Con eso que la compañía de la aplicación de mensajería digital WhatsApp, cifró sus mensajes con códigos individuales de persona a persona que impiden, por lo menos por ahora, que los textos sean obtenidos o intervenidos por terceros, se ha vuelto una de las herramientas más utilizadas en las campañas políticas. Los candidatos se comunican por esa vía con sus guerrilleros electorales, y arman estrategias telefónicas en cosa de nada. Pero quien le ha sacado más provecho es la oficial mayor del gobierno de Baja California, Loreto Quintero. Metida hasta el cuello en las campañas políticas que culminarán con la elección del 5 de junio, tiene a todo un ejército a su disposición, o al menos así parece que ven a los empleados del Gobierno del Estado en la administración kikista. Sucede que la señora abrió una cuenta de WhatsApp, donde incluyó a decenas de empleados de la administración estatal, y utiliza esa comunidad telefónica para darles órdenes sobre su participación en la campaña política a favor de los candidatos del Partido Acción Nacional. Ahí recibe ella fotografías que den constancia del trabajo de los empleados de gobierno en volanteo, brigadas azules o acompañamiento de candidatos. La consigna es que una vez terminada su jornada laboral en el gobierno, a las cinco de la tarde, deben dedicar entre una y dos horas inmediatas posteriores a la salida, a hacer campaña, y enviar la prueba fotográfica por WhatsApp. Así conservarán su empleo y “La Jefa”, como le dicen a Loreto Quintero, estará tranquila.