Dos soldados estadounidenses, adscritos a la Guardia Nacional, se declararon culpables de cargos relacionados con tráfico de armas en la Corte Federal de San Diego, California. De manera ilegal, Andrew Reyes y Jaime Casillas compraron armas de alto calibres, incluyeron rifles de asalto y municiones con el objetivo de venderlas a un traficante que trabajaba para un cártel en México, quien en realidad era un agente encubierto a cargo de la investigación. Los dos hombres trabajaban en la armería de la Guardia Nacional del Ejército en la ciudad de El Cajon, perteneciente al condado de San Diego. Ante el juez federal, Mitchell Dembin, los soldados se declararon culpables de un cargo de traficar armas sin licencia, por el cual podría recibir una pena máxima de cinco años de prisión. Mientras que Reyes admitió su culpabilidad a tres cargos de transporte ilegal de armas de fuego, al declarar que viajó a Texas en por lo menos tres ocasiones para comprar rifles de asalto y llevarlos a California, sin la licencia requerida, para venderlas al agente encubierto de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas inglés). De acuerdo con documentos presentados en la Corte, Reyes vendió un rifle AK-47 “cuerno de chivo” el 2 de septiembre de 2014; dos rifles AR-15 y cuatro rifles calibre .223 así como cartuchos el 3 de diciembre de 2014, así como otro rifle AR-15 el 16 de marzo de 2015, todos al agente federal encubierto. A su vez, Reyes admitió que sabía que las armas tenían como destino México. Por su parte, Casillas admitió haber vendido una pistola calibre .40 al mismo agente encubierto el 14 de agosto de 2014, un rifle AR-15 el 17 de octubre de 2014 y haber estado presente cuando Reyes vendió el rifle AR-15 el 16 de marzo de 2015. También admitió saber que las armas llevarían a México, En la acusación formulada por la Fiscalía Federal de Estados Unidos, se establece que algunas de las armas y municiones fueron fabricados para uso del Ejército, mientras que otros fueron comprados en Texas y revendidos al agente secreto. La Fiscalía también informó que algunas de las armas adquiridas en Texas, estaban involucradas en delitos y que el agente encubierto especificó a los dos soldados, quienes vestían el uniforme militar a sus encuentros, que formaba parte de un cartel de drogas en México. La audiencia para sentenciar a los dos detenidos, quedó programada para el 15 de abril de 2016.