La SEIDO investiga a Nadia Patricia, hija del narcotraficante Juan José Esparragoza Moreno “El Azul”, por el lavado de dinero de casi 80 millones de pesos introducidos al sistema financiero mexicano a través de depósitos bancarios, en contubernio con una funcionaria de Banco del Bajío. La madre y hermanos de la sospechosa también figuran en la averiguación previa. De “El Azul”, sigue sin comprobarse su muerte
En menos de dos meses cumplirá cuarenta abriles. Es morena y elegante. Arriesgada en los negocios. Desde temprana edad aprendió a mover el dinero. Estudió la Licenciatura en Mercadotecnia en el Tec de Monterrey, en Nuevo León. Ha recorrido el mundo como viajera y como su casa. Buenos Aires y Boston le adoptaron por un tiempo.
Nadia Patricia Esparragoza Gastélum tuvo una juventud soñada. Es una mujer de sangre “azul”, hija del narcotraficante Juan José Esparragoza Moreno, precisamente apodado “El Azul” por lo oscuro de su piel. Al iniciar el nuevo milenio se vinculó sentimentalmente a la joven mujer con el entonces gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal.
Sin embargo, la nominación que de ella hizo el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, en julio de 2012, la puso en la mira de las autoridades mexicanas. Fue entonces cuando las dependencias federales actuaron. Hoy tiene sus cuentas bancarias congeladas, las instituciones crediticias tienen prohibido abrirle nuevas cuentas, es atosigada por la Secretaría de Hacienda e investigada por lavado de dinero.
El 24 de abril de 2013 la Unidad de Inteligencia Financiera formuló querella en contra de la familia Esparragoza Gastélum ante la Procuraduría General de la República (PGR), donde se inició la averiguación previa PGR/SEIDO/UEIORPIFAM/AP/059/2013 por hechos relacionados con el blanqueo de dinero.
De acuerdo con el señalamiento, a Nadia Esparragoza se le atribuye la “introducción al sistema financiero nacional de recursos de muy alta probabilidad, producto de actividades ilícitas” por casi 80 millones de pesos. El dinero era depositado en una cuenta bancaria de la hija de “El Azul” y después se reenviaba a cuentas de personas físicas y empresas, con la intención de ocultar su origen.
LA INVESTIGACIÓN
La orden de boletinar a los Esparragoza y sus negocios, hace más de dos años, por parte de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro norteamericano, e impedir a los estadounidenses realizar transacciones con ellos, metió presión a las autoridades mexicanas para iniciar una investigación. Aunque en la indagatoria se asentó que el capo Juan José Esparragoza “El Azul”, es “uno de los principales líderes de la organización criminal del Cártel del Golfo”, es de sobra conocido que es uno de los cerebros financieros y “guía moral” del Cártel de Sinaloa, como lo fue en su momento del Cártel de Juárez y de otros grupos escindidos de los sinaloenses.
El parentesco no fue el único motivo de la pesquisa contra la hija del presunto criminal, aunque sí el principal. La alerta internacional generada por la OFAC motivó que el 8 de agosto de 2012, el banco Banorte, sucursal Plaza del Sol, en Zapopan, Jalisco, decidiera concluir la relación con Nadia Patricia como titular de una cuenta que abrió dos meses antes, señalando como actividad preponderante el gremio de la construcción.
Esparragoza Gastélum tenía depositados 27 millones 19 mil 685 pesos con 99 centavos. Al cancelarle, la institución expidió un cheque de caja a la ex cuentahabiente por dicha cantidad. Nadia intentó abrir una nueva cuenta en Banorte, pero le fue negada. Entonces, se detectó que la mujer depositó ese mismo cheque en una cuenta de Banco del Bajío en León, Guanajuato, el 16 de abril de 2013.
Para entonces, la Unidad de Inteligencia Financiera, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ya contaba con un expediente abierto para seguirle los pasos a la sospechosa. Se habían documentado movimientos bancarios desde el 26 de julio de 2011 hasta la fecha de la cancelación de la cuenta Mujer Banorte por 79 millones 454 mil 840 pesos 42 centavos.
A los auditores les llamó la atención la facilidad que tenía Nadia Patricia para retirar efectivo a través de la expedición de cheques, generalmente por más de 2 millones de pesos que se depositaban en empresas que son actual blanco de investigación. También se detectó un depósito en su cuenta por 27 millones 445 mil 690 pesos con 82 centavos, por venta de fondos CETES. Esa misma cantidad fue retirada al poco tiempo.
