Las elecciones del 5 de junio en Baja California se encuentran ya en puerta, aunada a ellas, la apatía de la ciudadanía sobre una campaña electoral desangelada, ignorada por el electorado, hecho que se manifiesta notoriamente tanto en la apatía de la borregada acarreada, como en el repudio a los partidos políticos, la indiferencia a la presencia de los candidatos y sus adeptos, los cuales, salvo contadas y honrosas excepciones, se lanzan a ella motivados por alcanzar los jugosos cargos públicos, a sabiendas de que lo único que pretenden con sus mentiras, es aprovecharse del dinero de la coacción y venta del voto, que despilfarran a manos llenas para su propio beneficio.
En la jornada electoral de este 5 de junio 2016, mil 365 cargos de representación popular están en disputa, entre alcaldes y diputados locales; en las trece entidades federativas en las que habrá comicios este año, en total se van a elegir 239 Diputados de Mayoría Relativa, 149 Diputados de Representación Proporcional y 965 Ayuntamientos o alcaldías de los dos mil 445 municipios que hay en el País y 12 Gobernadores, todos ellos en espera de acogerse a la enorme ubre del presupuesto del gobierno, y para variar, los trece estados en los que habrá comicios en estas elecciones, están bajo la sombra del crimen.
En ocho de esas entidades hubo mil 452 homicidios dolosos, secuestros y extorsiones durante el primer trimestre de este año, cinco mil 834 casos en todo el país, cifra de los delitos reportada por el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mientras que en los estados donde se desarrollan procesos electorales, hubo mil 986, datos que revelan un panorama desesperanzador, un proceso electoral complicado, corrupto e impune.
La Arquidiócesis de México en su editorial “Desde la Fe”, refirió como una “realidad oculta” la infiltración del crimen organizado, de su poder corruptor y decadente contra la democracia; señaló que de cara al proceso electoral de junio todo parece indicar que el narcotráfico nuevamente está en coyunturas específicas, no por casualidad sino producto de los vacíos institucionales, debido a que la violencia continúa y el narco es implacable y descarado, por lo que es de suponer que las elecciones del 5 de junio se desarrollarán en condiciones en las que el narco nuevamente ha tomado las riendas en algunos estados, patrocinando candidatos de elección popular que actúan en nombre de esa realidad arraigada para conseguir espacios políticos locales y federales.
En las entidades donde se juegan gubernaturas, los electores viven de rodillas, sometidos a los dictados de la delincuencia. Plazas controladas por cárteles despiadados y demoniacos recuerdan cómo la historia viene a confirmar que siguen activos para hacerse del control social y económico. “Columnas armadas” enseñan el músculo de poderes fácticos.
En su editorial “Desde la Fe”, la Arquidiócesis de México expresa que las elecciones bajo la sombra del crimen, tienen “tufo del narco” de cara al proceso electoral de junio, y todo parece indicar que el narcotráfico nuevamente está en coyunturas específicas, no por casualidad sino producto de los institucionales.
Ante esta cruda realidad que tiene al país en vilo, se está proyectando una iniciativa ciudadana de la Ley “3 de 3” que establece reglas claras de conducta para interacción entre servidores públicos y privados, que permite canalizar la indignación social, en un esfuerzo constructivo que busca forjar gobiernos más honestos e íntegros y reducir riesgos de corrupción; por ser una Ley General, aplicará para los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal. ¿Podrá una ciudadanía consciente y participativa tomar el poder político que le confieren la Constitución Política del País, erradicar la corrupción e impunidad que permite la delincuencia y la violencia imperante en el narcotráfico?
Concepción Vizcarra de Arámburo es luchadora social y reside en Tecate, B.C. Correo: concepcion_vizcarra@hotmail.com