Esta pregunta es muy recurrente cuando están por desarrollarse elecciones en nuestro estado o municipio. No se puede ni se debe culpar a los ciudadanos cuando expresan que no acudirán a ejercer su derecho a voto porque señalan que “todos los políticos son iguales”. Años pasan, gobiernos van y vienen y la población se desilusiona más de la actuación de los partidos políticos y sus representantes, de ahí que los niveles de abstencionismo sigan en ascenso.
Desafortunadamente los estímulos para acudir a las urnas cada día se reducen más, el reflejo de una mejor acción de gobierno gracias a nuestro voto está muy cuestionado. La corrupción imperante en nuestro país ha sido factor fundamental para generar este desánimo. Desde el Presidente de la República hasta regidores son acusados constantemente de deshonestidad: moches, tráfico de influencias, ocultamiento de información en bienes, enriquecimiento ilícito, etc. En la clase política es el pan nuestro de cada día.
Después de este panorama sombrío pareciera que mi colaboración va encaminada a proponer que no se vote, la verdad es que mi propósito es escribir todo lo contrario y explico mis razones.
Votar debe ser visto como una oportunidad de castigar o recompensar a nuestras autoridades; con la Reforma Política que se aprobó recientemente ahora tendremos reelección inmediata a cargos de elección popular salvo para Presidente de la República y Gobernadores.
Vamos a entrar a un periodo donde el voto tendrá un valor agregado porque aquel que aspire a relegirse tendrá que regresar a pedirnos nuestra confianza, volverá a nuestra colonia y es ahí donde tendrán que rendirnos cuentas.
Por ejemplo, si no nos brindaron la seguridad que nos prometieron o no hicieron nada con el problema de servicios públicos que ofrecieron mejorar será ahí donde podremos desquitarnos, quiero ver al valiente que acude a una colonia popular si no resolvió un problema muy sentido y solo se presenta a pedir de nueva cuenta el voto. La reelección es el único camino que tenemos para que los gobernantes nos rindan cuentas a los ciudadanos de manera directa.
También hay que decirlo, no todos los funcionarios públicos son malos, hay gente –los menos– muy dedicados a cumplir, son a esos que tendremos la oportunidad de recompensarlos dejándolos en su responsabilidad.
Entiendo todas las razones para no votar, lo comparto pero hoy en día es la única herramienta que tenemos a la mano para utilizarla. Estoy convencido que no votar favorece a quien gobierna sea del partido que sea. Además si acudimos a votar libremente damos “portazo” a aquellos que con malas prácticas obligan a la gente a acudir a las urnas por una despensa o por algo de dinero.
Uno de los factores que en nada favorece a vencer el abstencionismo son las llamadas “campañas negras” o “guerra de lodo”, éstas consisten en denigrar al contrario ya sea a través de información amañada o por la práctica de espionaje telefónico. No se debe vencer la supuesta ilegalidad con otra ilegalidad.
Contrastar propuestas o resaltar los errores que cometen los candidatos y los partidos políticos es completamente válido pero aspirar a gobernar por denostar al rival me parece un nivel muy bajo. El morbo se apodera de las campañas políticas, todo mundo está a la expectativa de que “trapito al sol” saldrá en los siguiente días y la autoridad electoral valiéndole “toneladas”.
A pesar de lo anterior mi convicción es y seguirá siendo votar, creo en las instituciones como una forma de buscar vivir en un país mejor y sobre todo más justo. Acudir a las urnas es de lo poco que tenemos para ejercer presión: no lo desaprovechemos.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal así como como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro alejandro@caudae.com
