El Papa Francisco lamentó que en Ciudad Juárez, Chihuahua, la última etapa de su visita, las bandas locales del narcotráfico hubieran firmado solo doce horas de tregua debido a su viaje a dicha ciudad fronteriza, pero lamentó que después “volverían a luchar entre ellos”.
Diversos medios revelaron el pasado martes que la visita del religioso argentino a Ciudad Juárez provocó que las 300 pandillas que pelean por el control de la ciudad hayan acordado una tregua momentánea de nueve horas, para así “dar la bienvenida al papa Francisco y que los feligreses tengan momentos de paz”.
Esto, indicó el diario Milenio, debido a que, según los propios habitantes de la ciudad fronteriza, los grupos criminales son devotos de la Virgen de Guadalupe, al igual que el Sumo Pontífice.
A pesar de que ya no es de las ciudades más violentas del mundo, Ciudad Juárez continúa con altos niveles de violencia. En la ciudad fronteriza residen un millón 332 mil habitantes, de los cuales 440 mil están en situación de pobreza y 64 mil en pobreza extrema.
El pontífice ofreció esta explicación de regreso a Roma desde Ciudad Juárez, última etapa de su viaje pastoral a México.
Jorge Bergoglio recordó además que ha hecho en su viaje a México “una referencia continua a los asesinatos, la vida que se cobraron las bandas de narcotraficantes y traficantes de personas, a la violencia como una de las llagas que ha sufrido México”.
Francisco destacó como cualidad del pueblo mexicano algo que, confesó, “no se puede explicar”, en alusión a la capacidad que tiene de festejar pero también de protagonizar en algunos casos verdaderas “tragedias”.
Recordó que en Ciudad Juárez, la última etapa de su visita, los narcos habían firmado doce horas de tregua debido a su viaje pero lamentó que después “volverían a luchar entre ellos”.
“Es una situación muy difícil de comprender, para mí que soy extranjero, pero la “sociedad mexicana es víctima” de la violencia y del narcotráfico. “Es un dolor que me llevo muy grande porque México no se merece esto”, dijo.
En septiembre del 2010, El Diario, un periódico de Ciudad Juárez, pidió en una editorial a los narcotraficantes que operan en esa zona del norte de México, explicar qué quieren de los periodistas de ese medio y les planteó una tregua, tras el asesinato de dos de sus reporteros en los últimos dos años.
El rotativo indicó que la pérdida de dos reporteros de esa casa editorial representó “un quebranto irreparable para todos los que laboramos aquí y, en particular, para sus familias”.
El medio impreso señaló que ha sido el “más lastimado” a consecuencia de la “guerra” que libra el gobierno federal y los narcotraficantes.
“Ya no queremos más muertos. Ya no queremos más heridos ni tampoco más intimidaciones. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, qué esperan de nosotros como medio”, señaló la editorial.
El periódico aseguró que la solicitud a los delincuentes no era “una rendición” sino “una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad”.