En dos días, dos parejas fueron ejecutadas en circunstancias parecidas. Mientras estaban en un vehículo frente al domicilio de uno de ellos, con armas de alto calibre y disparos precisos. En uno de los casos, la PGJE investiga un crimen pasional, en otro una ejecución por droga
Un gatillero que porta un arma de fuego calibre 40 manda una incuestionable señal de un experto. Más aún si sus tiros son certeros.
Es un arma considerada de “gran calibre” por encima de la 9 milímetros, e incluso la potente .357 Magnum. Capaz de derribar a cualquier hombre de un solo tiro.
Quien dispare el arma corta, acierte y pueda escapar sin ser detenido debe ser un hombre adiestrado en armas, un sicario profesional.
En balaceras en Tijuana o intentos de homicidio que han quedado videograbados por sistemas de seguridad, en el mayor de los casos se observa a los atacantes nerviosos, disparando de manera indiscriminada, hiriendo a personas ajenas a sus blancos.
Lo arriba narrado, basado en testimonios de investigadores y especialistas, da las primeras líneas de los últimos acontecimientos violentos en Tijuana, los asesinatos del escolta de la ex directora de Seguridad Pública y su prometida, y la pareja universitaria de una familia de Playas de Tijuana, con antecedentes de secuestro y violencia.
Es así como los homicidios, registrados en un lapso de dos días, guardan semejanza en el modo, pero no en el móvil.
Mientras la investigación del caso del policía municipal Carlos Calderón y su novia Priscilla García se inclina a un posible crimen pasional, en el de los jóvenes de 20 años, Vianey Moreno y Ricardo Ruiz, se indagan las actividades de éste último y las de su familia.
Para la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), uno de los rasgos principales de los crímenes, es el tipo de calibre con el cual fueron ejecutados.
Miguel Ángel Guerrero, coordinador de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales de la PGJE en Tijuana, explica: “No cualquiera sabe utilizar” ese tipo de arma porque requiere mayor fuerza para sujetarla al momento de detonarla.
El funcionario estatal apuntó que en los últimos homicidios, personal de la Procuraduría ha recogido más casquillos calibre .40 y .45, a diferencia de aquellas de calibre 9 milímetros, las más comunes por ser automáticas, más manejables, chicas y fáciles de controlar.
En cambio, “la peculiaridad de las calibre .40 y .45 es que son un poco más difíciles de controlar, pero más fulminantes porque la bala es más gruesa”, indicó.
Al estudiar los ataques ocurridos, se sabe que ambas parejas fueron sorprendidas por el asesino mientras se encontraban en el interior de un vehículo. Se colocó en uno de los costados para disparar con precisión en cuello, cabeza y brazos.
En ninguno de los dos casos hay testigos que proporcionen una descripción detallada de los homicidas, ni vídeos de seguridad que faciliten su identificación. Son además asesinos sin rostro, por lo que la labor de la PGJE para dar con los responsables, dependerá fundamentalmente de las pruebas periciales recabadas en el lugar de los hechos y su habilidad para integrar las carpetas de investigación.
Acechado en su hogar
La tarde del domingo 17 de julio, vecinos de los condominios Infonavit La Mesa en Tijuana, notaron la presencia de dos hombres ajenos al fraccionamiento. Durante un buen rato, ambos permanecieron recargados y sentados sobre una barda despintada de color verde, justo frente al departamento de la madre del policía municipal Carlos Calderón Gutiérrez.
Cuando el automóvil Chrysler 300, propiedad del agente municipal, arribó al cajón de estacionamiento, localizado dos espacios a la derecha de la ventana del hogar de su familia, testigos relatan que uno de los hombres caminó hasta el lado del conductor y disparó en cuatro ocasiones contra el oficial y su prometida, Priscilla García Hernández.
Ningún tiro falló. El joven de 36 años de edad recibió un proyectil calibre .40 en el cuello y otro en el brazo derecho. En el cuello de ella se impactó otro disparo y uno más se introdujo en su espalda baja, justo en la región lumbar.
En la parte trasera del automóvil viajaban el hijo de tres años del policía y otro menor de edad identificado por la familia Calderón Gutiérrez como sobrino de la mujer, ninguno de los dos niños resultó lesionado en el ataque. Los cuatro habían pasado la tarde en una plaza comercial, explicaron testigos a ZETA.
La familia del agente, con 13 años de carrera en la corporación municipal, se encontraba dentro de la vivienda cuando los hechos ocurrieron. El reporte a la línea de Emergencia 066 se dio a las 8:24 pm, por lo que unidades se trasladaron hasta el Bulevar Benítez y Calle Paseo de los Taxistas, donde se ubica el conjunto residencial.
Carlos Calderón fue sustraído del vehículo por paramédicos de la Cruz Roja, quienes lo colocaron sobre el pavimento y realizaron maniobras de reanimación, pero fue declarado muerto en el lugar.
Priscilla García fue trasladada con vida al Hospital General de Tijuana, pero falleció tres horas después, a las 11:50 pm.
Información recogida por la PGJE refiere que testigos no dieron una descripción que permita identificar al homicida, de quien saben, vestía una sudadera y corrió hacia el Bulevar Benítez después de cometer el crimen, para perderse entre los carros.
Indagan relación anterior de novia de policía con narcomenudista
Antes de ingresar a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), corporación a la que se sumó el 12 de julio de 2003, Carlos Calderón Gutiérrez estudiaba para ser ingeniero.
