Ya no hay niños en el parque,
los culpables, tantos perros,
verdaderos cancerberos,
no hay niño que no se espante.
Muchos andan sin cadena
correteando como locos,
los dueños son unos pocos
que no ocasionan problema.
Algunos dueños de canes
no limpian el excremento,
el zacate y pavimento
huele a desechos fecales.
El césped se está secando,
la causa es el amoníaco
que por riñón y el meato,
el perro lo va orinando.
Hay hombres irresponsables,
no levantan las zurradas
que el perro deja regadas
ante miles de miradas.
Y surge Lord Caca-yacas
irascible y agresivo,
no acepta los correctivos
de mujeres currutacas.
Mi perro puede zurrar
donde las ganas lo pida,
no sea tan entrometida,
qué ganas de fastidiar.
Y tremendas bofetadas
recibió aquella mujer
de manos de Lucifer,
este lord de las zurradas.
Y ahí está la vieja metiche,
se está ganando su entierro
por culpa de aquel perro
de Lord Caca y su berrinche.
Alberto Torres B.
Tijuana, B. C.