El tema de las cenizas que expulsan las termoeléctricas en La Paz ha cobrado relevancia por el alto contenido en metales pesados como titanio, azufre y vanadio, este último, altamente tóxico para el cuerpo humano, al causar cáncer.
Científicos del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) en La Paz señalan que de existir un gran contenido de metales pesados y una presencia continua de estos contaminantes en los mares y Áreas Naturales Protegidas (ANP) como el Complejo Insular Isla Espíritu Santo, afectaría seriamente a las especies, sobre todo aquellas de consumo humano.
“Los efectos pueden ser muy severos, hay que tomar en cuenta que la mayor parte de las contaminaciones por metales pesados se acumulan en los tejidos de los peces o de los que filtran el agua para alimentarse de otro tipo de partículas, entonces hay algunos moluscos que pueden acumular. A la larga esos organismos no servirán para consumo humano”, advirtió Sergio Hernández Trujillo, coordinador de la especialidad en Gestión de Ambientes Costeros del Centro.
En unas fotografías aéreas obtenidas por ZETA se aprecia el humo que desprenden las chimeneas y que envuelve a los cerros cercanos de ceniza tóxica, pero la dirección del viento empuja los residuos directo a Espíritu Santo; por lógica, los metales pesados cubren la zona del Archipiélago y afectan la flora y fauna de la zona.
“Dependiendo del tiempo de residencia de esos contaminantes o de lo que se haga para eliminarlos, los impactos deben ir desde efectos severos en el ciclo de vida de los organismos que están ahí, o bien, mantener condiciones anóxicas cuando el oxígeno se abate, dependiendo del contaminante. Es variable el impacto, dependiendo de la cantidad y de la frecuencia con que esté llegando este contaminante”, alertó Hernández.
Pero ese no es el único detalle, ya que la ceniza que es captada por el precipitador electrostático, filtro o catalizador, se deposita en un predio, sin embargo, este Semanario obtuvo imágenes aéreas del depósito de cenizas de las termoeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en La Paz. En las fotos se aprecia el predio donde se depositan los residuos que se captan de una de las chimeneas (la única que cuenta con este filtro), a simple vista se ven a cielo abierto, expuestas a los vientos y la lluvia.
“Están a cielo abierto estos tiraderos de ceniza, son cenizas que recolecta uno de los filtros, catalizados o precipitadores que tiene una de las chimeneas. No están cubiertos, sí están expuestos, no sabemos con los vientos de los huracanes si disminuya la cantidad, gracias a que vuelan, o qué manejo se le están dando a esas cenizas”, confirmó Lucía Frausto, directora del Observatorio Ciudadano Cómo Vamos La Paz.
El depósito de ceniza está ubicado a siete kilómetros de la estación en Libramiento, “allí constatamos que la ceniza está al aire libre sin protección, los empleados manipulan la ceniza con herramienta y equipos de protección contra los residuos. Pero los residuos están expuestos al ambiente, a un riesgo inminente por el flujo de los vientos, y ahora que está por iniciar la temporada de lluvias. De lluvias y de vientos, de contaminar esa ceniza, hay que tener en cuenta que el resto de las cenizas las tenemos en la ciudad, porque están expuestas en las plumas que vemos, que están contaminando nuestra ciudad, eso es lo que está consolidado y que están concentrados, pero el resto de las cenizas están en nuestro medio ambiente”, refirió.
Según especialistas del CICIMAR, de no haber una purificación de los desechos, el daño será continuo y descontrolado, ya que la ceniza que desprenden las termoeléctricas, se mueven según la dirección del viento y pueden quedar en la misma ciudad, o en el caso comprobado por ZETA, directo al Área Natural Protegida.
“Debe haber un procedimiento de purificación o pre-purificación muy eficiente para que sea mínima la cantidad de contaminantes que se incorporan a los ecosistemas, si esto no se puede llevar a cabo con eficiencia, el problema va a seguir sin mayor control”, reiteró Frausto.
Aunque se ha anunciado una planta generadora de electricidad a través de la combustión de gas natural, la ceniza sigue cayendo en parte en la ciudad, pero también en ANPs y zonas de producción marina, de la cual gran parte de los paceños se alimentan.
Por su parte, prestadores de servicios turísticos de Canta Mar afirmaron que “si es en los parámetros que nos están marcando los científicos, es muy preocupante porque es un sistema muy delicado, tenemos zonas de manglar que son zonas generadoras de viveros del mar, tenemos la presencia de muchos animales que entran y salen de bahía y que están en peligro de extinción, el impacto humano que pueda tener la Bahía de La Paz a raíz de esta intoxicación que tienen con estas cenizas toxicas, no se va a poder medir inmediatamente, se va tener que medir a través de los años, porque se está generando un daño progresivo en animales; incluso a nosotros como seres humanos, se van a quedar toda la vida”, expresó Juan Antonio Ramírez, gerente de marketing.
Otro de los aspectos alarmantes, es la contaminación visual que esto provoca, ya que cada visitante se lleva una mala impresión al ver la nube de humo que se presenta muy temprano, “es una constante entre los turistas que recibimos en la ciudad, dicen que cómo es posible que una ciudad tan bonita, que se intenta levantar como una ciudad ecoturística, tenga una nube de humo color café en las mañanas, es muy preocupante”, finalizó Ramírez.