Alfonso de Angoitia Noriega, vicepresidente Ejecutivo y presidente del Comité de Finanzas de Grupo Televisa, contactó a Mossack Fonseca en el año 2005, a través de su despacho: Mijares, Angoitia, Cortes y Fuentes.
El despacho le ofreció a Mossack Fonseca integrar a su cartera a importantes empresarios de México, como Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa. Uno de los productos de Mossack Fonseca que más le interesó al despacho del ahora ejecutivo de la televisora fue la creación de fundaciones.
A petición de entrevista del portal Aristegui Noticias, Angoitia admitió haber adquirido esta empresa en Bahamas “con el propósito de comprar un departamento y una membresía en un club de buceo náutico ubicado precisamente en Bahamas, deporte que practica desde hace muchos años”.
Sin embargo, aseguró que se trató de una “adquisición pública y transparente”, por lo que le negó relevancia al tema, según respondió el ejecutivo de Televisa a través del vocero de la empresa, Alejandro Olmos.
“La adquisición de esa sociedad fue pública y transparente. Tan es así que esa empresa quedó inscrita en el Registro Público de Bahamas, información que puede ser consultada por cualquier persona. El licenciado Angoitia se encuentra en pleno cumplimiento de las disposiciones fiscales que le son aplicables en México en relación con UCETEL. No encontramos mayor relevancia en el tema, pero estamos atentos por si se requiere mayor información”, dijo Olmos en la respuesta que pidió se transmitiera de forma íntegra por el citado medio.
Angoitia, junto a Emilio Azcárraga Jean, Bernardo Gómez González, y José Bastón Patiño, forman el grupo de los llamados “Cuatro Fantásticos de Televisa”.
De acuerdo con la información disponible, fue hasta 2014 cuando Angoitia creó su propia empresa, Ucetel Incorporated, en las islas Bahamas, entre Cuba y Florida. El 11 de diciembre de ese año, la oficina de Mossack Fonseca en Bahamas recibió el certificado de incorporación de la empresa propiedad del ejecutivo de Televisa.
Tres meses después, Angoitia le pidió a la firma panameña incorporar como titular de una sola acción, con valor de un dólar, a la empresa JTC Corporated Services (Suisse) Limited, registrada en las Islas Vírgenes Británica, pero con dirección en Ritter House, 5th Floor, Wickhams Cay II, Roadtown, en Miami, Florida.
Con ese sólo movimiento de una acción, el ejecutivo de Televisa pidió también que se registrara como director de Ucetel Incorporated a JTC Directors (Suisse) Ltd, con sede en el territorio británico del Caribe.
En el formulario que entregó a Mossack Fonseca para esa incorporación, Alfonso de Angoitia reportó que Ucetel había sido creada como socio general de una Sociedad Limitada de Canadá y que su capital era de 50 mil dólares, divididos en 50 mil acciones de un dólar cada una.
El vicepresidente de Televisa, la más importante de habla hispana, aseguró que era el único beneficiario y que la procedencia de los fondos eran ahorros de su salario y compensaciones.
Sin embargo, el interés de Mossack Fonseca en Angoitia ha ido más allá de la compra de un departamento o un yate, indica el semanario Proceso, que junto con Aristegui Noticias fueron los únicos dos medios mexicanos involucrados en la investigación.
En sus primeros contactos con el bufete de abogados mexicano, los agentes de la firma panameña ofrecieron sus servicios a los socios del alto ejecutivo de Televisa. Los documentos indican que un empleado de Mossack Fonseca identificado como “J Palacios”, se reunió con Carlos Malpica Hernández, entonces socio del despacho mexicano, para explicarle los servicios de la firma especializada en la creación de empresas offshore.
Uno de ellos, el MF Trust, que administra fundaciones privadas, apertura de cuentas bancarias y administración general, así como los servicios de administración de Mossack Fonseca.
Según el reporte de J Palacios, Malpica le dijo que para entonces el uso de las corporaciones offshore se habían reducido en ese tiempo en México, pero que estaba muy interesado en la creación de fundaciones privadas, uno de los servicios de la firma panameña.
Malplica “incluso tenía en mente que el principal dueño de Televisa, que es uno de sus clientes, estaba buscando una manera de organizar sus activos”, según el reporte del enviado de Mossak Fonseca. Y agregó: “Las fundaciones privadas serían una forma diferente e interesante de asistir a su cliente”, es decir, a Emilio Azcárraga Jean, presidente de Grupo Televisa.
