Las campañas políticas que iniciaron en gran parte del país finalizarán en mes y medio aproximadamente. En varios estados y municipios se estarán renovando a sus autoridades locales. La estimación es que 40 millones de personas acudirán a las urnas el próximo 5 de junio.
Todos los partidos políticos buscan atraer la atención del electorado, vemos un sinfín de esfuerzos por llamar la atención. Si analizamos detenidamente cada una de las estrategias que utilizan los candidatos nos daremos cuenta que en varias lugares no son lo suficientemente creativas para generar en la población una posible reacción emocional que genere empatía con los candidatos. Inclusive –las campañas–, muchas veces se parecen entre sí por más que representen diferente ideología.
También debemos reconocer que el electorado se ha vuelto más complejo por dos razones; la primera es que cada vez cree menos en los políticos y la otra razón es que ahora los mensajes deben ser utilizados en canales de comunicación más competidos.
Hay pocos elementos para que la ciudadanía verdaderamente se motive, en lo personal me llama la atención que ciertos medios de comunicación cuestionan que las campañas son aburridas como si ellos no generaran justamente eso. Si no fuese por los escándalos ni cuenta nos daríamos que hay campaña en Veracruz o Zacatecas.
El ganar espacios en la opinión pública también es difícil porque depende en gran medida de los acuerdos comerciales con los medios y si a esto le agregamos la sobre-regulación del Instituto Nacional Electoral, se vuelve indispensable buscar rutas alternas como las redes que desafortunadamente también están sujetas a la inversión en la pauta comercial.
Un ejercicio que realizan los partidos políticos y sus candidatos es invitar a figuras de talla nacional a sus eventos o mítines cuando la estrategia así lo indica como una manera de ganar reflectores. Todos los partidos sin excepción lo hacen.
En el PAN me llama la atención que desde el año pasado el ex Presidente de la República Felipe Calderón está participando en algunas campañas para Gobernador, la interrogante es ¿debe un ex Presidente participar en las campañas políticas? Mi respuesta es sí.
En muchísimas democracias del mundo no hay limitantes legales ni morales para hacerlo. En el caso de Estados Unidos los ex presidentes y los mismos presidentes en turno participan en las campañas de sus candidatos abiertamente, forma parte de su cultura. En nuestro país los límites para los Presidentes son legales y para los ex Presidentes morales.
Si bien las reformas electorales que se han realizado buscan generar una mayor confianza la verdad es que no sirven. No funcionan porque siempre se hace con dedicatoria, es decir buscando beneficiar o perjudicar a alguien.
En nuestra cultura política los ex presidentes por “tradición” hasta hace unos años participaban muy poco, para “no rayarle los cuadernos” al Presidente en turno, lo anterior me parece tener una visión muy limitada para los tiempos actuales. Inclusive, me parece injusto para cualquier mandatario que una vez finalizada la presidencia debe de vivir como una especie de destierro político.
Cuando uno asiste a un mitin de cualquier partido político se da cuenta que subirse a un templete tiene su chiste ya que se exponen a silbidos y mentadas de madre.
Si en este caso a los partidos políticos les molesta que el ex presidente Felipe Calderón participe en campañas la solución es muy fácil, por ejemplo que los priistas inviten al ex Presidente Salinas de Gortari o Ernesto Zedillo a dar un mensaje político en una colonia o auditorio, asunto arreglado… así nadie puede quejarse de desigualdad, siempre y cuando se atrevan, digo yo.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal así como como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro alejandro@caudae.com