Política Breve y de Emergencia
El pasado lunes 9 de mayo visitó Baja California por tercera vez como presidente de la república Enrique Peña Nieto; ahora le tocó a Tijuana y al igual que en las ocasiones anteriores su presencia fue de entrada por salida, como para aprovechar el día y estar de regreso para la cena en su casa en ciudad de México.
¿Por qué no viene? ¿Será el temor a la inseguridad de la zona (desde 1994 esta frontera tiene ese grave estigma)? ¿Será que las autoridades estatales son de un partido ajeno al de él y no lo invitan, o porque no han terminado las obras para inaugurar? O simplemente, porque no tiene a qué venir hasta el rincón más al norte del país; pero ahora que sí lo hizo, ¿a qué vino Peña Nieto?
El periodo de gobierno del presidente está ya en el final de su segundo tercio, siguiendo el desarrollo tan esquemático de su administración. Al igual que lo hizo como gobernador del Estado de México, al finalizar su gestión querrá llevarse el mérito de haber concluido y entregado todos o la mayor parte de los compromisos que como candidato hizo con los ciudadanos de todo el país y, bueno, “oficialmente”, la inauguración de 100 kilómetros de pavimentación de vialidades era el motivo de su presencia (de manera que tal vez visite BC dos veces más). Y ese fue el pretexto. Sin embargo, visitar una entidad en pleno proceso electoral, sobre todo ésta a la que remotamente viene, no podría tener otra razón que causas políticas.
Las elecciones de 2016, a pesar de no ser generales en el país, sí son las más importantes previo al relevo de la presidencia de la república. La cantidad de electores involucrados en las contiendas es tan importante que solo un proceso nacional las rebasa. Ganar y posicionarse para el PRI y Peña Nieto, es ahora tan importante porque se está perfilando la entrega del gobierno federal y a manos de quién será; Tijuana junto con Monterrey, NL (recientemente recuperada para el PRI) son las únicas zonas metropolitanas del país gobernadas por priistas y el planteamiento nacional del Revolucionario Institucional 2018, tiene base en las principales ciudades mexicanas.
Si bien en Baja California el PRI hace años que tiene serios problemas de organización y vida institucional, las formas y prácticas políticas de sus gobernantes y dirigentes son las mismas en todo el país; el primer priista de México es el presidente de la república y el dirigente nacional de su partido es el responsable de la operación política electoral. Si Manlio Fabio Beltrones le pide a Peña Nieto su apoyo para ordenar la casa y poner a todas las corrientes del estado en sintonía y terminar de definir claramente “de qué va la campaña en Tijuana”, Peña Nieto acepta porque de ese tamaño es para la prioridad nacional. Al puro estilo: presencia, cercanía y mensaje corto, que “la forma es fondo”.
Si como dicen las encuestas, en Tijuana para las elecciones del 5 de junio el candidato del PRI René Mendívil lleva la ventaja, son más altas las probabilidades que el priismo se derrote a sí mismo, a que otra fuerza política lo logre.
Que la historia lo registre.- A principios de 1982 en el país había una campaña presidencial que predicaba la “renovación moral de la sociedad”. Le pregunté a mi padre: –¿desde adentro alguien puede verdaderamente cambiar al sistema? Me respondió: –primero lo matan.
Botón rojo.- Como en un principio y como siempre, el tema de las campañas sigue siendo “el económico”.
Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas. Correo: smriubi@yahoo.com