¿I…ZZI mejor no me instalas nada?
Una de las experiencias más terribles de nuestra vida común y ordinaria de consumidores es el habernos cambiado por necesidad de ampliar los mentados “megas”, y elegir a IZZI. Nos ofrecieron un “paquete”, cosa que nos interesa poco debido a que nuestro interés principal no es la televisión, y quizá muy poco el teléfono, pero sí el internet que ocupamos para nuestro trabajo.
¡Craso error!
Para empezar IZZI no tiene oficinas en Tijuana, adonde puedas ir a exponer quejas e inconformidades frente a frente con un individuo (por inútiles que también puedan ser), y después de informarnos el impuntual (fue el día y a la hora que se le dio la gana) como inservible empleado de la compañía (quienes te explican algo que posteriormente se contradice con lo que te explican los otros empleados por teléfono) que en tres horas tendríamos instalado todos los servicios, resulta que una semana después, ¡no contamos con internet en casa necesario para nuestro trabajo!
Es de suponer la frustración y el enojo, tras el estar hablando constantemente con unas operadoras de sepa Dios a qué distancia de nosotros, y estar escuchando su voz melosa y melcochera al presentarse, dibujándose en mi mente una mujer aplastada con sus audífonos y una sonrisa cretina (¿I…ZZI me las curo de ti?), con quien aparte de recibir sus explicaciones que no nos resuelven el problema, nos encontramos, como ya mencioné, una semana después, donde mismo.
De tal manera que tenga Usted mucho cuidado con dicha compañía, a pesar de que por la necesidad de servicio quizá no le quede a Usted de otra, y ante su incompetencia, quizá proceda ir a la Profeco, quienes también para, maldita sea la cosa, sirven.
De tal manera que: ¿I…ZZI me quejo?
¿I…ZZI la compaña –para variar– me sigue mandando a la tiznada?
Daniel Trujillo Juárez
Tijuana, B.C.