La juventud no es sinónimo de experiencia, y con una carrera educativa sin ejercer, no hay garantía de que sean un buen diputado (o diputada) local los jovenzuelos que por serlo se tiran a buscar un hueso.
La belleza no es puerta a una inteligencia sobresaliente en el Congreso local, aquí en B. C. Quedó de manifiesto total y erróneamente con el Señor Presidente Enrique Peña Nieto, todos los sabemos. No queremos maniquíes, Adonis que no ejerzan su inteligencia para el progreso de México.
Se necesita experiencia, visión, obviedad, haber leído mucho, es decir mente amplia y tener bases concretas a lo que se anhela y saber qué va a hacer el tal Congreso.
Esos o esas candidatos pollos que se ven en pañales y sin rumbo y buscan hueso nomás porque sí, ¿cómo?
Leopoldo Durán R.
Tijuana, B. C.