En una nota de Sergio Haro Cordero, editor de ZETA, se dio cuenta en la última edición de este Semanario de cómo, desde agosto de 2015, el Gobierno del Estado de Francisco Vega de Lamadrid no cubría la Beca Progreso a las escuelas de educación básica en Baja California. Diez meses sin recibir el dinero que requieren en los planteles para administrar la educación de los niños y adolescentes de la entidad.
Se escribió también que al año, el presupuesto para la manutención de las escuelas era superior a 340 millones de pesos. Que no se sabía dónde estaban y que el gobierno no los entregaba, mientras en las escuelas, padres de familia, alumnos y directivos se embarcaban con préstamos, fiados y solicitaban cooperación en especie, para salir adelante ante el abandono del gobierno kikista.
En Baja California son más de 3 mil escuelas que subsisten de la Beca Progreso, luego que las cuotas fueron erradicadas. Sin saber cómo es que el gobierno de Vega reparte esos millones entre las escuelas bajacalifornianas, pero haciendo simples operaciones aritméticas, el resultado es por demás pobre. De esos 342 millones de pesos anuales, se destinan entonces, por mes, 28 millones 500 mil pesos para las escuelas, con lo que a cada una le tocarían -suponiendo que fuesen 3 mil- aproximadamente 9 mil 500 pesos, y si consideramos bajita la mano que por escuela hay en promedio 500 alumnos, pues resulta que por estudiante son 19 pesos. Nada, pues. Aunque ciertamente hay insumos que el gobierno envía directamente a los planteles.
Bueno, pues a partir de la publicación de ZETA, ni organización civil, ni medio alguno, levantó la voz ante la aberración de que el gobierno de Kiko Vega y la Secretaría de Finanzas de Antonio Valladolid, tengan retenidos los recursos de la Beca Progreso y las escuelas deban hacer de todo para administrarse. No importó que los niños bajacalifornianos estén estudiando en condiciones poco dignas o que deban llevar hasta papel de baño para cubrir sus necesidades. Nada.
Por ahí del lunes 23 de mayo, finalmente en el Gobierno del Estado reaccionaron. Ante el silencio del resto y la denuncia de directivos a través de ZETA, el Departamento de Comunicación del Estado envió un comunicado, el 1844, “informando”: “Se realizará esta semana pago de Beca Progreso a las escuelas de BC”. ¡Vaya! Pensamos, finalmente respondieron y pagarán lo que deben desde agosto de 2015 a las escuelas… pero no.
En el texto que sigue a tan engrandecido titular, se explica: “El Sistema Educativo Estatal informa que durante esta semana se realizará el pago de la primera ministración 2016 del Programa de Insumos ‘Beca Progreso’ a todas las escuelas públicas de educación básica en Baja California”. Ojo: “La primer ministración de 2016”, lo cual significa que cinco meses después darán el primer recurso a los planteles, con lo que la administración de Vega acepta que no ha pagado y que espera, evidentemente, que en las escuelas subsistan como mejor puedan, menos con el dinero que por Ley les deben proveer.
Sigue el texto gubernamental: “Lo anterior para dar certeza a Directivos y padres de familia sobre el recurso de este programa, dicho depósito representa una inversión inicial de alrededor de 70 millones de pesos, en una primera entrega”. ¿De verdad? ¿Sólo 70 millones?
En el colmo del cinismo, y como si padres de familia y directivos no estuviesen enterados de la opacidad con que se maneja el recurso que no les llega, el boletín intenta dar “certeza” de la entrega económica que tenía diez meses sin llegar.
Y encima de todo ¡sólo son 70 millones!, lo que equivale más o menos a dos meses y medio de los diez que les deben a las escuelas.
Más desfachatez: “El Gobierno del Estado y el Sistema Educativo Estatal refrendan su compromiso con la educación y reiteran que continuarán los mecanismos financieros y administrativos necesarios para hacer valer la gratuidad en la educación en Baja California”. ¿En serio? ¿Y los bajacalifornianos creerán esas palabras después de saber que tienen diez meses, diez meses, sin entregar dinero a las escuelas? La realidad es que este gobierno se está volviendo cada vez más cínico, más opaco y más ineficiente, en relación a repartir los recursos como lo indica el Presupuesto de Egresos. Además de indolente e insensible por tener “guardado” el dinero que las escuelas requieren para proveer una educación de calidad.
Considerando que el secretario de Educación es Mario Herrera, el mismo que le dijo a Sergio Haro que cambiaría la Beca Progreso a Beca Oportunidades y que además, ya no entregaría a las escuelas dinero, sino productos -ya sabe, la transa está en comprar por volumen y a vendedores privilegiados-, y que aun así, no había cumplido en diez meses con pagar los recursos para la educación, el siguiente párrafo inscrito en el boletín del gobierno resulta, además de contradictorio respecto las declaraciones del funcionario, chocante, considerando la realidad:
“El SEE (Sistema Educativo Estatal) da la certeza sobre la continuidad del apoyo de este importante programa implementado por el Gobierno del Estado, a través del cual año con año se han entregado recursos a las escuelas públicas de la entidad, a fin de adquirir insumos o servicios para mantenimiento, material didáctico, papelería, artículos deportivos, de limpieza, entre otros”.
O sea, ¿cambiará o no el procedimiento como lo anunció Herrera al editor Haro? ¿Cuál certeza de continuidad si no les dan dinero desde agosto de 2015? Por cierto, el programa lo implementó el Gobierno del Estado, pero no éste, en éste de Kiko Vega es en el que le han fallado a la educación, a los niños y adolescentes, a los padres de familia, a las escuelas y a los bajacalifornianos, en no entregar el recurso que corresponde, y obligar con ello a que en Baja California se impartan clases en un ambiente indigno.
Realmente es el colmo de este gobierno el no invertir, o hacerlo a medias y de manera tardía, en la educación ¿Pues qué hacen con el dinero?