Tras recibir la denuncia hacendaria, el Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda (UEIORPIFAM), ordenó las diligencias e investigaciones que fuesen necesarias.
COMPLICIDAD BANCARIA
El mismo 24 de abril de 2013 en que recibió la denuncia, el fiscal federal del caso ordenó a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) el aseguramiento provisional de todas las cuentas bancarias (de intermediación, depósito, ahorro, inversión, cheques, cajas de seguridad, fideicomisos, crédito con y sin garantía, valores bursátiles) en las que aparezca como titular la ahora indiciada.
De las constancias se advierte que el total de las operaciones analizadas detectadas se realizó con cheques de caja que fueron negociados a diversas personas distintas a los beneficiarios de los mismos, ello no obstante que este tipo de instrumento monetario se emite en favor de personas físicas o morales determinadas para su cobro o depósito en cuenta a su nombre.
La pesquisa dejó en claro que las transacciones detectadas -realizadas con cheque de caja- se operaron con la contribución especial de una ejecutiva de banca personal de la Institución de Crédito Banco del Bajío, S.A., quien ya fue identificada. Su complicidad permitió el éxito en por lo menos siete de los movimientos financieros realizados de manera irregular.
Según algunas operaciones detectadas por la UIF de la Secretaría de Hacienda, se observó la inversión de dinero en efectivo a muy corto plazo, ocultando o pretendiendo ocultar el origen o destino final de los recursos operados, lo que ocasionó una afectación al sistema financiero mexicano.
Además de los movimientos reportados durante 2012 cuando le fue cancelada una de sus cuentas a Nadia Patricia Gastélum Payán y se dio seguimiento a otras más, la Unidad de Inteligencia Financiera realizó una búsqueda en su base de datos para identificar las operaciones relevantes o sospechosas relacionadas con la indiciada y que no fueron reportadas por las instituciones de crédito implicadas, detectándose las siguientes:
* El 9 de enero de 2013 operó un depósito en cuenta, expedido por la institución Banca Mifel, por un millón 670 mil 727 pesos con 37 centavos.
* Una operación reportada por la institución bancaria Bansi, S.A. el 20 de marzo de 2013, que involucra el depósito en cuenta de un cheque emitido por Banco Santander el 15 de marzo de ese año, por 5 millones de pesos.
* El 25 de marzo de 2013 Nadia Patricia depositó en su cuenta cinco cheques de caja expedidos por Banco Santander, cada uno por 5 millones de pesos.
* El 16 de abril de 2013 Esparragoza Gastélum tramitó el cheque de caja expedido por Banco Mercantil del Norte, por 20 millones 74 mil 427 con seis centavos, transfiriendo los recursos vía electrónica a otra cuenta.
La investigación también incluye a la madre de Nadia, María Guadalupe Gastélum Payán (esposa de “El Azul”) y a sus hermanos Cristian Iván, Brenda Guadalupe y Juan Ignacio Esparragoza Gastélum, este último presuntamente fallecido.
“Don Juan” o “El Azul” Esparragoza
Juan José Esparragoza Moreno “El Azul” es un narcotraficante de 67 años de edad, señalado como uno de los principales cabecillas del Cártel de Sinaloa y líder “moral” de decenas de capos mexicanos que han militado en diversas organizaciones criminales. Es conocido por su habilidad como negociador y, a diferencia de sus socios, subalternos y enemigos, ha estado a salvo de la violencia.
Fue socio y es compadre de los narcotraficantes Rafael Caro Quintero y de Ernesto Rafael Fonseca Carrillo “Don Nieto”, con quienes sembró cientos de hectáreas con marihuana en el Estado de Chihuahua en la década de los noventa. Estuvo preso en diversas ocasiones y la pena mayor que lo mantuvo en prisión fue de siete años por portación de arma de fuego.
El 8 de junio de 2014 se informó la presunta muerte de “El Azul” en Guadalajara. Tras varios días de haber sufrido un accidente en su domicilio, Esparragoza habría sufrido un ataque cardiaco. Se dijo estuvo internado en un hospital particular. Después, que sus restos fueron cremados.
A la fecha, ninguna autoridad, ya sea mexicana o norteamericana, tiene información del supuesto deceso, por lo que se le presume vivo y continúa como uno de los criminales más buscados por ambos países. En México se ofrece una recompensa de 30 millones de pesos, mientras que en la Unión Americana se anunciaron 5 millones de dólares por su cabeza.