Al presentarse deslizamientos de tierra durante la madrugada y mañana del 9 de mayo, colapsándose viviendas, una iglesia cristiana y el patio de juegos de un jardín de niños, autoridades estatales y municipales mantuvieron una reunión con los vecinos de la zona, para informarles de los resultados obtenidos tras las mesas técnicas instaladas.
Mientras esperaban el inicio de la reunión, vecinos se apresuraban a ingresar a sus casas, muchas de ellas ya inestables, para rescatar cuantas pertenencias pudieran y resguardar aquellas que no pudieran llevarse con facilidad en los salones del kínder “Rosaura Zapata”.
La falla tectónica que Protección Civil Municipal ha informado pasa por la calle Salvador Arteaga y su rastro puede seguirse a simple vista: la vialidad cuenta con fisuras y desniveles que vuelven imposible el ingreso de cualquier vehículo y dado que el deslizamiento se encuentra activo, la recomendación es que las personas tampoco transiten por el área, que ha sido acordonada. Las fisuras en la calle se han abierto paso a través de diferentes inmuebles, comprometiendo la estabilidad y derrumbando bardas y edificaciones, de los cuales los vecinos recuperan y cargan en carretas los materiales que aún tienen utilidad.
29 son los inmuebles ubicados en la zona de riesgo, siendo que de aquellos ubicados sobre ladera y por lo tanto en mayor peligro, solo 6 permanecen habitados, siendo 4 inmuebles los que ya han colapsado. Siendo inminente el derrumbe, la recomendación de las autoridades ha sido en el sentido de no anteponer bienes materiales a la integridad física y seguridad personal.
Presentes en la reunión con los vecinos, estuvieron el Director de Protección Civil Juan Carlos Méndez, el Subsecretario de Gobierno del Estado Enrique Méndez y el delegado del Sistema Educativo Estatal Adrián Flores, entre otros representantes de otras dependencias, siendo que minutos antes de que se diera inicio formal a este asunto, el sentimiento reinante por parte de los vecinos era la incredulidad y la apatía.
Personal de la Comisión de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) realizan en la zona cortes preventivos de sus servicios, para evitar acelerar el proceso del deslizamiento en caso de existir fugas de agua, así como accidentes y contingencias que puedan provocar la caída de postes de luz. En la colonia se colocarían válvulas de puenteo para no dejar de proporcionar agua a viviendas cercanas a la zona de colapso.
A los alumnos del kínder se les entregarían sus certificados, no retrasándose en sus estudios a pesar de la suspensión permanente de actividades en el plantel, además de que se les reasignaría a otras escuelas. De almacén para el menaje de las casas, la escuela serviría para refugio de las familias más afectadas, debido a la negativa de éstas a trasladarse a algún albergue más lejano.
Exigiendo la reubicación, tal como sucedió con los afectados en la cercana colonia Sánchez Taboada, a los afectados de División del Norte, el Instituto para el Desarrollo de la Vivienda de Baja California (INDIVI), tan solo les ofrece como alternativa el acceder a uno de sus programas de vivienda, por lo que tendrían que pagar por un predio.
