A cuarenta y un días de las elecciones que definirán al próximo alcalde de Tijuana, el candidato del PAN, Juan Manuel Gastélum, firmó un acuerdo en el que pretende desechar un reglamento (que admitió desconocer) y así echarse a la bolsa el voto de miles de transportistas, inconformes con el proyecto denominado Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), es decir, la Ruta Troncal.
Así es, el candidato del PAN levantó las manos con los mismos transportistas que colapsaron la Vía Rápida Oriente la semana pasada, violando la Ley y afectando a una gran cantidad de automovilistas, que de por sí tienen que soportar los constantes daños al tránsito que dejan las obras que el Ayuntamiento ejecuta para la “Ruta Uno”.
Con gorras con “patitas” y el logo del PAN colocadas en la cabeza, los transportistas se fotografiaron junto a Gastélum, su coordinador de campaña, Felipe Luévano, la planilla de regidores y el candidato a Diputado en el Distrito XII, Raúl Castañeda Pomposo. Afuera del recinto, sonaba el tema principal de la campaña panista.
De manera incipiente, y solamente “enunciativa” –como dijo el propio Gastélum– el documento (su acuerdo) plantea una serie de puntos que solo aplicarán en caso de que “El Patas” alcance la Presidencia Municipal, tales como la revocación de los artículos del Reglamento que contemplan darle plenas facultades al SITT para otorgar y ampliar las concesiones –para regresarlas al cuerpo edilicio–, así como reconfigurar la estructura del Consejo Municipal del Transporte, para procurar la inclusión de los trabajadores del volante. Además, prometió ratificar rutas y permisos ya otorgados.
Según líderes de las 20 organizaciones que forman parte del acuerdo, dos de ellas del transporte masivo, antes de buscar “el apoyo” del PAN, se acercaron al candidato del PRI, René Mendívil Acosta, sin embargo, éste “se negó a entrarle al tema”, afirmó Miguel Ángel Jiménez, presidente de la Unión de Taxis de Baja California. Dicen los transportistas, que junto a sus familias, los transportistas podrían agregar alrededor 60 mil votos a la cuenta del panista.
Los acuerdos de tricolores y blanquiazules con los representantes del transporte público durante las campañas no son nada nuevo. Ejemplo de ello es que el SITT, ha beneficiado de manera especial a Grupo Calfia, propiedad del candidato priista por el Distrito XIII, Arturo Aguirre, con otro de los dueños, Rigoberto Barreto como su suplente. El beneficio consiste, en que junto con otras tres empresas, Calfia reciba una ampliación de mil unidades nuevas con placas incluidas en el paquete para alimentar a la Ruta Troncal. A pesar de contar con un servicio deficiente y con unidades (“calafias”) que ponen en riesgo la seguridad de quien las aborda.
Sin embargo, los abusos de las concesiones públicas no son exclusivas del PRI, cabe recordar que el 31 de noviembre de 2004, última día de Gobierno de Jesús González Reyes, el Cabildo autorizó la entrega de 500 juegos de placas de “taxi libre”, modalidad en aquel tiempo nueva y que desaparecer –en nombre– del Reglamento en la administración de Astiazarán; además del poder que “taxis” amarillos, adscritos a la CROC –del PAN– han tenido en las inmediaciones de la garita internacional de San Ysidro, lo que ha derivado en constantes conflictos tanto con usuarios, como choferes de empresas rivales. Astiazarán pactó igualmente en 2013 con los taxis amarillos.
Los casos de pactos entre uno de los peores servicios en el país y la política en Tijuana tienen el resultado de hoy: un transporte deficiente, caro e inseguro.