Quienes asistieron el martes 31 de mayo al cierre de campaña de la priista Laura Torres en Rosarito y tuvieron oportunidad de estar cerca del círculo tricolor “de primer nivel”, observaron no con mucha sorpresa, pero sí conscientes del cinismo político, cómo Antonio Vera Palestina, ex convicto por el homicidio del periodista Héctor Félix Miranda, llegó escoltando a su jefe, Jorge Hank Rhon, y se encontraba armado. El arma corta fajada en el lado izquierdo de la espalda baja fue notoria para muchos, a través del bulto que hacía al traje azul marino que llevaba el sentenciado asesino mientras protegía a quien al momento del crimen de Félix, era su patrón. Pero ni los miembros del equipo de campaña de Torres, ni ella, pusieron reparo al hecho de tener en el escenario de cierre a un hombre cometiendo un delito. Entre los requisitos de la Secretaría de la Defensa Nacional para otorgar un permiso de portación de arma de fuego, se incluye uno que convierte a Vera Palestina en un delincuente en potencia: “No haber sido condenado por delito cometido con el empleo de armas, demostrándolo con carta de no antecedentes penales”. Con lo que, es evidente, no podrían otorgarle un permiso. Según investigaciones, cuando en 1988 asesinó a Héctor Félix, lo hizo con una escopeta recortada, fue detenido por ello, procesado y condenado a purgar 25 años de prisión, los cuales ya cumplió. Ahora sí que ni la autoridad rosaritense ni la estatal lo vieron, pues en dado caso, debían aprehenderle. La protección tricolor y albiazul sobre el ex convicto está ahí.
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