A los 350 homicidios violentos perpetrados en lo que va de 2106 en las calles de Tijuana, esta semana se suman una cuádruple ejecución y el asesinato del policía comercial Mateo Calderón, quien de acuerdo a la primeras indagatorias fue baleado por vendedores de droga de la zona, pero los responsables no han sido ubicados
El sábado 28 de mayo antes de las ocho de la mañana, el cuerpo de policía comercial Saúl Mateo Calderón, quedó tendido sin vida frente a su casa. En el patio.
Ahí quedó, frente a una calle de tierra que daba salida a su humilde casa de material, en el terreno en el cual también tenía una “traila” y lonas, ubicado en la colonia 3 de octubre, comunidad donde residen personas de escasos recursos.
El cuerpo del oficial Calderón aún portaba el uniforme. Había terminado su turno y apenas regresaba a su casa a descansar, cuando sus asesinos le dispararon de frente. En el pecho y en el estómago. Antes su verdugo había hablado con él. Una conversación trivial, un saludo cordial entre desconocidos.
Mateo era un hombre trabajador. Hasta donde se sabe, un policía honesto. Buscaba mejorar su situación económica y la de su familia. En la investigación ministerial se ha determinado que para enfrentar la crisis económica, tenía varios trabajos. Además de fungir como policía comercial, cuidaba gallinas, hacía labores de soldadura y con su mujer vendía nieve de garrafa.
Se inscribe en reportes oficiales que el agente le pidió el tanque de gas a su hijo para hacer la soldadura, cuando por la calle, los testigos vieron que dos sujetos avanzaron hacia él. Con la descripción más común dada en hechos similares últimamente: Delgados, jóvenes con chamarra con capucha que les cubría el rostro parcialmente, uno tenía una actitud más sospechosa y llamó la atención porque intentaba esconder la cara.
Le pasaron por un lado, y uno de ellos se regresó y le preguntó –palabras más, palabras menos– “¿qué onda, jefe, va empezar la chamba?”, él uniformado le respondió afirmativamente y el homicida agregó “échele ganas”. El asesino avanzó un poco, solo para voltear ya con el arma en la mano y disparar al agente Mateo.
Familia y vecinos que estaban en el lugar se refugiaron ante el sonido del arma y no pudieron ver más. Cuando pasó el caos del momento, un vecino se le acercó y herido, con la voz entrecortada por la falta de aire, Mateo le pidió que abriera su auto y sacara su radio para pedir ayuda, lo hizo y se lo entregó al agente que informó al C4 lo sucedido y pidió el apoyo. Desde el otro lado de la radio se escuchó, “¿dónde, compañero?”, pero no llegaron a tiempo para salvarle la vida.
El presunto responsable aún no ha sido identificado, pese al “barrido” de la zona realizado por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal. Sin embargo tras algunas entrevistas, las pesquisas revelaron que uno de los agresores, el joven que intentaba ocultar su identidad, es un vendedor de droga conocido en la zona como “El Chicago”.
También, investigadores locales han detectado que en la colonia 3 de octubre, hay tres cabecillas que controlan la venta de droga. “Venden seguridad” y ordenan homicidios. Desde la cárcel, José Luis Mendoza Uriarte, “El Güero Chompas”, su operador Juan Trejo “El Chapito Trejo” y otros sujeto de apodado “El Lucke”.
Durante varios meses, previo a su asesinato, Mateo Calderón había librado un enfrentamiento con los vendedores de droga al menudeo de la zona, que se ponían cerca de su casa a ofertar sus enervantes.
Primero les pidió que se retiraran, que se pusieran en otra parte, pero lo ignoraron. Después en varias ocasiones pidió y recibió apoyo de policías operativos que detuvieron a los narcomenudistas, solo para ser puestos en libertad horas o días adelante.
Amigos de la víctima revelaron que alrededor de un mes antes del ataque mortal, el policía les platicó que se dio cuenta que los criminales estaban molestos con sus denuncias, porque estando en la calle privada Diciembre, cerca de su casa en la delegación Los Pinos, Saúl Mateo Calderón vio llegar tres camionetas desconocidas en la zona, con hombres armados, se le acercaron y le hablaron.
Uno de ellos le preguntó si sabía “donde vive el Matute”, a lo que respondió que no. Después le dijeron que era “…un policía que los estaba chingando”, y él lo negó. Finalmente agregaron: “vive en una traila”, pero Mateo lo siguió negando hasta que los hombres se fueron.
