En 1926, Manuel Gómez Morín, fundador, de Acción Nacional, afanosamente trabajó reuniendo voluntades para formar un partido político en el que llama a su generación para embarcarse en una vasta labor de reconstrucción nacional en todos los órdenes: económico, político y social. El 23 de noviembre de 1928, Plutarco Elías Calles, en ese tiempo presidente de la república, convocó a un grupo de elegidos para fundar un partido, el Nacional Revolucionario (PNR), con una sola causa, la de unir a los caciques del país. Fue así como los dos partidos mayoritarios, entre buenas intenciones fallidas y caciques, se repartieron el pastel electoral mediante campañas con propuestas ambiciosas y negras que vienen a perjudicar a institutos políticos y a la ciudadanía en general.
Campañas sucias, tanto de los partidos como del instituto que los cobija, el Instituto Nacional Electoral (INE); campañas políticas electorales recibidas por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), tan es así que la Fiscalía, recibió 575 correos electrónicos y mil 464 llamadas telefónicas de posibles delitos electorales, van dos mil treinta y nueve denuncias recibidas, más las que se sumen en una guerra sucia marcada por el duelo de acusaciones, filtraciones de supuestas corruptelas, vínculos con el narcotráfico, riquezas mal habidas entre otras linduras más, propiciadas por las 12 entidades que renovarán para gobernador y se encuentran enlodadas.
Enlodadas y manipuladas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder desde hace 87 años, nueve estados priistas sin permitir presencia opositora, entre ellos Hidalgo, del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el Estado de México, de donde viene el Presidente de la República. En la actualidad ese partido gobierna en nueve de los doce estados que cambiarán Gobernador, en posibilidad de dejar la jugada lista para los comicios presidenciales de 2018, mediante su arma principal, el voto duro, las alianzas, la experiencia negativa y forzosa para el país. Llega pues el revolucionario institucional al tercer proceso electoral del sexenio de Peña Nieto no para compartir el poder, no para compartirlo democráticamente, sino para ser el instrumento de control para someter a la voluntad popular.
Mientras tanto PRI y PAN se arrebatan en declaraciones el triunfo, se sienten ganadores, hay más o menos unos 20 o 25 nuevos gobernadores electos, al rato no va alcanzar el territorio nacional para instalarlos, en ese río revuelto la democracia no funciona. Los gobernadores que terminan su administración en doce estados de la República, dejan una deuda por la cantidad de suma, 177 mil 753 millones de pesos, más de 36 mil homicidios dolosos, casi tres mil secuestros y ocho mil extorsiones denunciadas; además, en cada una de las entidades, 80 de cada 100 personas son pobres o viven en miseria. Éstas son las condiciones en las que los ganadores de las elecciones iniciarán su gestión con sueldos millonarios para como más convenga a sus ambiciones
Después de escribir me entero que el El PRI reconoce su derrota electoral, mientras el PAN destaca sus victorias históricas El hartazgo de la ciudadanía hacia el PRI, lo hizo posible.
En este Tecate bonito, la cuna de ese partido, el PRI, con soberbia jactancia y mucho derroche de dinero que el pueblo carece, vuelve a sentarse en el poder para servir, no al pueblo, sino a beneficio del grupo minoritario que lo mantiene.
Concepción Vizcarra de Arámburo es luchadora social y reside en Tecate, B.C. Correo: concepcion_vizcarra@hotmail.com