Investigando sobre las ideologías de los principales partidos políticos existentes en México, solo he encontrado lo siguiente:
Partido Revolucionario Institucional.- Que al iniciar su participación ante la sociedad era “Democracia y Justicia Social”. Ahora son creadores de la ideología que sintetiza la frase, “Un político pobre, es un pobre político”.
Partido Acción Nacional.- Declara ser un partido político laico de ideología humanista “afín a las ideas tomistas y de la democracia cristiana”. (*).
Partido de la Revolución Democrática.- Dice ser “liberalismo, neoliberalismo, social demócrata, progresismo y modernización”.
Partido Verde Ecologista.- Basa sus propuestas en “la conservación del ambiente, los recursos naturales y el combate a la corrupción”.
(*).- Con el propósito de entender un poco más claro la filosofía adoptada por los panistas, refiero brevemente parte de la visión de este personaje que cita lo siguiente: “nuestros actos tienden a un fin último que aparece como un bien deseable, la felicidad. Que se adquiere mediante el ejercicio del alma racional, “El conocimiento y la virtud”.
El propósito de citar lo anterior fue con la intención de dar un fundamento al siguiente comentario y propuesta: ¿Cuál es la finalidad de concertar alianzas entre los partidos? ¿Acaso sus ideologías son tan flexibles como sus aspiraciones de poder? Porque la verdad, no encuentro otro propósito, sino el de permanecer en el empoderamiento político a costa de lo que sea; porque al recurrir a este tipo de estrategias, están depositando el cesto de la basura ideologías y mandamientos.
Ante las cámaras de televisión y las preguntas de los reporteros al ser cuestionados estos políticos sobre las alianzas, argumentan que lo hacen por el bien ciudadano, olvidando los principios ideológicos que dieron vida a su propósito de lucha social.
Solamente que analizando de manera superficial sus propósitos de alianzas entre partidos, no encuentro nada que resulte afín, a no ser que el único y principal propósito sea repartirse el poder, y no me refiero solamente al poder político sino también al poder económico.
Analizando sus acciones por separado, al final todo cae en el mismo propósito, en dinero. El cual quieren seguir disfrutando a costa de lo que sea, y pues nada, que si no es por cuenta propia asegurarse continuar disfrutando de las mieles del poder, entonces recurren a esta estrategia de las famosas alianzas. Obviamente sin importarles que las ideologías y propósitos nada tengan en común. Mucho menos la seguridad del estado y el equilibrio socioeconómico.
Resalta sobremanera que en las estrategias de los dirigentes de cada partido, algunas de sus decisiones no buscan que los elementos en quienes se fijan para que cubran el espacio disponible en algunos curules ya sea por votación o por la vía plurinominal, cuente con la capacidad necesaria para ser parte del mecanismo más importante de un estado, en quien radica las más importantes actividades que es la de hacer leyes (abrogar, derogar o modificar), sino que este personaje al que destapan en la campaña electoral pueda hacer la diferencia a su favor en el momento de autorizar o negar alguna iniciativa de ley. En ese momento no les importa su capacidad académica, sino que sea conocido por la ciudadanía, que sea popular, que sea carismático, que haya salido en alguna novela, película, o que al menos sea alborotador de colonia, etcétera, etcétera
Es ahí donde yo me pregunto: ¿Estos dirigentes buscan gente que intelectualmente sea capaz, o solamente les importa que dichos personajes sean reconocidos por su fama pública?
Continuará…
Alfredo Flores Zamora
Correo: ocretle54@hotmail.com