¿En Tijuana se gesta una ciudad inteligente? Cuando se promete por el candidato a alcalde del PAN que va a derogar los cambios en el reglamento de transporte que sienta las bases de una estructura de ingeniería de la movilidad, y la posibilidad de ser una solución a la pérdida de millones de horas humanas. Buscar una alternativa al caos en tráfico de la ciudad de Tijuana, suena a mentir e insultar la inteligencia de la opinión pública, y de paso a los trabajadores del volante, taxis, calafias y líneas urbanas.
Promesas absurdas que no responden a una demanda social impostergable. Suena a que a ciudadanos y choferes les gusta que les engañen. ¿Más ingenuidad y atole?
Los ciudadanos a falta de información y conocimiento claro de los intereses locales y centralistas subyacentes a estos proyectos y que afectan sus tiempos, ante la carencia de información y debate se percibe que las declaraciones e intenciones no empatan con las políticas públicas para mejor vivir y convivir en la complejidad urbana.
¿Cómo fluir en la ciudad? Cuestionar este problema con preguntas y dudas a quienes en la Alcaldía tomarán las medidas que apunten a que el ciudadano de a pie no emplee parte de su vida en traslados insanos y tortuosos.
Firmamos cheques en blanco cada sexenio para “delegar o confiar” inocentemente en partidos, candidatos, luego funcionarios e instituciones que por sistema no rinden cuentas, no consultan, no informan de planes, no proponen las mejores opciones –como un tranvía, o metro en las vías férreas existentes– porque carecen de capacidad política, técnica, moral, de transparencia y las más de las veces de inteligencia y voluntad para concretar proyectos de desarrollo urbano de la ciudad.
¿El silencio de Mendívil ante este tema qué significa? ¿Por qué se calla y nada de muertito?
Cuando Manuel Gastélum –y ojalá no haga un “gobierno con las patas”, como lo han hecho el oligopolio del PRIAN– promete que beneficiará a los actuales transportistas. La cuestión es, ¿a qué claramente se compromete? ¿A mantener los intereses feudales de una flotilla de medios de transporte desorganizado, caro, ineficiente? ¿Quiénes salen perdiendo y afectados?
¿Y los sindicatos, gremios y empresas transportistas qué modelo e ideas congruentes proponen para modernizar su tarea?
El proyecto de la Ruta Troncal lo financia la Federación con la inversión de un aproximado de 400 millones de pesos. Y el que paga manda. Significa que el Presidente por medio del Secretario de Comunicaciones y Transportes, moverá sus intereses y socios para otorgar franquicias a sus allegados, que pueden ser empresas totalmente desligadas de la realidad de Tijuana y ajenas al interés social de Tijuana. ¿La lápida del aplastante centralismo de nuevo?
¿El gobernador de BC qué bandera blande en este plan? ¿Qué postura tiene para conciliar los intereses de la sociedad que está indignada con gobiernos pasivos, con la atomización e ineficiencia de las flotillas que cobran lo que quieren? ¿Quién va a defender el interés de usuarios? Si comunidad está más que dormida. ¿Y el alcalde, el gobernador, el congreso? ¿Cómo obligar a tarifas acordes al magro salario? ¿Y por qué no se aplican subsidios como en otras ciudades? Tijuana 12 pesos y Guadalajara 6 pesos.
¿Los choferes, serán despedidos, recontratados, utilizados como carne de cañón? ¿Cuáles son las reglas de la modernización del transporte público? ¿El costo del boleto será subsidiado?
¿Esto que viene es un modelo logístico planeado, probado, eficiente, con congruencia social, urbana, de tiempos y movimientos? ¿No va a ser un experimento que empeore el embotellamiento en varios puntos conflictivos? ¿Desata los nudos en el Centro, la Zona Río, los pasos fronterizos, y en la 5 y 10?
Solo vemos obras, pero este tema es tan importante que merece una clara explicación y montar una exposición en el Palacio Municipal donde se muestre el Plan Maestro, el diseño, la operación, las reglas del sistema con maquetas, números, ejemplos que aclaren lo que se va a hacer, cuáles son los beneficios, el ahorro de tiempo, costos, riesgos y fortalezas, los precios, las distancias de las rutas, y los cambios del nuevo servicio. Un esfuerzo de ingeniería visionario y que garantice la calidad del proyecto.
Convencer a liberarse del auto. Porque es mejor tomar un transporte moderno, seguro, eficiente y barato.
Este servicio público por bien de todos debe ser subsidiado para que las arterias se desahoguen, los autos no contaminen, no estorben, los ciudadanos caminen seguros y mejore la calidad de vida.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: hrgcuellar@yahoo.com