En fechas recientes, Mateo Calderón no había hecho denuncias, de hecho desde hace tres semanas por acuerdos al interior del “Grupo Coordinación”, en la colonia 3 de octubre la sobrevigilancia y operativos especiales los está realizando la Policía Estatal Preventiva (PEP).
Se lo llevaron a Michoacán
Un camino de terracería lleva a la casa donde vivía Saúl Mateo Calderón. Es la última vivienda en la calle Diciembre, antes que una curva separe el accidentado trayecto que culmina de cara a una pendiente abultada.
Seis veladoras, un paquete de galletas Emperador y un jugo Jumex, marcan el punto donde el hombre de 38 años cayó muerto en el patio de su hogar. Al lado quedan una corona y flores secas, a través de las cuales corretean una gallina y tres de sus polluelos.
La vivienda todavía luce en construcción, hay algunos ladrillos apilados, escombros y llantas con cemento. Para llegar a esta parte de la colonia, hay que bajar cañones y caminar por calles reducidas, no hay ruta de transporte público que por ahí pase.
La familia Mateo Cervantes llegó de Michoacán a Tijuana hace diez años, donde Saúl comenzó trabajando como guardia de seguridad. “Era muy serio, muy ubicado, le gustaba hacer bien su trabajo”, comenta alguien que lo conoció en el centro nocturno Las Pulgas, donde Mateo Calderón pasó de ser guardia a tener a tres elementos a su cargo.
Todos los días su esposa Magdalena trabajaba en un puesto ambulante vendiendo fruta. “Batallaban para salir adelante”, explica un familiar desde el patio de la casa, una vez que dos perros dejan de ladrar y saltar dentro del terreno.
Al momento de su muerte, en la cartera del policía de 38 años de edad, fueron encontradas fotografías tamaño infantil de sus hijos.
Saúl Mateo fue velado en Tijuana el mismo día que falleció. Al día siguiente, el domingo 30 de mayo, su esposa viajó con su cuerpo para el entierro en Michoacán, donde viven los padres, hermanos y demás familiares del policía.
Sus cinco hijos, la mayor de 17 años y el menor de dos años, viajaron desde un día antes. Después del asesinato de Saúl, la familia Mateo Cervantes todavía no sabe si se mudará a Michoacán. Explica un familiar que permanece en la casa “sería difícil para ellos regresar”.
Mayo, el mes con más ejecutados en Tijuana
Luego de los ocho asesinatos se cometieron el martes 31, último día de mayo, el mes cerró con 85 homicidios violentos convirtiéndose en el más sangriento en los últimos 76 meses, desde las 99 ejecuciones registradas en enero de 2010 –el año más cruento en Tijuana.
La diferencia es que en aquellos años los criminales eran combatidos frontalmente por las autoridades de los tres órdenes de gobierno que compartían información y trabajaban en real coordinación capturando líderes de las células delictivas. El problema: Que muchos de ellos fueron posteriormente liberados.
En los 15 expedientes por homicidios dolosos –con 19 víctimas– que se iniciaron solo entre el viernes 27 de mayo y el jueves 2 de junio, destacan los asesinatos de dos hombres que trabajaban para cuerpos del sistema de seguridad de Tijuana, tres personas asesinadas en asalto, un homicidio cuádruple, y un incinerado. En medio las desafortunadamente ya constantes ejecuciones de hombres tatuados y/o rapados, que quedan tendidos en las calles o casa, después de haber recibido uno o más balazos.
Cuádruple homicidio
El martes 31 de mayo, fue el que registro más asesinatos en la semana, los peritos dieron cuenta de 8 cadáveres en el transcurso del día. Cuatro fueron localizados en una sola escena criminal que se reportó el C4 poco después del mediodía.
La información era que se había localizado un auto cerrado con un cadáver en el piso, colocado entre el respaldo de los asientos de adelante y los de atrás. Vestía camiseta con leyenda A&B, azul marina con el estampado de hojas secas color crema, pantalón de mezclilla y chamarra azul. Tenía tatuajes de calaveras y telarañas, uno con el apellido Ramírez y otro con las letras FCCR
El cuerpo tenía ojos, manos y pies maniatados con tape gris. El primer peritaje exhibió que lo habían torturado: Quemaduras en pecho y manos, golpes en todo el cuerpo, el rostro desfigurado, y en la cabeza dos heridas de arma punzo cortante y dos de bala. Consideraron su edad promedio alrededor de los 50 años, pero el cadáver estaba muy golpeado.
