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lunes, septiembre 30, 2024
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Pura López Colomé traduciendo a Seamus Heaney

Uno de los títulos de traducción de poesía fundamental que arrojó 2015 es “Obra reunida”, del irlandés Seamus Heaney, aproximada al español por la reconocida poeta mexicana Pura López Colomé, cuya edición bilingüe (inglés y castellano) fue publicada por la Dirección General de Publicaciones del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y Trilce Ediciones. Poeta, traductor, ensayista y dramaturgo, Seamus Heaney (Irlanda del Norte, 1939-2013) mereció distinciones como el Premio Truman Capote, el Whitbread, Geoffrey Faber Memorial, E.M. Foster, el T.S. Eliot y el Premio Nobel de Literatura 1995. Heaney “es considerado uno de los autores más destacados en lengua inglesa desde la década de 1970, así como uno de los pilares de la poesía moderna”, reza la presentación editorial de “Seamus Heaney. Obra reunida”. A su vez, Pura López Colomé (Ciudad de México, 1952) propone una edición bilingüe de 525 páginas (con una sección de fotografías del autor norirlandés) donde se incluyen los seis poemarios de Seamus Heaney: “Station island” (Isla de las estaciones), “Seeing things” (Viendo visiones), “The light of the leaves” (La luz de las hojas), “The spirit level” (El nivel), “Sonnets” (Sonetos) y “Human Chain” (Cadena humana). Sobre la vigencia e importancia de la obra poética de Heaney, su traductora mexicana advierte en la propuesta editorial: “El hecho de que, a partir de agosto de 2013, no contemos con nuevos poemas de este grande entre los grandes no significa que se haya extinguido su visión: la de quien camina por los aires, ve visiones, eleva plegarias a las cosas, reconoce el cielo al fondo del pozo en los ojos de un ciego, lanza el corazón por los aires en una lengua, en dos, en todas, abiertas como los cielos, como sus enseñanzas. Este volumen con los seis poemarios de Heaney que hasta ahora he traducido al español es la mejor manera de recordarlo, de mantener con nosotros su espíritu visionario”. Pura López Colomé recuerda al lector que en realidad los seis poemarios incluidos en “Seamus Heaney. Obra reunida” fueron traducidos en las últimas tres décadas y publicados por diversas editoriales que ahora se recopilan en la edición que publica el CONACULTA y Trilce Ediciones: Ediciones Toledo y el INBA publicaron “Isla de las estaciones” en 1991; el CONACULTA editó “Viendo visiones” en 1998; In de Bonnefant hizo lo propio con “La luz de las hojas” en 1999; asimismo, Trilce Ediciones entregó “El nivel” en 2000; y Ediciones del Equilibrista y Ediciones Visor, ofrecieron “Sonetos” en 2010 y “Cadena humana” en 2011. “Seamus Heaney es un grande entre los grandes” Seamus Heaney nació en Bellaghy, Castledawson, Condado de Derry, Irlanda del Norte, el 13 de abril de 1939, aunque vivió la mayor parte de su vida en Dublín. Fue profesor de las universidades de Berkeley, Queen’s, Harvard y Oxford. Cabe recordar que bajo la traducción también de Pura López Colomé, en México se publicaron sus ensayos escogidos bajo el título “Al buen entendedor”, por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en 2006. – ¿Cómo surgió tu interés por la obra de Seamus Heaney y la posibilidad de traducir su poesía? “Bueno, yo lo vengo leyendo a él desde la adolescencia, pero ya con mayor concentración, con mayor dedicación por un deslumbramiento total al principio de los 80, cuando él vino a México invitado al Festival Internacional de Poesía (en 1981) organizado en Morelia por Homero Aridjis, junto con muchas luminarias. En esa ocasión vinieron varios escritores que fueron Premio Nobel después, como Tomás Tranströmer y Günter Grass; incluido Borges; y Seamus dio lecturas en Morelia y realmente me maravillé. “Muy poco después salió su libro ‘Isla de las estaciones’ (1984, en inglés) y la única manera de rendirle un homenaje fue tratando de tenerlo en mi propia lengua, entonces sucede lo irrefrenable: cuando uno lee un poema poderoso en otra lengua, lo primero que uno quiere hacer es pasarlo a la propia lengua. Así fue el principio de nuestra relación, yo trabajaba en el suplemento ‘Sábado’ de unomásuno y empecé a publicar paulatinamente algunos de los poemas ahí, aconsejada por Huberto Bátiz en ese momento de hacer una especie de comentario en torno a esos poemas para que el lector no se sintiera tan ajeno a lo que decían ellos; y así lo hice, poco a poco, pero me doy cuenta de que pues ya me faltaba realmente muy poco para terminar de traducir este libro y decidí terminar la traducción”. – ¿Cuál es tu prioridad al traducir poesía del inglés al español? “Todo lo que constituye la música anclada en la forma que usa el poeta y la parte que es posible adaptar para una forma en español, toda la parte de música que puede encontrar una semejanza en nuestra lengua; hay una parte que la música de la lengua misma es intraducible porque en español no lo tenemos. “Desde luego, el contenido siempre está presente, o sea, no hay una prioridad, no es que el contenido sea más importante que la música; son variables a tomar en consideración al traducir; uno no puede irse con el espejismo de que una lengua como el inglés, que es monosilábica, puede ser replicada en una lengua esdrújula como el español, hay que tener eso siempre presente y aplicarle una balanza”. – Obviamente, el inglés y el español tienen palabras intraducibles entre uno y otro idioma por su cultura misma. ¿Cómo trasladaste al español los conceptos o ideas propios del inglés? “Yo siempre voy a optar por los equivalentes en el habla propia; no voy a usar un habla de Asturias o de Colombia, yo voy a optar siempre por lo que me es propio, mío, es decir, el habla regional, digamos, sin que esto vulgarice o trivialice la tarea. “Por supuesto que es la lengua en su versión mexicana y, desde luego, con mi voz, que es inevitable que esté ahí presente, ¿no?, ritmos y formas a los que yo soy proclive y que también siempre van a estar presentes, porque eso es inevitable y quien te diga otra cosa pues miente”. – Mencionas que en tus traducciones es inevitable que tu voz como poeta esté presente. ¿Es la traducción una forma de creación literaria? “Desde luego, absolutamente, yo no lo concibo sino de esa manera, es una creación, la única diferencia que yo veo entre un poema original y una traducción es que al poema original lo dictaron equis visiones, recuerdos, sueños, dolor, una conversación, algo que uno vio en la naturaleza; el poema en traducción son inspiraciones del poema original, pero es una creación, para mí, igual que el poema original”. – ¿Qué fue lo más difícil traducir de la obra poética de Seamus Heaney a diferencia de sus ensayos que también tradujiste en “Al buen entendedor” (FCE, 2006)? “Todo. Me costó el mismo trabajo traducir su prosa, quizá tan más me costó que su poesía, no hay un poema más fácil que otro, o por el hecho de que unas u otras formas son más afines a la realidad del español, digamos como un soneto, que eso te va a facilitar la tarea, no hay tal; cada poema requiere tiempo, dedicación”. – Finalmente, ¿por qué hay que leer a Seamus Heaney? “Porque Seamus Heaney es un grande entre los grandes, es decir, Seamus es uno de esos pocos poetas que le dicen algo a todo el mundo, todo mundo va a encontrar algo propio”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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