaras de cuando estuve en Tratamientos Especiales, pasillo 1, estancia 7”.
El juez le negó la prueba y urgió a los directivos del reclusorio a rendir sus informes. Dos días después contestaron. El interno tiene su hora fuera de celda, actividades y no se cruzan sus tiempos de locutorio con su salida al patio.
“El Z-40” refutó la respuesta penitenciaria el 18 de abril: “Señor Juez, los directivos del Cefereso nunca van a reconocer que no me sacan, por lo tanto le pido que acepte los videos de vigilancia para que usted se cerciore que yo no tengo patio. Solamente me ha sacado un día, el martes 12 de abril de 2016, una hora y solamente esa vez.
“Me dieron un libro el 4 de abril. Eso sí es cierto, pero lo del patio no es cierto, y con los videos nos quitamos de perder tanto tiempo y Usted confirmaría que no me sacan y que aquí son bien mentirosos los directivos y están rindiendo informes falsos y eso es un delito, que yo estoy consciente que si yo le estoy diciendo Cosas falsas, puedo alcanzar responsabilidad penal, por lo tanto, cuando se compruebe que le están rindiendo informes falsos las autoridades responsables le pido de parte al Ministerio Publico para que ejercite acción penal en su contra, porque se supone que son servidores públicos honestos y son en realidad una bola de mentirosos que, solamente con sacar a uno al patio, se acabaría el problema, pero no, se amachan y no me sacan. Por su atención gracias. Miguel Ángel Treviño Morales”.
Las quejas
El juzgador solicitó a las autoridades del Altiplano remitir constancias de la programación de actividades en el área en que se encontraba el quejoso, así como de las actividades en las ubicaciones anteriores. El director envió lo solicitado, actas administrativas del Consejo Técnico Interdisciplinario y documentos que señalaban que Treviño salía al patio y estaba inscrito en clases de dibujo.
El 17 de mayo, el quejoso se enteró de la respuesta oficial y entonces volvió a escribir: “Señor Juez, ese informe dice que me sacaron 4 días a la semana no es cierto, pero vamos a suponer que sea cierto. A mí me deben sacar todos los días mínimo una hora a tomar el sol y a ejercitarme, y con ese informe se demuestra que no lo están haciendo ya que marca que me sacaron 4 días por semana y eso ya me afecta, porque estoy encerrado todo el día”.
De su inscripción en actividades artísticas comentó: “Me trajeron 12 colores y un cuaderno muy grande con hojas para dibujar y les firmé que me las entregaban y que estaba en una clase de dibujo, y pues nunca me dieron la clase de dibujo y ya me quitaron el cuaderno de dibujo y los colores. Por lo tanto, a usted le remitieron informe que estaba en clases de dibujo y pido inspección a mi estancia con el notificador para que Usted se cerciore que no tengo nada para la clase de dibujo nomás me lo dieron para que les firmara y les firmé, y a los días me quitaron todo lo de dibujo.”
Finalmente llegó el momento de sentenciar el juicio de amparo. Personal del centro carcelario aportó muchas constancias. “El Z-40” no pudo probar lo contrario. El fallo fue el sobreseimiento del juicio de garantías por la “inexistencia del acto reclamado”. Pero el preso no se rinde y ya promueve nuevas demandas en espera de mejor suerte.
Caen dos del CJNG con arsenal y droga
Reynaldo Solano, originario de Los Ángeles, California y Víctor Hugo Vázquez Becerra, nacido en Tijuana, ambos de 36 años de edad, fueron detenidos por elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), ya que están ligados al Cártel Jalisco Nueva Generación, liderado por “El Piolín” y “El Gross” en Tijuana.
La detención se llevó a cabo el miércoles 29 de junio, cuando los circulaban a exceso de velocidad una camioneta Honda Odissey, modelo 2005 sin placas de circulación, sobre la calle Décima, en el ejido Matamoros.
En el vehículo, los sujetos traían una maleta con lo siguiente:
– 230 gramos de “cristal” que equivalen a 2 mil 300 dosis de la droga.
– 2 armas largas calibre .223 milímetros.
– 1 arma larga calibre 30-30 milímetros.
– 1 arma corta 5.7 x 28 milímetros.
– 1 arma corta calibre 9 milímetros.
– 177 cartuchos de diversos calibres.
– 6 cargadores.
Datos proporcionados por el área de inteligencia de la PEP informan que Reynaldo “El Cabo” fue identificado como el segundo al mando de la célula liderada por Juan José, alias “El Piolín”, y Arturo Giovanni, alias “El Gross”, integrantes del cártel de Jalisco.