Otro informe en el que se hace seguimiento y evaluación del despacho Mijares, Angoitia, Cortés y Fuentes, señala que gran parte de sus clientes son mexicanos y destacan que son los abogados de Televisa. “Han utilizado LLCs (sociedades de responsabilidad limitada) de Dellaware y fideicomisos de las Islas Caimán para fondos privados de capital”.
Explica: “Pueden utilizar Caimán legalmente porque solicitan al gobierno de Caimán un certificado de transparencia, en el que se declaran las personas que aportan al fideicomiso o a título personal. Con este requisito, la secretaría de Hacienda mexicana no los graba como paraíso fiscal y pueden hacer deducciones”.
Según el documento, el abogado del despacho del ejecutivo de Televisa Fernando Borja Mújica, “los fondos privados se seguirán desarrollando y, “según él, serán el sustituto de la Bolsa Mexicana”. Más aún, que a pesar de las prohibiciones legales a la banca privada para sugerir inversiones fuera de México, “en realidad existe” esa conducta.
Optimista, indica Proceso, el agente de Mossak Fonseca aseguró que tenían cien por ciento de probabilidades de hacer negocios con los abogados de Televisa. En la información filtrada no aparece en lo inmediato que los hayan concretado. Sólo está el archivo de Angoitia. En la secuencia de documentos que presentó al despacho panameño para acreditarse como beneficiario principal de Ucetel Incorporated, Alfonso de Angoitia Noriega entregó una copia de su pasaporte mexicano.
LA INVESTIGACIÓN DE LOS PANAMA PAPERS
El diario alemán Süddeutsche Zeitung con sede en Munich, recibió millones de registros de una fuente confidencial y los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), que convocó a periodistas socios en todo el mundo.
Los más de 100 medios internacionales que participaron de la investigación no pagaron por el acceso a la información, que significa la mayor filtración de datos sobre lavado de dinero a nivel mundial.
Los registros filtrados provienen de la firma Mossack Fonseca, una empresa panameña de más de 40 años de existencia, con sucursales en 48 ciudades del mundo, conocido por crear y administrar sociedades offshore, fundaciones y fideicomisos en paraísos fiscales.
A diferencia de otros despachos y firmas de abogados panameños, los cuales suelen anunciarse de manera ostentosa en la avenida 50, una de las vías más importantes de la capital de Panamá, Mossack Fonseca adoptó un perfil muy discreto, lavando millones de dólares día con día. En la práctica, un cliente es un intermediario entre la firma panameña y el beneficiario final, verdadero dueño de las compañías creadas para esconder el dinero.
Mossack Fonseca no tiene oficinas en México, como en otros países de América Latina, pero tampoco las necesita. Cuenta con numerosos despachos de abogados que operan como intermediarios entre los beneficiarios finales de las empresas offshore y la firma panameña.
En el caso de México se contabilizaron 65 compañías, 47 beneficiarios finales o dueños, 29 clientes y 208 accionistas de empresas vinculadas con mexicanos o extranjeros radicados en México. A nivel global, el despacho panameño tenía hasta fines del año pasado 214 mil 448 entidades registradas en su historia y 14 mil 153 intermediarios.
El ocultamiento del dinero no sería posible sin la participación de los bancos, empezando por los más grandes a nivel mundial, que fungen en muchos casos como accionistas en las empresas creadas en los offshore. Para el caso de México, los archivos de los Panama Papers muestran la presencia de Santander Private Banking, HSBC Private Banking, Credit Suisse First Boston y la calificadora Merril Lynch.
Los despachos mexicanos han sido un gran activo para la firma panameña, ya que son quienes la ponen en contacto con los dueños del dinero. Tan sólo en 2010, Mossack Fonseca envió regalos de Navidad a 310 despachos mexicanos.
En respuesta a cuestionamientos de los diversos medios involucrados durante la investigación periodística, Mossack Fonseca aseguró que sus servicios son legales. Sin embargo, la práctica de la firma ha permitido esconder dinero cuyo origen se desconoce, incluidos lavadores de dinero del narcotráfico y vendedores de armas.
Entre los mexicanos involucrados se encuentran el empresario mexiquense Juan Armando Hinojosa Cantú, el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, y Alfonso de Angoitia Noriega, vicepresidente Ejecutivo y presidente del Comité de Finanzas de Grupo Televisa.