Consultoría Matrimonial y Familiar
El acto sexual es comunicación en esencia, donde ambos se identifican y no hay lugar a malos entendidos porque es la comunicación más íntima y completa que existe. Es la oportunidad ideal para establecer todos los lenguajes, el de las miradas, las caricias, las palabras, las sonrisas, es la forma de expresar todas las emociones y aprender a dar y recibir, es dar o negarse a ello, ofrecer y recibir pero sobre todo el momento más sublime de compartir todo, su vida, sus anhelos, sus expectativas, sus esperanzas, en fin, es entregarse todo el uno al otro.
Pero por la propia naturaleza humana de uno y otro, en otros planos no existe siempre esa convergencia, por poner tan solo un ejemplo: con frecuencia el hombre despierta en la madrugada excitado, empieza abrazar a su mujer, le muestra su excitación y entendiendo de cómo está, se hace la occisa ante ese panorama, se muestra renuente, cansada de atender los hijos cuando los hay, del trabajo doméstico, del propio al salir a trabajar al igual que el hombre, sin soslayar que los ciclos hormonales son diferentes que los del hombre entre otras cosas, y considerar que no es el momento más propicio conforme a su propia naturaleza ya que para eso hay otros momentos, y ello deviene en pequeños o grandes conflictos y que poco a poco el hombre pueda ir perdiendo el interés, porque su momento más álgido es ése, es más, por eso despiertan y es algo incontrolable.
Todo eso hace que no consideran que caen en la monotonía por la costumbre de estar juntos, lo que impide cualquier variación, como el de hacerlo en la madrugada, claro que para eso cada quien tiene sus propios argumentos que pueden ser excusas espontáneas, y expresar en algunos casos que ya están grandes (si tienen tiempo de casados), ya tienen una vida hecha, ya no hay nada más que hacer, o la frase espontánea, “ya no estamos para esto, no me molestes, así estamos bien”.
Según los investigadores y yo, la mayor incidencia de enfermedades deviene en un momento de estado de estrés en que se encuentran las personas, lo que hace que las mismas se prolonguen o no reaccionen inmediatamente ante los medicamentos, cuando lo que debería de hacer es investigar un poco más del porqué se encuentran en ese estado de estrés, lo cual lograría una pronta recuperación, primero para que se atienda ese estado de ánimo (estrés) y segundo para que los medicamentos hagan su trabajo.
Encontrarse en un estado de estrés entre otras cosas es porque hay algo que no funciona de acuerdo al buen vivir, se vive enojado, deprimido, alterado, ansioso, etc., etc., cuando el fin último del hombre es vivir en un estado de felicidad para que con ello mantener un buen estado de salud, tanto física como mental, y para lograrlo existen muchas formas de lograrlo: evitar los problemas, tratar de vivir en armonía, divertirse, descansar, pasear, viajar, leer, bailar, en fin una serie de actividades que tengan que realizar para sentirse bien y en consecuencia gozar de buena salud, ah, y no descuidar un detalle muy importante que posee muchos e importantes beneficios para la salud: tener y mantener buenas relaciones sexuales y de manera frecuente, porque precisamente es parte de lo que conlleva vivir en pareja.
Y como hoy oí por ahí, caen en la milonga, descuidan su arreglo personal, creen que ya llegaron al límite del matrimonio y que ya no hay más aliciente y se acostumbran a vivir así, cuando en realidad la relación sexual es el motor de vivir una vida en plenitud, de satisfacción, y como lo he reiterado, hacer el amor no es tan solo el coito, es el disfrute que prodiga el uno al otro, los juegos, las caricias, los besos a todo ellos y de si finalmente se llega al orgasmo que es el principal objetivo, estar satisfecho y feliz y con ello mantener ese estado de felicidad y salud tanto física como mental.
Gracias como siempre por sus comentarios y consultas al e-mail: bautista46@hotmail.com
El autor reside en Tijuana, B.C.
