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martes, octubre 1, 2024
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De Etiopía a Tijuana: “Estoy pidiendo asilo para salvar mi vida”

Hasta la frontera de Tijuana, grupos de africanos, haitianos e hindúes llegaron para pedir asilo a Estados Unidos. Sin un gobierno constituido o sin reconocimiento como ciudadanos en sus países, se encuentran en un limbo migratorio. De no ser aceptados en la Unión Americana, serán deportados a sus lugares de origen, de donde huyen por la pobreza, el genocidio y la violencia

 

Las crisis humanitarias de países africanos como El Congo, Etiopía y Somalia, así como de Haití, Bangladesh y otras naciones en conflicto, alcanzaron la frontera de Tijuana. Desde el domingo 22 de mayo, cientos de personas se encuentran en las garitas de esta ciudad en espera de solicitar asilo político en Estados Unidos.

Para algunos, la travesía tomó tres meses e implicó tomar barcos hasta Brasil o Panamá, cruzar Centroamérica e ingresar a México por la frontera con Guatemala. La ruta es trazada por traficantes, quienes les cobran miles de dólares a cambio de ofrecerles seguridad durante el camino y llevarlos a la frontera.

Sin embargo, el número de extranjeros que solicitan asilo al gobierno estadounidense, alcanzó picos históricos esta semana, por lo que los tiempos de procesamiento y entrevistas con autoridades migratorias han provocado filas de casi 24 horas.

“Recientemente, hemos visto un incremento en el número de haitianos ingresando a San Ysidro sin estatus (migratorio) en Estados Unidos”, explicó Angélica De Cima, vocera de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

En su mayoría, se trata de hombres, treintañeros. Muchos no hablan ni español ni inglés, y se comunican a través de un grupo reducido que aprendió español durante su paso por países latinoamericanos.

Perseguidos por los gobiernos de sus países o huyendo de la pobreza y de la violencia, son cientos quienes han llegado y se espera que en los últimos días arriben más. Hasta el jueves 26 de mayo, un grupo de más de 100 extranjeros estaba siendo procesado en la Garita de San Ysidro.

Del lado mexicano de la puerta que marca el inicio de Estados Unidos, un grupo de 40 personas, entre ellas también familias de Michoacán, con niños y bebés, esperan sentados en la banqueta.

Todos han dormido en la vía pública, cubiertos con cobijas donadas por algunos transeúntes. Varias veces al día, llegan grupos de voluntarios que les entregan agua embotellada y comida.

Quienes dominan el inglés se acercan a los oficiales estadounidenses para preguntarles en qué momento los van a recibir.

"Esperábamos que nos recibieran, no que nos dejaran dormir en la banqueta"

“Esperábamos que nos recibieran, no que nos dejaran dormir en la banqueta”

“No nos dicen cuánto tiempo tenemos que esperar, sólo que nos quedemos de este lado de la puerta, pero vamos a estar aquí el tiempo que sea necesario, sacrificamos y arriesgamos nuestras vidas para llegar hasta aquí”, comenta un joven oriundo de Etiopía.

En inglés, explica que vivió como refugiado en Sudáfrica durante diez años hasta que su estatus migratorio venció. “El gobierno me dijo que me tengo que ir, no quiero ser un inmigrante ilegal, no quería que me deportaran”.

Con una mochila a su espalda y la capucha de su sudadera sobre su cabeza a pesar del sol, comparte que huyó de Etiopía porque como defensor de derechos humanos sufrió persecución política.

Señala su pierna derecha y dice: “A mí me dispararon. Estoy pidiendo asilo para salvar mi vida”.

Ya que este grupo de extranjeros provienen de países sin gobiernos constituidos o que por razones políticas no son reconocidos como ciudadanos por sus países y por lo tanto no son aceptados en ellos, no pueden ser deportados en México, por lo que el Instituto Nacional de Migración les emitió permisos temporales para que regularicen su estatus migratorio o salgan del país en periodos que van de uno hasta 30 días.

Durante ese lapso, deberán regularizar su estatus migratorio, ya sea solicitando asilo en México o con algún vínculo con un ciudadano mexicano u oferta de empleo.

No obstante, el 90 por ciento de estas personas refirieron estar en tránsito para pedir asilo en Estados Unidos, por lo que será el gobierno de ese país quien determine si podrán permanecer allá o serán expulsados.

Por su parte, la oficina de CBP informó que cada uno de los casos está siendo procesado de manera individual y serán las autoridades de Control de Aduanas e Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés) quienes determinen si estos extranjeros pueden permanecer o no en Norteamérica.

Uno de los hombres muestra a la reportera una hoja tamaño carta con su nombre, nacionalidad, edad y foto. Están los rótulos del Instituto Nacional de Migración, los sellos y la firma de una oficial. Es un oficio de salida de la estación migratoria con fines de regularización. Tiene validez por 30 días y fue expedido en Chiapas el 17 de mayo de 2016.

“Lo que nos preocupa es que si no cruzamos la frontera y se vencen nuestros permisos, empiecen problemas en México”, expresa el migrante a escasos metros de donde inicia el territorio estadounidense.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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