Conozco a Antonio Magaña desde hace tiempo, confieso que hace varios años que no hablo con él. Cuando me desempeñé como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California siempre tuvimos un trato institucional y respetuoso. En varias ocasiones nos reunimos para intercambiar puntos de vista con visiones obviamente diferentes pero siempre muy enriquecedoras.
El charlar largamente nunca generó que se confundiera la causa que cada quien representaba en ese momento. Cuando consideré que se realizaba una crítica infundada siempre me proporcionó “derecho de réplica” más por vocación que por derecho mismo. Inclusive sus señalamientos hacia el Gobierno contribuyeron a hacer las cosas de una mejor manera. Lo considero una persona culta e inteligente, de esos que se cuentan con los dedos de la mano.
A lo largo de la historia de México y no se diga de Baja California han existido casos donde un conductor de un programa de radio o televisión deja su papel de informador y se convierte en candidato, cito tan solo tres ejemplos: Carlos Flores, quien de locutor de Cadena Baja California pasó a ser diputado local por el PAN en Mexicali; Jorge Esparza Carlo dejó los micrófonos de Radio Encisco para convertirse en diputado federal por el PAN en Tijuana, y Fernando del Monte, conductor de Televisa a candidato a la alcaldía del PRI por Tijuana.
La fórmula no es nueva, en ocasiones funciona y en otras no. El caso de Antonio Magaña es digno de analizarse, siempre existirá la duda si sus comentarios, análisis y críticas en su programa de televisión no estaban sustentados en un proyecto político, eso solo él lo sabrá.
Varios amigos me preguntaron mi opinión sobre su decisión; reconozco que estaba poco informado, por lo anterior me di a la tarea de documentarme. Entre otras cosas revisé el video donde acepta la candidatura del PRI. El primer sentimiento que me generó fue una gran decepción, no habían pasado ni 24 horas de su anuncio y ya hablaba como un típico político, conforme fue transcurriendo el video empezó a “manotear” y gritar, parecía una mezcla entre líder agrarista de la vieja usanza y líder sindical de los maestros en Oaxaca. Solo le faltó decir “arriba y adelante”, frase célebre de Luis Echeverría.
Pero aun así lo que más me preocupó fue verlo rodeado de algunos –no todos aclaro– priistas impresentables.
Cuando supe de su candidatura me generó gran curiosidad. Magaña –pensé en ese momento– tiene una gran oportunidad de presentarse como una opción fresca, novedosa, diferente, que desea cambiar su comunidad que me consta quiere mucho pero al verlo expresarse de esa manera y con esas compañías francamente me causó tremenda desilusión.
Si realmente Antonio Magaña quiere gobernar ese municipio tendrá que mejorar y mucho su forma de hacer campaña y alejarse de las malas compañías, de lo contrario puede simplemente perder y regresar muy castigado a su programa televisivo o en el peor de los casos al ganar ser una mala caricatura de Cuauhtémoc Blanco, alcalde de Cuernavaca.
Mexicali necesita creer en personas honestas, que quieran mejorar lo que se ha hecho bien y cambiar lo que se ha realizado mal. Antonio Magaña no debe ni puede quedar mal principalmente con sus seguidores (televidentes y lectores), que algunos se sentirán representados y otros abandonados.
En lo personal le deseo suerte a “Toño” Magaña. Su inicio me pareció malo aunque tiene la oportunidad de cambiar; si continúa de manera errónea Mexicali y Baja California habrán perdido a un gran líder de opinión y habrán desafortunadamente ganado un político más del montón.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal así como como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro Correo: alejandro@caudae.com