A David Saúl Guakil no le dieron la candidatura a la alcaldía de Tijuana que tanto anhelaba y por la que tanto trabajó. Seguro ahora presume de haber sido aquella una decisión correcta ante la derrota del PRI, o alardea que con su presencia y campaña no hubiesen perdido la presidencia municipal. Pero cualquiera que sea su sentir, ciertamente Guakil es hoy día un activo del Partido Revolucionario Institucional. En el recuento de los daños priistas, la dirigencia estatal de Chris López reactivará la Comisión de Honor y Justicia, con el fin único de evaluar a aquellos tricolores que consideran, traicionaron a su partido en la elección del 5 de junio de 2016, al apoyar a otros candidatos, o al intentar incidir en la intención del voto de otros priistas. La lista, dicen en los corrillos rojos, no es corta. Desde las huestes del Hipódromo que cabildearon para las maniobras en distritos electorales desde la Ciudad de México, hasta quienes cercanos a David Saúl Guakil sirvieron de enlace entre candidatos y medios de comunicación para entrevistas que desplegaran las propuestas de competidores de René Mendívil Acosta, el derrotado abanderado tricolor; o aquellos que aportan en pesos y centavos campañas contra el propio López. Total, mientras la cúpula del PRI está considerando a David Saúl para director regional de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), acá su personal de comunicación, con sus actos, lo ha dejado ver como de los tricolores que jugaron la contra a Mendívil y que contribuyeron a la derrota del Revolucionario Institucional. Así que, o el ex delegado aclara la situación con su partido, o se deshace de quienes desde su departamento de comunicación, traicionaron a los priistas. ¿Qué sucederá? De confirmarse el nombramiento o el ostracismo político de David, lo sabremos.