Dichoz y Hechoz
El abogado Salvador Avelar Armendáriz, se sacó la lotería cuando su amigo y padrino político, el diputado Juan Manuel Molina de Movimiento Ciudadano, lo hizo, a finales del 2014, Consejero de la Judicatura. A fuerza de negociación en el Congreso del Estado, Molina logró uno de los dos espacios “ciudadanos” que en ese órgano administrativo del Tribunal Superior de Justicia se tienen. El otro cayó en manos de Héctor Orlando Díaz Cervantes. Bueno, pues el nombramiento de Consejeros de la Judicatura lo hacen los Diputados locales y se eligen por un periodo de cuatro años. No más. Pero a poco más de un año de estar en funciones, Salvador Avelar ya quiere dejar la chambita por la cual le pagan 120 mil pesos al mes, para irse de candidato a diputado por el Distrito 1 de Mexicali, precisamente por Movimiento Ciudadano, el partido de Juan Manuel Molina. Pero como seguro no está de quedarse con la candidatura y tampoco que de lograrlo, ganar la diputación, muy vivo, el señorón Avelar, solicitó el miércoles 10 de febrero ante el pleno del Consejo de la Judicatura, licencia a su cargo de Consejero. Cosa rara, porque siendo abogado debe saber que cuando los diputados lo eligieron por las negociaciones de Molina, no seleccionaron un suplente. Los Consejeros de la Judicatura no tienen suplente, por lo tanto no puede solicitar licencia, si quiere irse de aspirante, Avelar debe renunciar. Simple y llanamente. Y al momento de dejar el cargo, el Congreso deberá nombrar un nuevo Consejero, pues el cuerpo colegiado no puede tener sillas vacías. Dicen en el Tribunal, que se ha aferrado a la licencia para en caso, como es probable, de perder la candidatura o la elección, regresar por los 120 mil pesos mensuales que le pagan. Por lo pronto, los Magistrados le aceptaron su petición de licencia y le dijeron que en siete días le responderán.