El término reiterativo común utilizado por los diversos protagonistas, hoy candidatos contendientes a obtener una curul en la legislatura estatal o bien la silla presidencial de cada uno de los municipios que conforman este gran Estado Libre y Soberano de Baja California, es la corrupción. Además, dicho término se utiliza en los discursos como sinónimo de arma política para convencer a los incrédulos; fáciles receptores de la más elemental demagogia, de erradicarla.
Si bien es cierto que no es un delito, también lo es que es un término subjetivo de difícil materialización, comprobación o demostración; mucho menos que haya personas en la cárcel por eso.
“Con una nueva justicia acabaré con la corrupción…”. Fernando Olivera. Candidato del Frente Esperanza. País: Perú.
“Acabaré con la corrupción…”. Servando Burciaga. Zacatecas. México.
“De llegar a la gubernatura eliminaré la corrupción…”. Armando Méndez de la Luz. Veracruz. México.
“Acabaré con la corrupción en la policía…”. Manuel Mondragón y Kalb. Secretario de Planeación y Protección Institucional. Ciudad de México.
Ahora, una nota periodística de un diario local, informa a ocho columnas, lo siguiente: “Terminar con la corrupción es prioridad de candidatos”.
Subyace en el pensamiento de cada candidato que abatirla, acabarla, quitarla, luchar contra o eliminar la corrupción, le es funcional, pero la realidad es que increíblemente es una aberración política y mercadotecnia política pura para los ilusos.
La corrupción es un quehacer humano, un acto volitivo. Lo hace o no. A la vista o a escondidas. Bajo presión o con autorización de un mandato superior. Por interpósita persona o no. No es un objeto ni un ente, grupo o raza. Exclusivo de alguna institución de cualquier nivel de gobierno. De una ciudad, Estado o país. En suma, de algún partido político tampoco. Es un acto universal de la conducta humana. Con valores o sin ellos. Concepto en la materia: corrupción política: es el mal uso del poder público para obtener una ventaja ilegítima. Esto es, que se discurre en prácticas como tráfico de influencias, soborno, extorsión o fraude.
Sobresale lo expresado por el Presidente de la Coparmex: “Irresponsabilidad política con la que se están conduciendo nuestros senadores y diputados”. Modifican la Constitución para que se apruebe el Sistema Nacional Anticorrupción antes del 28 de mayo, pero lo pospusieron.
Tema toral para persuadir y concretar la conducta del individuo a la materialización de la norma reglamentaria de la ley. No es un ejemplo a seguir, sin embargo son nuestros representantes legisladores a los que no podemos quitar, pues la figura de la revocación de mandato, solo está en ley.
Atentamente,
Lic. Sergio Campillo H.
Correo: scampilloH@hotmail.com