Su adicción a la marihuana -motivo por el que salió de prisión en México- le costó a Andrew Tahmooressi, el Marine que ingresó a Tijuana con dos rifles de asalto, un arma y cientos de cartuchos, su más reciente arresto en Estados Unidos.
De acuerdo con los registros del Sheriff de Dearborn, Indiana, consultados por ZETA, Tahmooressi ingresó a la cárcel de ese condado el jueves 7 de abril a las 5:10 de la mañana y ahí permanece recluido después de que se declara culpable de un cargo por posesión de marihuana en una cantidad menor a 30 gramos.
Vestido con el uniforme color naranja de recluso y en sus manos, una placa, el veterano que permaneció siete meses en prisión en Baja California, fue fotografiado en su ingreso a la cárcel local. Una herida se distingue en el lado derecho de la frente.
El Código Penal de Indiana en Estados Unidos, indica que la posesión de 30 gramos de marihuana es considerado un delito menor, por lo que los cargos pueden ser desechados si es la primera ocasión en que la persona es acusada de este delito.
No obstante, si en el historial de la persona detenida, ya hay antecedentes por cargos relacionados con posesión, distribución, venta o cultivo de droga, la pena alcanza un año de prisión y una multa máxima de 5 mil dólares. Medios locales de Indiana, informaron que a Tahmooressi se le impuso una sentencia de un mes.
Apenas el 11 de marzo de 2015, el Marine fue detenido por manejar en estado de ebriedad en Twin City, Georgia, también en la Unión Americana. Semanas antes, había acudido al informe de labores del presidente Barack Obama, como invitado especial del congresista republicano Duncan Hunter.
Cuando Andrew Tahmooressi salió de la prisión estatal de El Hongo en Tecate, Baja California, el 31 de octubre de 2014, fue porque la Procuraduría General de la República (PGR) lo absolvió de los cargos de portación de armas de uso exclusivo del Ejército, por su adicción a la marihuana y por el trastorno de estrés postraumático que se le diagnosticó debido a sus años de servicio durante la guerra de Afganistán.
Al respecto, el juez Octavio Luna, titular del Juzgado Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales en Baja California, resolvió que Tahmooressi recibiera tratamiento psiquiátrico en Estados Unidos, puesto que argumentó en México no podía garantizarse su derecho a la salud.
“Andrew Paul Tahmooressi, a los quince años, de acuerdo a los antecedentes patológicos y de padecimiento actual de los dictámenes médicos, inició su cuadro de consumo a la mariguana”, afirma la resolución de la causa penal 114/2014 con la cual el Marine obtuvo su libertad.
El norteamericano cruzó la frontera de Estados Unidos hacia Tijuana, la noche del 31 de marzo de 2014. En su vehículo fueron encontradas tres armas: una pistola calibre .45, un rifle de asalto Spartan Alpha M6 y una escopeta, así como más de 400 cartuchos útiles.
Por lo anterior, fue consignado a la PGR por el delito de portación de armas y cartuchos de uso exclusivo del Ejército. Durante el juicio en su contra en México, Tahmoressi sostuvo que llegó a Tijuana por error, pese a que ZETA documentó que en numerosas ocasiones e incluso horas antes de su detención, había cruzado la misma garita.
Ese mismo día, 31 de marzo de 2014, se hospedó en el hotel Nelson, ubicado en la “zona de tolerancia” de la ciudad. Además mantenía una relación personal en este lado de la frontera.
Por la libertad de Tahmooressi en México, abogaron congresistas republicanos, medios de comunicación y grupos conservadores estadunidenses, pero principalmente sus familiares.
Al momento de la liberación del Marine y de su regreso a Estados Unidos, Jill Tahmooressi, su madre, declaró que en Florida, estado del que es originario y donde radica la familia, recibiría tratamiento por el trastorno de estrés postraumático, así como por su adicción a las drogas.
Sin embargo, hasta el momento, la familia no ha hecho un posicionamiento respecto al arresto y proceso penal del veterano de 27 años de edad en Indiana.