Los homicidas estacionaron el auto Honda Acura gris de dos puertas con placas 6DBL482 –con reporte de robo– en un camino de terracería a un lado del muro fronterizo, en la entrada a la colonia Arroyo. Aún en la escena, cuando los peritos abrieron la cajuela encontraron a otros tres hombres muertos, éstos de edades aproximadas entre los 30 y 40 años, golpeados y estrangulados. También amarrados con tape gris.
En este caso los avances son pocos, a la fecha solo pudieron identificar a una de las víctimas por una credencial que traía –nadie ha reclamado los cuerpos–, se trata del joven José Alberto Rodríguez Lara, que de acuerdo a la plataforma de seguridad registra tres ingresos a Centros de Readaptación Social en el estado por el delitos contra la salud.
Una de sus detenciones fue boletinada por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal el 23 de febrero de 2013, informaron que fue aprehendido en el fraccionamiento Villas del Campo de la delegación Presa Rural, con siete dosis de cristal y una de mariguana.
Un recibo de una chatarrera ubicada en la delegación de Otay también fue localizado en el bolso de una de las víctimas y un recibo de recarga telefónica de una tienda Oxxo ubicada en Villas del Campo.
Por lo pronto los agentes revisan la posibilidad de que este múltiple homicidio pueda estar relacionado con un mensaje que la semana pasada circuló en redes donde supuestos grupos criminales anunciaban una limpia, pero la indagatoria aún no registra avances. “Quieren enviar un mensaje, pero tiene pinta de vendedores de droga”, fue lo que comentó un investigador.
Asesinados por robo
De acuerdo a los agentes ministeriales tres de los homicidios cometidos esta semana podrían tener como motivo el robo.
El primero habría sido el del chofer de un taxi libre número económico 5642, cuyo cadáver fue localizado la noche del viernes 27 de mayo en la colonia Pedregal de Santa Julia sobre la calle de terracería Guadalupe Victoria .
De acuerdo a la versión del dueño del taxi y patrón, Lucas Ochoa, su trabajador había trasladado a un cliente al fraccionamiento Refugio a las 10 de la noche, una hora después le habló para decirle que ya regresaba a la base en la zona norte pero no llegó. Indicó también que sospechaba de un asalto porque a él ya lo habían robado, y de hecho por eso a veces trabaja armado.
A Juan García Pimentel de 65 años lo mataron la tarde del lunes 30 de mayo en un camino vecinal del Cañón del Padre, alrededor de las dos de la tarde el hombre salió a dar una ronda porque se dedicaba a cuidar vacas, cuando no regresó la familia salió a buscarlo y lo encontró en un paraje solitario sin vida, con un golpe en la cara, cuatro heridas de bala y sin cartera.
Aunque sigue revisando, y están investigando el móvil pasional, en el caso de su compañero y secretario de acuerdos, César Manuel López Salas, los investigadores informaron que el departamento del funcionario fue saqueado. Los ministeriales encontraron evidencia de que aparatos electrónicos fueron robados.
López era gay, sin una relación estable conocida, en el período en el que fue atacado estaba de vacaciones y la última vez que lo vieron con vida fue la noche del domingo 29 de mayo en el bar El Ranchero. La noche del 31 de mayo, su cadáver semidesnudo fue localizado en el interior de su departamento, y en la escena tres condones usados.
Mujer de PEP también
En el caso de la esposa del Policía Estatal Preventivo Mario Domínguez Nava, quien se reportó herida de bala el 31 de mayo, aunque no ha declarado oficialmente, la mujer conversó con los agentes y corroboró la versión de su marido: Que mientras circulaban lentamente por la vía rápida Alamar, un hombre se les acercó e intentó asaltarlos para después herirla en el pecho. Fue reportada estable. De acuerdo al agente Domínguez, le bajó la ventana al criminal porque creyó que necesitaba ayuda.
Los investigadores que revisaron la casa de la pareja tras ser informados que el Policía Estatal tenía varios reportes por violencia doméstica, y que vecinos dijeron haber escuchado un balazo, confirmaron que los rastros que parecían sangre no lo eran, que en la casa se encontró un casquillo.
“Y la señora dice que fue agredida por un extraño, entonces solo queda revisar el tema del intento de robo”, indicaron desde la PGJE.
Los involucrados en narcomenudeo
Además de tres cadáveres no identificados localizados, el primero registrado como restos óseos calcinados fue levantado la noche del 27 de mayo en el Cañón de Las Carretas, el segundo como un hombre de entre 60 y 65 años apuñalado en la colonia Granjas Familiares, y el tercero en estado de putrefacción en el bulevar 2000, la PGJE contabilizó otras cinco muertes relacionadas con la venta de droga al menudeo.
