Un buen ejemplo y digno sentimiento
de aquel que quita las piedras del camino,
que ahuyenta de nosotros el tormento
y guía con claridad nuestro destino.
Señor de altura y frente despejada,
poderoso guerrero de la vida,
¡victorioso!, en su lucha despiadada,
gamo veloz, en vertical subida.
Diario te imaginé cual un gigante,
andando de tu mano firme y fuerte,
me enseñaste a salir siempre adelante
y a no tentar demasiado a mi suerte.
Más, bienaventurado fui, de conocerte,
llevando siempre tu figura de hombre,
tuve la dicha de saber quererte,
oyendo que otros maldicen tu nombre.
Pues hay quienes ganaron tal medalla,
desprestigiando la real paternidad,
dejando a sus retoños sin muralla,
desprotegidos, en la inmensa soledad.
Cuál es la diferencia que separa
a un hijo firme, del amor filial,
¿el padre noble que no se compara?,
o ¿el padre fácil, fugaz y desleal?
No se encuentra la misma constancia
en cuanto a ser buen padre se refiere,
mientras que en uno, abunda la prestancia,
en el otro, ésta muy pronto muere.
Pero el que juzga es amor y dulzura
y perdona con una gran benevolencia,
así que darles a los dos ternura
sin ver en ellos ¡ninguna diferencia!
José Miguel Ángel Hernández Villanueva