Un año protestas y organización de miles de jornaleros del Valle San Quintín, exigiendo mejores condiciones de trabajo, no ha sido suficiente para que el Gobierno del Estado –de Francisco Vega– y la Federación apliquen las medidas necesarias para atender sus demandas, entre las que destaca la normalización del sueldo en 200 pesos diarios –para todos los campesinos–, y jornadas de ocho horas.
La falta de cumplimiento de las autoridades para respetar los acuerdos firmados entre los meses de marzo y junio de 2015 –consistentes en la presión a las empresas agrícolas “para escuchar” a cerca de 80 mil trabajadores–, provocó que una comitiva de 70 personas arrancara una caminata del Valle de San Quintín el 17 de marzo de este 2016, que culminó en el faro de Playas de Tijuana la mañana de este domingo 20.
A decir de Fidel Sánchez Gabriel, vocero del Movimiento que comenzó con el bloqueo de la Carretera Escénica, el objetivo de la marcha fue encontrarse, junto al muro fronterizo, con diversas organizaciones que trabajan en los Estados Unidos, fundamentalmente de las zonas agrícolas de California, para desarrollar estrategias de apoyo mutuo:
“A un año del paro general de jornaleros agrícolas en el Valle de San Quintín, no hay ninguna respuesta a las demandas que presentamos en 17 de marzo de 2015”, explicó el líder campesino.
Como parte de los pactos logrados con el Gobierno se consiguió que algunas empresas incrementaran el salario en un 15 por ciento, sin embargo, dicho aumento se vio reflejado en más trabajo:
“Nos dicen: si ustedes quieren aumento de salario, aquí está aumento de trabajo”, afirmó Juan Hernández, otro de los voceros. Actualmente, el sueldo promedio oscila entre los 145 y 180 pesos por una jornada laboral de entre 10 y 12 horas diarias.
Otra de las peticiones no cumplidas es la de su inclusión al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en ese sentido, el titular del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores Agrícolas –uno de los principales logros del movimiento campesino– Lorenzo Rodríguez Jiménez desmintió las declaraciones de la autoridad que señalan la afiliación de cerca de 10 mil campesinos, ya que al acercarse a recibir atención médica, no “están realmente dados de alta”.
Al grito de “Gobierno y patrón: el mismo ladrón”, el grupo de personas arribó a la “esquina de Latinoamérica”, donde –a través de la barda y con la custodia tanto de la Policía Municipal de Tijuana como de la Patrulla Fronteriza– pudieron tener contacto con los trabajadores agrícolas que laboran del otro lado de la frontera, con el objetivo de lanzar un llamado a los Presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto, para que atiendan con urgencia las violaciones a los derechos humanos, que más de 130 empresas cometen diariamente en contra de los empleados, en su mayoría indígenas. No obstante, las acciones tomadas en los últimos meses dieron como resultado que los menores de edad dejaran de laborar en el campo exponiendo su salud.
Una de las principales estrategias consiste en el boicot a Driscoll, la compañía más grande que opera en la zona –dedicada especialmente a la producción de fresa–, a través de presionar a los consumidores de dichos productos, particularmente grandes tiendas de autoservicio como Walmart y Costco, de evitar comprarlos, ya que comentan derivan de la explotación de seres humanos; incluso los líderes del sindicato, aseguraron que sus esfuerzos estarán encaminados a: “meterle presión a esta empresa, sabemos que lo que más les duele son sus millones, si atacamos esos millones vamos a lograr un efecto”, dijo Rodríguez Jiménez.
Anunció, además, que esa corporación –con sede en América y Europa– es solo la primera que será boicoteada, ya que dentro de su plan de acción, se encuentran el resto del sector privado de la zona, dedicado a la producción de hortalizas.
San Quintín es muestra del abandono del campo mexicano: COLEF
Para el investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), José Manuel Valenzuela Arce, el caso de San Quintín refleja que “Baja California no es la excepción en el abandono que sufre el campo en México”.
Durante el encuentro binacional de jornaleros, el académico expuso a ZETA que las acciones de los campesinos visibilizaron al mundo la situación de medio esclavitud en la que vivían, sin que hasta el momento las autoridades, y en especial, el Gobierno de Baja California, hayan aplicado un proyecto pertinente para mejorar su bienestar.
Asimismo relacionó ese fenómeno con la informalidad en el trabajo que ha incrementado en todo el territorio nacional, derivada esencialmente de la pobreza y de la pérdida del poder adquisitivo de la población, en donde el hecho de contar con un empleo, ya no es garantía de bienestar real en gran parte de los casos.