“No me gustaba que fuera policía, no quería que entrara”, recuerda su madre, Rosario, un día después de los hechos.
Vecinos de la familia colocaron tres veladoras en el lugar donde la pareja falleció. Son las 6:40 de la tarde del lunes 18 de julio, aunque todavía no oscurece, una hermana del policía se acerca con cerillos para encenderlas. La familia recibe el pésame de vecinos, amigos y compañeros de Carlos.
Explican a la reportera que hace menos de un año, él se separó de su esposa, pero todavía no concluía el proceso de divorcio. Hace dos meses, a Carlos y su novia Priscila les informaron que tendrían un hijo y planeaban casarse en los siguientes meses.
Sin embargo, la necropsia realizada por el Servició Médico Forense (SEMEFO) indica que la joven de 20 años de edad no se encontraba embarazada.
En un primer momento, la Procuraduría “investigó si había algún tipo de amenaza, pero nos refiere la Secretaría que no”, detalla Miguel Ángel Guerrero.
Así lo declaró también el encargado de despacho de la SSPM de Tijuana, José Luis Medina, quien aseguró que Calderón contaba con un “expediente limpio, no tiene detenciones relevantes ni recientes”.
Casi la mitad de sus 13 años como policía, los había cumplido como jefe de escoltas de Patricia Sida Wilkes, ex directora de la Policía Municipal de Tijuana y actual Comandante de la Unidad Especializada en Investigación Criminal (UEIC).
También fue escolta de quien ocupó ese cargo al inicio de la actual administración municipal, Reyes Montilla López, informó la SSPM.
La comandante Sida Wilkes expresó de quien fuera su escolta: “Siempre demostró ser una persona responsable, con profesionalismo, siempre al pendiente y dedicado, sin ninguna situación que diera de qué hablar. Un excelente policía y colaborador”.
Según testimonios de testigos, la ex directora de la Policía Municipal llegó casi de inmediato a los condominios de Infonavit al enterarse del crimen. Ahí permaneció casi dos horas, dando instrucciones y supervisando a los agentes municipales para que recabaran la información necesaria.
Al momento del ataque, el escolta no se encontraba armado, ya que estaba en su día de descanso. Incluso, el automóvil asignado por la SSPM para su trabajo, estaba estacionado a un costado de donde fue atacado junto a su prometida.
Por este motivo, la PGJE ha buscado otras explicaciones del crimen. “Estamos investigando el caso de ella, con sus relaciones anteriores, si pudiera haber una situación que nos llevara a una línea de lo pasional, sin descartar lo laboral por parte del policía”.
Y es que las primeras versiones del crimen vinculan a un hombre apodado “El Jairo”, ex pareja de ella y con domicilio en la colonia Los Torres, donde la joven vivía. Este hombre -según información proporcionada a ZETA– se dedica al narcomenudeo y recientemente había tenido un altercado con el agente municipal.
Universitarios ejecutados en “ataque certero y planeado”: PGJE
Vianey Moreno Rentería y Ricardo Ruíz Morales celebraron dos años de noviazgo el martes 12 de julio. Una semana después, la noche del 19, fueron atacados a quemarropa mientras se encontraban en un automóvil Jetta modelo 2011 de color gris.
La joven, estudiante de la Licenciatura de Derecho en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), fue ejecutada de un disparo en la sien, informó la PGJE. Mientras que Ricardo, estudiante de Ingeniería, murió de tres impactos en rostro, cuello y brazo derecho. En el lugar, personal de Servicios Periciales recogió diez casquillos percutidos calibre .40
Sobre este crimen, el coordinador de la Subprocuraduría, Miguel Ángel Guerrero, expresó: “Fue un ataque certero, directo contra los dos. Algún problema debe haber por ahí. Fue un homicidio planeado”.
El ataque se registró alrededor de las 9:52 pm en la calle Olas Altas, entre Quebrada e Hipocampo, Sección Coronado de Playas de Tijuana, frente a la vivienda de él.
A las 10:20 pm, personal de la Procuraduría recibió una llamada para informarles de dos cuerpos sin vida.
Testigos consultados por este Semanario, revelaron que dos miembros de la familia del joven Ricardo Ruiz discutieron después del asesinato, uno de ellos culpó al padre de ser el responsable del homicidio al introducir al hijo a la venta de droga.
Información adicional indica que el joven asesinado se dedicaba al cruce de enervantes hacia Estados Unidos, lo cual se convierte en la principal línea de investigación del crimen.
También fue localizada una camioneta Explorer verde con placas de California, a espaldas de la escena del crimen, la cual fue utilizada por el asesino para huir del sitio. Debajo del asiento del copiloto, fue hallada un arma calibre .40 con el cargador desabastecido, la cual presume la PGJE, fue utilizada para cometer el crimen.
Los primeros reportes de la Procuraduría indican que podría tratarse de un vehículo con reporte de robo.
Acerca del arma, el funcionario informó: “Normalmente cuando (los agresores) se llevan las armas, nos damos cuenta de que los casquillos están relacionados con otros eventos, pero cuando la dejan en el lugar, casi siempre es porque con ella se cometió solo ese homicidio”.
La rapidez con que actuó el homicida impidió que algún testigo lo observara y pudiera ofrecer una descripción de él, declaró la Procuraduría.
De acuerdo con información obtenida por ZETA, años atrás la madre de Vianey fue víctima de un secuestro, pero fue dejada en libertad tras el pago del rescate.
Mientras tanto, la PGJE continúa en etapa de recolección de información para integrar el caso.