Las víctimas fueron identificadas como adictos y vendedores de droga. Raúl González Arroyo había purgado 11 años en la Penitenciaría, y llevaba libre un año cuando fue asesinado en la delegación Los Pinos, el jueves 26 de mayo.
María Elena Álvarez Plascencia “La Mari”, estuvo en la PGR por posesión de armas de uso exclusivo del Ejército, y la mataron la noche del viernes 27 de mayo, “para darle un mensaje a su pareja a quien identificaron como “El Júnior”, mientras le disparaban en su casa del Fraccionamiento Palma Real en la delegación La Presa, el hombre huyó por la parte de atrás de la casa.
La madrugada del domingo 29, en la delegación San Antonio de los Buenos, fue asesinado Daniel Contreras Morales. Estaba en posesión de varias dosis de droga y había estado preso por robo de vehículo, lo mismo que José Gabriel Gudiño Sánchez, asesinado el mismo domingo pero en la colonia Sánchez Taboada.
Kevin Alexis Ríos Madrigal fue ejecutado de un tiro en la cabeza cuando se encontraba en el interior de su auto, sentado en el lugar del piloto, y estacionado frente al fraccionamiento Real del San Francisco en la delegación Mariano Matamoros, la noche del domingo 29 de mayo. En su historial contaba con varios ingresos al penal de Tijuana por venta de drogas. Dentro del auto los agentes encontraron una pistola Ruger y manchas extensas de sangre en el asiento del copiloto.
Un asunto consignado
Uno de los homicidios fue resuelto en esta misma semana.
La mañana del lunes 30 de mayo, los peritos levantaban el cuerpo de José Rodríguez Morán, asesinado a golpes en su casa del fraccionamiento Natura, cuando su vecino José Salas se acercó, y les informó que él lo había matado en defensa propia.
Explicó que la noche previa como cada fin de semana habían estado conviviendo y tomando bebidas embriagantes, que empezaron a pelear verbalmente por temas personales, que llegó el momento en que la víctima lo empezó a golpear recordándole que sabía karate y que él no estaba en posición de ganarle, le preguntaba si quería que lo golpeara.
Cuando Rodríguez lo tenía sometido, Salas pudo alcanzar una plancha y lo golpeó, lo tumbó y después le siguió pegando hasta que dejó de moverse. Sin darse cuenta que lo había matado, fue a casa de una amiga a calmarse y a bañarse, y cuando regresó vio a los agentes ministeriales y se entregó.
En la semana la policía municipal también informó de la captura de tres hombres con orden de aprehensión por homicidio, pero no detallaron en qué caso estaban involucrados, fueron: Luis Gerardo Guerra Amarillas, Ricardo Omar Martínez Delgado y Nicolás Cuevas Sánchez. (Con información de Inés García)
Aseguran cocaína y destruyen sembradíos de marihuana
Durante la semana que culmina la Policía Estatal Preventiva, la Policía Federal y Secretaría de la Defensa Nacional participaron en diversos aseguramientos de drogas en Tijuana y Tecate.
El decomiso más reciente fue el realizado el jueves 2 de junio, por la PEP en Tijuana, en donde detuvieron a un hombre identificado como Francisco Contreras Galván, de 47 años de edad, y originario de Apatzingán, Michoacán, con un cargamento de más de 15 kilogramos de cocaína. El detenido fue asegurado en la colonia Colinas de Agua Caliente, cuando circulaba en una camioneta Jeep Patriot, color gris, placas fronterizas y de reciente modelo.
El miércoles 01, elementos de la Policía Federal (PF), en coordinación con personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), e integrantes del Protocolo para la Prevención de la Violencia Fronteriza en Baja California, destruyeron 8 terrenos sembrados con plantas de marihuana, en el Ejido de Jacume, de Tecate. En total, los terrenos donde estaba sembrado el enervante tenían una extensión de 4 mil 080 metros cuadrados, y contaban con un sistema de riego elaborado con aproximadamente dos mil metros de manguera y un pozo de agua de 3 por 2 metros cuadrados y un metro de profundidad.
Antes el 26 de mayo, personal militar y elementos de la Policía Estatal Preventiva, aseguraron a un hombre que un vehículo transportaba 24 bolsas con un peso de 10 kilogramos de droga conocida como “cristal” y 5 paquetes de heroína con un peso de 5 kilogramos. Los hechos ocurrieron en la colonia El Soler, en Tijuana.